El pleno del Concello de Lugo vivía este jueves de las situaciones más extrañas de la historia de la ciudad: su primer pleno telemático, con sus veinticinco convocados de manera extraordinaria y urgente y siguiendo las intervenciones a través de las pantallas de sus respectivos ordenadores desde sus lugares de confinamiento. Estaban citados con un objetivo fundamental: aprobar la incorporación al presupuesto de este año de cinco millones de euros remanentes del anterior para financiar las ayudas del Plan Reanima para hacer frente a la crisis derivada de la pandemia.
Un problema de orden técnico evitó una votación para la se anunciaba unanimidad y que tuvo que posponerse para el próximo lunes, pero el breve debate previo de los portavoces dejó entrever algo más: que también hay unanimidad en todos los grupos municipales, aunque cada uno lo expresó a su modo, en que esos cinco millones de euros no serán suficientes para cubrir todas las peticiones de ayudas que se van a recibir por parte de pymes, autónomos y familias lucenses dentro de ese Plan Reanima puesto en marcha por el gobierno. La petición a este por parte de los grupos de la oposición fue, de hecho, que se pusiera manos a la obra para que la próxima partida de dinero estuviera mejor dotada y mejor distribuida.
"O goberno local deu traslado de todos os pasos que se foron dando nas catro xuntas de voceiros que se celebraron"
Fue Álvaro Santos el concejal del equipo de gobierno encargado de defender la propuesta de modificación presupuestaria para incluir esos cinco millones sobrantes del presupuesto de 2019 y destinarlos a cubrir las dos líneas de ayudas de Plan Reanima, cuatro millones de para pymes y autónomos y un millón para conciliación familiar. Todas ayudas directas enfocadas a inyectar liquidez en la economía local complementando las ayudas estatales y autonómicas. Durante el debate, Santos aún añadió casi otro millón más: 910.000 euros para pagar necesidades extras en servicios sociales, Fogar do Transeúnte, Cruz Roja, ayudas al comercio local...
Con el resto de concejales supuestamente siguiendo el pleno por sus pantallas, quienes hicieron presencia en estas fueron los portavoces Ramón Carballo, por el PP, y Olga Louzao, por Ciudadanos. Ambos para avanzar la lealtad de sus grupos a estas medidas en un momento en que la sociedad lucense atraviesa por momentos de grave necesidad, pero ambos también para reprochar al gobierno local los errores que Carballo consideró fruto de la "prepotencia" y del desconocimiento "de la industria privada".
En este sentido, el portavoz popular reprochó que se hubieran dejado fuera de esa línea de ayudas a numerosos sectores, como parte de la construcción o muchos despachos de profesionales, así como las trabas burocráticas que se han puesto para su solicitud, como los problemas creados por el certificado de empadronamiento. Por ello, tanto PP como Ciudadanos reclamaron que se aproveche la buena situación económica del Concello para ir preparando nuevas líneas de ayudas, algo que el equipo de gobierno ya había avanzado que estaban haciendo.
EL PP, GAFADO. Pese a que al principio y en las primeras intervenciones todo parecía funcionar bastante aceptablemente, todo empezó a torcerse cuando le llegó el turno de intervenir al representante del PP , y eso que Carballo estaba en la misma casa consistorial, en las oficinas del PP . Tras varias interrupciones, a las dos horas de pleno hubo que suspenderlo.
