Historias de Lugo

Todo cambió en Lugo hace 50 años

Lugo no tenía el turismo de la Costa del Sol en los años 60 del pasado siglo. Sin embargo, el boom económico de esa década también se apreció en la ciudad en forma de desarrollo urbano y de avances tecnológicos que mejoraron la vida cotidiana

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photo_camera Anuncio de un tractor publicado en El Progreso en 1968. EP

Lugo empezó a cambiar y a urbanizarse como ciudad hace 50 años. El desarrollismo económico que vivía el país en la década de los 60 no pasó de largo por Lugo y, de hecho, en 1968 se iniciaron varias obras que cambiarían por completo la configuración urbana de la ciudad, dotándola de más servicios. 

CARRETERA. La noticia de la subasta de las obras de la carretera de A Fonsagrada fue recibida a través de un telegrama enviado por Leopoldo Calvo Sotelo, entonces expresidente del consejo de administración de Renfe, a Freije, el alcalde fonsagradino. Con este anuncio, se daba por superado —decía El Progreso— "uno de los más acuciantes problemas que, en el orden viario, tiene planteados nuestra provincia".

COSTAS. La ciudad crecía y necesitaba más zonas de esparcimiento por lo que se pensó en urbanizar As Costas do Parque, dotando así a Lugo de una amplia zona verde entre el también nuevo Palacio de los Deportes y el parque Rosalía de Castro. En el proyecto, el Concello invirtió 9 millones de pesetas, con los que se pretendía construir lonjas, avenidas, zonas ajardinadas, muros de contención, depósito de agua, red de distribución del agua y fuentes.

AS MERCEDES. La inauguración del Taller-Escuela Sindical de Formación Profesional As Mercedes —como se llamaba entonces al actual centro de FP— fue hace 50 años pero su construcción sufrió varios vaivenes entre la Organización Sindical, responsable de hacer el edificio, y el Ayuntamiento, que dotaría los terrenos. La exigencia para poder levantar el taller-escuela era que el Concello donase los terrenos a la Organización Sindical.

El alcalde, Ramiro Rueda, pidió un préstamo de 650.000 pesetas del banco. Con ese dinero, el Ayuntamiento compró unos terrenos a orillas del Miño, frente al balneario

Esto se solucionó rápido, aun costándole al alcalde, Ramiro Rueda, un préstamo de 650.000 pesetas del banco. Con ese dinero, el Ayuntamiento compró unos terrenos a orillas del Miño, frente al balneario. Pero la mala situación económica de la Organización Sindical y otros factores como la distancia o el hecho de que fuesen terrenos inundables acabaron por hacer desistir al Concello de llevar hasta allí el taller-escuela y, finalmente, se cedieron los terrenos del antiguo cuartel de As Mercedes, donde está todavía ahora.

En un principio, la escuela iba a ser de Frío Industrial y después cambió de denominación, señalándose como Agrícola y Ganadera, para quedar finalmente determinada como Industrial simplemente. Las primeras enseñanzas que se impartieron en el Taller-Escuela de Formación Profesional de la Organización Sindical fueron las de mecánica y electricidad del automóvil.

En este año se pavimenta la avenida de Ramón Ferreiro, se instala el alumbrado público en parte de la Ronda da Muralla y también se hacen las aceras de la avenida de A Coruña. A la vez que la ciudad crece, mejoran también las condiciones de vida de los lucenses, que comienzan a comprar algunos de los avances tecnológicos de la época como el coche, la lavadora, el televisor, la calefacción o el tractor.
 

Dos naves en el monte Ceao
El monte Ceao se estrenaba como polígono industrial en 1968 de la mano del industrial Benigno Rivera López. Medía 47.000 metros cuadrados y en la primera subasta de los terrenos solo se presentaron dos industrias: una central de hormigón preparado con trituración de áridos y otra de prefabricados.

Servicios
Ambos industriales hicieron el acceso. Tenían luz, agua y pusieron 70.000 pesetas para llevar el teléfono.

 

Los barrios de las afueras de Lugo comenzaron a recibir agua potable
Lugo dejó de ser en 1968 la única ciudad gallega en la que, en esas fechas, todavía no había acometido la ampliación de la red de abastecimiento de agua potable a los barrios periféricos. Un plan aprobado ese año permitió dotar de agua para el consumo a zonas como Albeiros, Muxa, As Saamasas o A Ponte.

El plan se haría en dos fases, con un presupuesto total de 68 millones de pesetas. Se construirían tres nuevos depósitos de 10.000 metros cúbicos, que se sumarían al existente. Se instalaría también una red especial para el polígono industrial del monte Ceao, que se serviría del depósito antiguo.

Para Frigsa, se contemplaba el autoabastecimiento con una traída especial para la factoría con una capacidad de 50 litros por segundo. También Complesa estaba construyendo por su cuenta un abastecimiento especial para su consumo dado que, hasta entonces, el abastecimiento de agua en Lugo era insuficiente.

También se pensaba construir cerca del entonces cuartel de la Guardia Civil y en A Ponte dos depósitos pequeños que permitiesen el abastecimiento de A Tolda y de A Ponte.

Con este proyecto, el ingeniero-jefe de la Confederación Hidrográfica, Fernando Torres Sebastián, pretendía dar abasto a 300.000 habitantes  durante 50 años. O sea, hasta la actualidad.

En un principio, la escuela iba a ser de Frío Industrial y después cambió de denominación señalándose como Agrícola y Ganadera para quedar finalmente determinada como Industrial simplemente. Las primeras enseñanzas que se impartieron en el Taller-Escuela de Formación Profesional de la Organización Sindical fueron las de mecánica y electricidad del automóvil.

En este año se pavimenta la avenida de Ramón Ferreiro, se instala el alumbrado público en parte de la Ronda da Muralla y también se hacen las aceras de la avenida de A Coruña.

A la vez que la ciudad crece, mejoran también las condiciones de vida de los lucenses, que comienzan a comprar algunos de los avances tecnológicos de la época como el coche, la lavadora, el televisor, la calefacción o el tractor.

 

Lo que estaba cambiando...
La lavadora. La lavadora Bru, de carga superior, fue una de las primeras que llegó a las casas lucenses.

El coche. El Renault-4 se anunciaba como económico, seguro, todo camino, capaz, ágil y maniobrable... pero bonito, no.

La televisión. El bazar Los Chicos traía a Lugo la televisión con una pantalla más amplia, la de Zenith.

El tractor. Revolucionaría la agricultura porque, decían los anuncios, "trabaja como tres y come como uno".

El radiador. El mítico boxeador cubano José Legrá anunciaba un calentador que, decía, calentaba las naves espaciales.


 

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