Toda una vida en una caja

Esta es la historia de una caja que encierra mucho misterio y una despedida. Se ignora quién la hizo pero se sabe que su autor estaba en la vieja cárcel de Lugo, tenía buena letra y que aquel 14 de enero de 1937 iba a ser ejecutado en horas. Quizá fuese un maestro
Luis López Pombo, con la caja dedicada y el retrato del hombre que la hizo y condenado a muerte. SEBAS SENANDE
photo_camera Luis López Pombo, con la caja dedicada y el retrato del hombre que la hizo y condenado a muerte. SEBAS SENANDE

Cuando este forofo de las antigüedades, Luis López Pombo, se puso a rebuscar en las bolsas amontonadas de la herencia dejada por el arquitecto lucense y coleccionista Manuel Urbano Barrio, en busca de algo interesante para comprar, se encontró con algo inesperado. Se trataba de una caja de cartón, forrada cuidadosamente de una primera capa de papel y otra más de un material plastificado con varios tetraedros en relieve.

La abrió y en la tapa se encontró una foto antigua de un hombre –enmarcada artesanalmente con tiras de papel de colores, una cinta y cordoncillo– y una dedicatoria a ambos lados de la imagen con un nombre de mujer: "A María Baamonde". El texto y la foto forman una cruz, quizás un símbolo de la historia personal del autor de este regalo, acabado de hacer a solo unas pocas horas del momento previsto de su ejecución, como él mismo anunciaba.

La caja era el último regalo que aquel hombre enamorado hacía a su novia, a quien le escribía: "Quisiera dedicarte/ un pequeño recuerdo/ que fuera expresión firme/ de estimación y afecto. Acepta este trabajo/ como de un preso/ ejecutado en horas/ de triste cautiverio. Mis manos lo tejieron/ cual corona de azahar/ destinada a ceñirse/ en su frente sin par. Dos ideas gemelas/ me robaron la paz:/ una, tu dulce nombre/ otra, mi libertad".

Dentro de la caja había tarjetas postales y documentación de María Baamonde Alonso, que desvelaba que era natural de Cospeito e hija de Inocencio Baamonde y Josefa Alonso González y que la familia vivía en la antigua calle José Luis de Arrese, hoy Tino Grandío. También se encontraron varias fotos. En una de ellas, podría estar el autor del peculiar regalo, un poco más mayor que en la foto de la caja por lo que, de ser así, quizas pudo finalmente haber salvado su vida.

La caja era el último regalo que un hombre enamorado hacía a su mujer. SEBAS SENANDE
La caja era el último regalo que un hombre enamorado hacía a su mujer. SEBAS SENANDE

El hallazgo fue toda una sorpresa para quien es ahora el dueño de la caja, Luis López Pombo. "Nunca me esperaba atopar unha caixa así. Esta caixa é un auténtico tesouro. Non vén asinada por ninguén e non se sabe quen era pero ten todas as trazas de que podía ser un mestre represaliado na Guerra por ser republicano porque tiña moi boa caligrafía e nótase que ten un certo nivel cultural no texto poético que escribe dedicado, seguramente, á súa noiva, María Baamonde. É un agasallo que fixo para ela durante o tempo que estivo preso no antigo cárcere, horas antes de ser executado", apunta.

Este coleccionista adquirió parte de los objetos que Manuel Urbano Barrio dejó a sus herederos. Entre ellos, monedas, sellos, libros, piezas de Sargadelos y un ejemplar de la Constitución republicana de 1931.

"A colección de moedas de prata pesaba seis quilos e tamén adquirín 150 libros pero a biblioteca de Urbano era moito máis grande. Alí tiña 6.000 exemplares, entre eles edicións dos séculos XVII, XVIII e XIX. Tamén había moita prensa dos anos 20 e 30 do século pasado. Pero o máis chamativo eran as máis de 1.500 pezas feitas por distintas tribos de África entre as que había máscaras, obxectos de rituais e teas. Iso pode estar valorado en máis de 800.000 euros e quedáronse con elas os herdeiros. As mellores pezas obtívoas, seguramente, dos Padres Blancos, con varias misións en África e que puideron traer pezas de 12.000 euros cada unha", dice López Pombo.

Manuel Urbano Barrio guardaba miles de objetos que no pudieron pasar el filtro de Luis dado que, incluso, ocupaban un edificio entero de Campo Castelo, así como parte del estudio de arquitectura del fallecido y estancias de otra casa de su propiedad en Armanyá. "Acumulaba moito e de todo, pero o peor era que as amontoaba en bolsas e moitas estaban afectadas pola humidade", afirma Luis López Pombo.

Curiosidad. Un exvoto con trenza de mujer

Exvoto sanador con trenza natural de mujer. SEBAS SENANDE
Exvoto sanador con trenza natural de mujer. SEBAS SENANDE

Otro de los objetos de la colección de Manuel Urbano Barrio adquirido por Luis López Pombo fue un exvoto en el que aparecen varias flores de tela blancas que rodean una trenza castaña de pelo de mujer.

Sanación
"Os exvotos sanadores eran unha ofrenda que facía alguén a un santo pedindo saúde para os seus", explica López Pombo. En este caso, el exvoto está dedicado a San José, cuya imagen figura en el centro de la ofrenda con el texto "sed mi protector". En el cuadro, aparecen, además, otros dos textos más que son: "Padres" y también "hermanos".