Un tesoro pedagógico a salvo y a la vista en el IES Lucus Augusti

El instituto acaba de culminar la remodelación de su museo, archivo y bibliioteca histórica, donde se custodian más de 3.500 libros, casi 2.000 cajas de cocumentación y un catálogo asombroso de recursos didácticos

LUGO. Hace un par de años, la restauradora Barca Cereijo visitó el sótano del IES Lucus Augusti, donde se guarda la biblioteca histórica, el archivo documental y buena parte de los recursos didácticos que se han ido acumulando en los 175 años de existencia del centro. La conservadora hizo una observación alarmante: de seguir en esas condiciones, los libros que allí se guardaban tenían los días contados. La alerta no cayó en saco roto y algunos de los docentes del centro se pusieron manos a la obra para lograr una remodelación que garantizase la seguridad y conservación del fondo. Pidieron asesoramiento e informes y solicitaron ayuda a la Jefatura Territorial de Consellería de Educación, que destinó alrededor de 50.000 euros para renovar y modernizar las instalaciones.

Los frutos de esa empresa pueden verse ya. Las húmedas dependencias del sótano se convirtieron en un área de conservación y custodia repartida en tres espacios, siguiendo las indicaciones de la directora del Museo Pedagógico de Galicia (Mupega), Beatriz Seco: una sala de exposición del patrimonio pedagógico, un espacio de almacenamiento de estos fondos y una zona de archivo y biblioteca, adaptada a las necesidades de los documentos que se guardan. Ahora pueden controlarse de forma electrónica las condiciones de temperatura y humedad para garantizar las condiciones óptimas de conservación y el conjunto está protegido con un sistema de seguridad. Además, los fondos bibliográficos serán catalogados con cargo a la Consellería de Educación e incorporados a los catálogos colectivos del patrimonio bibliográfico y de la Rede de Bibliotecas de Galicia.

En el archivo se guardan, entre otra documentación, expedientes de alumnos y profesores a lo largo de los 175 años de historia del centro, hasta un total de 1905 cajas. La biblioteca, por otro lado, alberga más de 3.700 volúmenes, los más antiguos del siglo XVI y XVII.

Este patrimonio bibliográfico y documental estará a disposición de los investigadores una vez catalogado, e incluso se han dejado un par de mesas preparadas para que puedan trabajar. También se pretende, explica el director Juan Carlos Fernández Naveiro, que el museo pedagógico esté abierto a visitas externas, pero todavía falta definir el protocolo que lo permita sin poner en riesgo la seguridad y el control de los depósitos.

El catálogo de recursos didácticos de que dispone el centro es tan amplio que la exposición no será permanente, sino que irá variando. La sala se ha dividido en zonas temáticas, donde se pueden ver, agrupados, algunos instrumentos y objetos que se usaban para enseñar música, óptica, física, química, mecánica, zoología, botánica, anatomía o geología, entre otras disciplinas. Algunos de ellos están expuestos en las vitrinas del gabinete médico, donde en los años sesenta se hacían reconocimientos médicos, algunas pruebas y vacunaciones. Una parte de la sala se ha destinado a la muestra bibliográfica, que recoge algunos de los ejemplares más antiguos del centro, decano de los institutos históricos de Galicia.

En la renovación y mejora del museo, archivo y biblioteca se involucraron de manera personal las docentes Fernanda Marzo, de Lengua y Literatura Española, y María Jesús Méndez, de Biología, con el apoyo del director, Juan Carlos Fernández Naveiro. No solo buscaron asesoramiento y financiación, sino que se formaron para realizar la limpieza y correcto almacenaje de la fascinante colección de láminas que se utilizaron en el gabinete de Historia Natural a finales del siglo XIX y principios del XX.

Tanto Fernández Naveiro, como Fernanda Marzo y María Jesús Méndez insisten en que la reforma se ha llevado a cabo gracias al apoyo de muchas personas, como la directora del Mupega; la directora del Museo del Castro de Viladonga, Elena Varela; la directora del Archivo Histórico Provincial, Dolores Pereira; la jefa del Servicio de Bibliotecas de la Xunta, Consuelo Meiriño, y la técnico de la Biblioteca de Galicia Noelia Bascuas. A todas ellas les manifiestan su reconocimiento y se dicen deudoras, también, de los docentes que a lo largo de los 175 años de historia del centro se ocuparon de guardar, conservar e incluso exponer -por todo el edificio hay vitrinas- los fondos que custodia.

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