Tecnología probada en el campus ayuda a adelgazar hasta 5 kilos en 3 semanas

Además de perder peso, los participantes en la primera fase del experimento mejoraron parámetros como el colesterol o el ácido úrico. Los investigadores buscan voluntarios para ver su efecto en la eliminación de metales pesados y niveles de vitaminas liposolubles
Alberto Cepeda, dentro de la cápsula de infrarrojo lejano
photo_camera Alberto Cepeda, dentro de la cápsula de infrarrojo lejano

La tecnología de infrarrojo lejano se ha mostrado efectiva como complemento para la pérdida de peso y también en la mejora de distintos parámetros bioquímicos, como el colesterol, el ácido úrico o los marcadores de inflamación. Esa es la conclusión del estudio dirigido por el profesor del campus Alberto Cepeda, del Laboratorio de Hixiene e Inspección dos Alimentos (Lhica), que comenzó hace un año. Este grupo de investigación quiere iniciar una nueva fase, para lo que, igual que hicieron la primera vez, ha pedido voluntarios que quieran participar en los próximos meses.

Los investigadores señalaron que los primeros resultados han sido verdaderamente «alentadores». En cuanto al adelgazamiento, los participantes, que no estaban sometidos a ningún tipo de dieta sino que seguían con sus hábitos alimenticios habituales, perdieron una media de 1,5 kilos en las tres semanas en las que acudieron a sesiones diarias en la cápsula de infrarrojo lejano, mientras que los integrantes del grupo de control continuaron ganando peso. Según el investigador José Manuel Miranda, hubo casos particulares en los que se llegó a los cinco kilos de pérdida.

Además, se observó un descenso del porcentaje de grasa corporal y un ligero aumento del peso muscular, «algo muy importante porque de este modo se eleva el metabolismo y lo que comes engorda menos», apunta Miranda. Quienes extrajeron mayor beneficios fueron las personas con un sobrepeso moderado, con un índice de masa corporal de entre 30-35.

Además, también se ha constatado un descenso de la proteína C-reactiva y de la homocisteína, marcadores del nivel de inflamación, y del ácido úrico, además de una elevación de los índices de colesterol HDL, popularmento conocido como ‘bueno’, y de leucocitos, lo que implica un incremento de las defensas.

Metales. Por otra parte, los investigadores también analizaron la expulsión de metales pesados y constaron que los participantes eliminaron a través de la orina mayores cantidades de metales pesados, como mercurio y arsénico, porque el infrarrojo lejano contribuye a su liberación de las células grasas.

Este es uno de los efectos que se volverá a medir, para corroborar los primeros resultados, en la nueva fase de estudio. Además, también se comprobará si esta tecnología ayuda a elevar la presencia de vitaminas liposolubles, como la vitamina D; si favorece la eliminación de pesticidas o si tiene influencia sobre grupos de bacterias intestinales que se han vinculado con la obesidad.

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