Tableros reduce actividad ante el riesgo de que le paren la producción por ruidos

El Concello de Lugo, a raíz de una denuncia vecinal, le ordenó adoptar estas medidas para que cumpla la normativa ► La empresa de Nadela deja varias máquinas sin funcionar por las noches y tiene previsto instalar una barrera acústica

Dependencias de la factoría Tableros Hispanos. J.VÁZQUEZ
photo_camera Dependencias de la factoría Tableros Hispanos. J.VÁZQUEZ

LUGO. La empresa Tableros Hispanos, que produce las 24 horas los 7 días de la semana, ha parado la actividad de varias máquinas por las noches en su fábrica de Nadela, tras la advertencia del Concello de Lugo de que si no cumplía con la normativa medioambiental procedería «á suspensión do funcionamento» de la factoría por exceder los límites establecidos para ruidos.

La administración local ordenó el mes pasado a la maderera lucense, tras la denuncia formulada por los vecinos de O Vilar, ajustar su proceso industrial y el funcionamiento de sus equipos para que «non se superen os límites sonoros» en el entorno de esta urbanización, sita en la parroquia de Santa Comba.

Los vecinos, que se quejan de los ruidos que padecen por las noches, no por el día, llevan remitiendo escritos desde hace tres años a la Xunta de Galicia y al Concello de Lugo para que estas administraciones hagan cumplir a esta factoría la normativa medioambiental.

Hasta el momento la administración autonómica le había impuesto a la maderera una multa de 20.001 euros, a mediados de 2016. Ahora el Concello ha establecido una serie de medidas cautelares ante lo que considera una infracción grave, que le podría acarrear una multa de 601 a 12.000 euros y la suspensión temporal de la licencia de actividad por un periodo de hasta dos años.

La maderera lucense prevé también instalar una barrera acústica de unos 100 metros de longitud, como la de las autovías

Además de las comprobaciones que realizaron agentes de la Policía Local, el Concello también le ha exigido a Tableros Hispanos -antigua Tablicia- que acredite que cumple los límites sonoros mediante un informe elaborado por una entidad homologada en mediciones acústicas.

Ante esa advertencia municipal la dirección de la fábrica de tableros aglomerados de Nadela ha optado por dejar sin funcionar durante las noches una astilladora, un puente grúa, las cintas transportadoras y el cogenerador de energía, con lo que entiende que cumple con las exigencias municipales.

La empresa explica que estas medidas le están ocasionando «un perjuicio económico» porque tiene que asumir «sobrecostes», pero que eso «no está afectando» a la producción de tableros aglomerados, aunque la consigue mantener «al límite».

También ha remitido al Concello el informe requerido en el que certifica que con las medidas adoptadas no se exceden los límites de ruidos, según se precisa desde la planta.

A la espera de la respuesta que le dé la administración local, la dirección de Tableros Hispanos afirma que está haciendo «todo lo imposible para cumplir la normativa vigente» y que pretende «solucionar este problema de inmediato».

Así asegura que también instalará una barrera acústica -similar a las que se colocan en las autovías- de unos 100 metros de longitud en el lateral de la fábrica más próximo a la urbanización de O Vilar y que en una parcela contigua está plantando árboles que también podrían actuar como muro natural.

AMPLIACIÓN. La dirección, que heredó una planta con maquinaria anticuada que irá relevando en el plan de expansión que prevé llevar a cabo a lo largo de este y el próximo año, anuncia que aislará dos ventiladores de los secaderos.

Estas son continuación, según asegura, de otras medidas correctoras adoptadas en los últimos años, como por ejemplo panelar el equipo de cogeneración que está «en un edificio insonorizado».

Una factoría que casi recuperó los 130 trabajadores de su época dorada
Tablicia dejó de funcionar en la primavera de 2012, tras casi 40 años de actividad. El grupo peruano Representaciones Martín adquiría la factoría de Nadela por 2,5 millones de euros, la rebautizaba como Tableros Hispanos y reanudaba la producción en junio de 2014. En estos más de tres años y medio la maderera lucense, que tiene su principal mercado en América, tiene en cartera un ambicioso plan de expansión y su plantilla ronda los 130 trabajadores que tuvo en la época dorada de su antecesora.