Tableros Hispanos asumirá la reducción de ruido y gases que piden los vecinos

La empresa elevará la chimenea y aislará la maquinaria. Los residentes de O Vilar ven "insufrible" la situación
Vecinos de O Vilar (Santa Comba) reunidos con representantes de Tableros Hispanos
photo_camera Vecinos de O Vilar (Santa Comba) reunidos con representantes de Tableros Hispanos

La empresa Tableros Hispanos se comprometió este miércoles con los vecinos de la urbanización O Vilar de Santa Comba a tomar medidas para reducir el ruido y los gases derivados de su actividad en Nadela y ante las quejas que estos manifiestan desde que la empresa retomó la actividad de la antigua Tablicia, en 2015.

Estas medidas serán las de, en el plazo de un año, elevar sus chimeneas un mínimo de cinco metros "y hasta donde permita el fabricante", según indicó el director general de la empresa, Simón Távara. También establecerá como plazo máximo el 2019 para reducir los ruidos que genera.

A pesar de que la empresa cuenta con la autorización medioambiental integrada, desde que inició su actividad los vecinos se quejan de ruidos "constantes, que non nos permiten vivir" y de gases que, según la orientación del viento, "chegan a entrar pola porta da vivenda", según indica la portavoz de la asociación, Pilar López.

Los vecinos denunciaron esta situación ante la Xunta, de quien obtuvieron la respuesta verbal de que la empresa cumplía con la normativa, y ante el Concello, que les aseguró que realizarían mediciones de decibelios al margen de los controles estipulados.

Ante una situación que consideran "insostenible" y que les llevaría a ejercer acciones legales contra la empresa, los vecinos se reunieron este miércoles con su director y acordaron volver a reunirse el lunes para estudiar el documento en el que Tableros Hispanos expondrá sus compromisos y, previsiblemente, firmarlo. "É un voto de confianza", indica Pilar López.

Esta es la segunda reunión que los vecinos mantienen con los representantes de la empresa. El pasado mes de febrero visitaron la fábrica para conocer las medidas que esta había tomado referidas al ruido, que se basaron en panelar zonas de maquinaria y sustituir las máquinas más ruidosas. "En total, invertimos más de medio millón de euros en medidas medioambientales", indica Simón Távara, que también asegura que no superan el límite legal de los 60 decibelios. Sin embargo, los vecinos, según afirma su portavoz, Pilar López, dicen no haber notado estas mejoras y se lamentan de que no es posible hacer vida normal en sus casas y fincas.

En lo que concierne a los gases, la empresa también asegura que cumple la normativa. "Los niveles de emisión de partículas son mucho menores de los que marca la Xunta de Galicia", pero se comprometen a elevar la chimenea, aunque sin garantizar que esto solucione el problema. Los vecinos decidieron este miércoles aceptar esta propuesta "con cautela y reservas" y la empresa manifestó su voluntad de lograr una "buena convivencia".

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