La subida del pulpo hace renunciar a todos los adjudicatarios de las casetas

Alegan que el precio se ha duplicao, lo que hace inviable la ración a 8 euros en San Froilán. Creen que las nuevas bases no deben marcar un precio, sino que sea libre según el mercado

Montaje de las casetas para el San Froilán de 2017. XESÚS PONTE
photo_camera Montaje de las casetas para el San Froilán de 2017. XESÚS PONTE

Dos años después de la polémica generada en la subasta de las casetas del pulpo de San Froilán, estas vuelven a estar en la cuerda floja. El motivo es que los cuatro empresarios que se hicieron finalmente con la adjudicación por cuatro años han renunciado a seguir con las mismas, debido a que el precio máximo por ración fijado por el Concello, 8 euros, hace inviable el negocio en un momento en el que el pulpo ha duplicado su precio.

La renuncia fue confirmada a El Progreso por dos de los adjudicatarios, y se materializó no haciendo efectivo el pago estipulado para este año, que deberían haber abonado el pasado 31 de marzo. En esta postura y en la negociación que han mantenido con el Concello los cuatro han ido de la mano, por lo que las casetas de Aurora do Carballiño, Torre de Núñez, Manolo de Marce y La Palloza no se montarán el próximo San Froilán si no hay un nuevo concurso en el que las condiciones se modifiquen radicalmente.

Es difícil encontrar ya una feria en la que la ración de pulpo esté por debajo de 10 euros, y en muchas está a 12

La principal demanda de estos empresarios, todos ellos históricos del ferial con muchos años de experiencia, es que se deje de marcar el precio de la ración por parte del Concello. En la adjudicación de 2016, que se hizo por cuatro años y no finaliza hasta 2019, se estipularon 8 euros. Se trata, objetivamente, de un precio absolutamente fuera del mercado que el año pasado ya lastró de manera importante los resultados económicos de las casetas. El problema es que desde entonces el pulpo no ha dejado de subir y el precio del kilo se sitúa para algunas calidades en torno a los 16 euros, y con previsión de que siga subiendo.

De hecho, este incremento ya se ha trasladado desde hace tiempo no solo a las cartas de los locales de hostelería, sino también a las ferias populares. Encontrar ahora una feria con la ración por debajo de los 10 euros es imposible, y en muchas de las de Galicia ya se cobra a 12. Y, desde luego, ninguna en la que el pulpeiro tanga que pagar más de 20.000 euros por el derecho a montar caseta y caldero.

Los adjudicatarios creen que en un mercado tan cambiante el Concello no puede imponer el precio

Los adjudicatarios de las casetas se reunieron con la alcaldesa, Lara Méndez, y la concejala de festejos, Carmen Basadre, para tratar este asunto, pero el Concello no fue capaz de darles una solución: las bases del concurso, alegaron, les impedían realizar cualquier modificación del precio. Es por ello que los empresarios buscaron como alternativa la renuncia a sus adjudicaciones, dejando de pagar la cuota anual correspondiente y asumiendo la pérdida de la fianza que cada uno de ellos había depositado en el momento de la adjudicación.

En todo momento quisieron dejar claro que no se trataba de un boicot al San Froilán, sino la única salida que las exigencias de los técnicos del Concello les habían dejado. Confían, de esta manera, en que el concurso anterior pueda darse por desierto y se pueda anular, para que se convoque otro con nuevas bases al que todos ellos están dispuestos a acudir, siempre que el precio de la ración lo marque el mercado libre y no los funcionarios municipales.

La pelota está ahora en el tejado del Concello, que en los apenas cinco meses que quedan para las fiestas debería ser capaz de declarar desierta la subasta anterior, redactar las bases de la nueva y llevarla a cabo si no quiere que las fiestas de referencia del otoño gallego pierdan su mayor seña de identidad.

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