El sótano de la Plaza bulle de nuevo

Los vendedores tradicionales de los martes y los viernes vuelven a estar en este lugar y a ellos se suman los de Quiroga Ballesteros ► Hay espacios nuevos y mejorados, como los aseos, y el mercado se organiza por áreas de alimentos, con puestos fijos e individuales
Los puestos son individuales y serán fijos para cada vendedor. SEBAS SENANDE
photo_camera Los puestos son individuales y serán fijos para cada vendedor. SEBAS SENANDE

La reforma de la Plaza de Abastos, proyectada e iniciada hace años y que costó unos dos millones de euros, culminó este viernes con la apertura del sótano, que volvió a recibir a los vendedores tradicionales de los martes y los viernes. Llevaban más de medio año, el tiempo que duró la obra, reubicados en una carpa en la cercana Praza da Soidade.

A ellos se suman desde ahora los productores que antes se instalaban en el Mercado de Quiroga Ballesteros, de forma que toda la venta tradicional está ahora junta y el Mercado se potenciará como espacio de restauración. La convivencia que había en ese lugar los martes y viernes no acababa de satisfacer a nadie, ya que era difícil mantener limpios y ordenados el espacio y las mesas que ocupaban tanto vendedores de productos del campo como clientes de los establecimientos de hostelería.

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La asignación de los puestos en el sótano de la Plaza se hizo este mismo viernes, por lo que la apertura del mercado fue más lento de lo habitual y provocó quejas de algunos vendedores que habían llegado prácticamente de madrugada y que no pudieron instalarse hasta pasadas las ocho de la mañana. El reparto de las mesas se hizo por orden de llegada y, en contra de lo esperado, apenas hubo quejas sobre las ubicaciones. "Entre outras cousas, porque como todo é novo, aínda non se sabe cales son os mellores sitios", explicaba este viernes a media mañana un empleado municipal. A esa hora, algunos vendedores ya habían agotado la mercancía. "Vendín uns corenta queixos frescos e perdín de vender", afirmaba Dolores Guntín, que acude cada martes y viernes desde Guntín.

El sótano de la Plaza mostraba este viernes la mejor imagen en mucho tiempo, con instalaciones nuevas y limpias, mayor orden de los puestos y mucha clientela, animada probablemente por el estreno y por las fiestas y el inicio de mes, que animan el consumo. "Eu viñen de casualidade, a mercar dous repolos porque os meus pudríronme, pero está todo tan ben que estirei un pouco a vista e algo máis levarei", explicaba Chelo Torre.

Los puestos son individuales y serán fijos para cada vendedor.

Las mesas son ahora individuales - "case mellor, tal como están as cousas", afirmaba una vendedora en relación al covid- y fijas, para cada productor y los alimentos están ordenados por áreas: quesos, hortalizas y frutas, flores y pan. Este último estaba ants en el mercado de enfrente.

En general, vendedores y compradores valoraban este viernes el resultado de la reforma y la nueva organización, aunque también los había escépticos. "O sitio se non volve a chover está ben", afirmaba con sorna una productora, en alusión a las filtraciones de agua que hubo en alguna época.

La reforma incluyó la mejora y ampliación de espacios que provocaban muchas quejas por su mal estado, como los aseos y los vestuarios, y la creación de otros nuevos, como un obrador para la elaboración de procesados cárnicos y una zona de limpieza, para cajas y botas, por ejemplo.

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