Derivaciones de agua sin permiso y vertidos, principales agresiones

Solo cinco operarios de Tragsa cuidan de 7.300 kilómetros de ríos en Lugo

Es la extensión de la red fluvial de la Confederación del Miño-Sil en la provincia. Aún así, fueron retirados más de 24.000 árboles en 2014. Cualquier particular puede quitar troncos, maleza o residuos del río si lo solicita a la Confederación, aunque la autorización no es inmediata
Tronco en el puente
photo_camera Tronco en el puente

Mes y medio, como mínimo, es el tiempo que lleva atascado un tronco de árbol en uno de los arcos del puente romano de Lugo. Por esas fechas llegó a haber un madero en cada uno de los arcos, pero los restantes se los acabó llevando la corriente. Que tras varias semanas el tronco siga en el lugar es una situación a la que el presidente de la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil (CHMS) no encuentra justificación. "Me parece inexplicable", afirma Francisco Marín, aunque la entidad que preside ya encargó a Tragsa la retirada del árbol, que se realizará en los próximos días.

Marín destaca la labor de vigilancia y cuidado de los ríos que se lleva a cabo, siempre mejorable, admite. "Los recursos nunca son suficientes, y más en el país de los mil ríos. En la parte española de nuestra demarcación hay más de 20.000 kilómetros de ríos y mucha dispersión poblacional, hay miles de núcleos", justifica.

De esos más de 20.000 kilómetros, unos 7.300 están en la parte lucense de la CHMS -comprende también territorio de Ourense, Pontevedra, Zamora, León y Asturias- y la mayor parte del año cuentan con solo once personas para labores de vigilancia, conservación y limpieza. El organismo de cuenca tiene asignados a la provincia de Lugo tres agentes medioambientales, tres guardas y una brigada de limpieza formada por cinco operarios. En ocasiones, hay una brigada complementaria, como sucede en este momento en la parte alta del Miño. Tanto la brigada permanente como las complementarias son siempre de empresas contratadas por la CHMS. La del Miño alto es de Tragsa, empezó a trabajar en diciembre y continuará seguramente hasta junio, explicó Marín.

El personal de vigilancia y guarda de los ríos se ha ido reduciendo en los últimos años, ya que no se cubren jubilaciones. Cada uno de los seis trabajadores que hay actualmente tiene asignada una zona, que recorren diariamente. "Están en constante movimiento. Cuando detectan un problema, o alguien les advierte, lo comunican al responsable de la brigada y, en función de la gravedad, se prioriza", explica Marín.

A lo largo del año pasado, y solo en la provincia de Lugo, la plantilla de la confederación ha retirado o talado un total de 24.535 árboles y ha aplicado tratamiento silvícola, como desbroces o repoblaciones, en más de 395 hectáreas de superficie, con poco más de un millón de euros de inversión para todas esas actuaciones. También se incluyó la retirada de 134 metros cúbicos de residuos.

La actividad humana está detrás de la mayoría de las agresiones que sufren los ríos (vertidos, captaciones, ocupación de terrenos de desagüe...), pero otras son fruto exclusivamente de la naturaleza. Las lluvias, las erosiones, el crecimiento de la vegetación, la caída de ramas o árboles enteros por daños o por enfermedad... hace que muchas veces invadan el río y formen tapones.

AVISOS. Marín explica que, en la medida de sus posibilidades, el personal de la CHMS está siempre pendiente de detectar y de solucionar esos problemas, aunque muchas veces son los ciudadanos quienes avisan e incluso quienes actúan. "Pueden y deben hacerlo", afirma el presidente de la Confederación. Porque, en contra de lo que mucha gente cree, cualquiera puede cortar un árbol enfermo que amenaza con caerse al río, retirar un tronco que hace tapón o quitar basura del cauce. Eso sí, hay un requisito, no siempre entendido y que no siempre se cumple. Para cualquier actuación en el borde del río o en los cien metros de policía que hay a cada margen hay que cursar una solicitud ante la CHMS. Tarda tres o cuatro meses en resolverse porque, cualquier actuación de cierta envergadura tiene que ser evaluada y exponerse al público en el Ayuntamiento correspondiente, con un plazo para alegaciones. Y hay casos -zonas protegidas, por ejemplo- en los que hay remitir al expediente a la Dirección Xeral de Conservación da Natureza para que dé su consentimiento.

Cuando son actuaciones anecdóticas -la tala de un par de árboles secos, pone como ejemplo Marín-, la CHMS usa un procedimiento abreviado para agilizar la autorización. Aun así hay que cursarla. En un país acostumbrado a saltarse las normas, es fácil deducir qué es lo que sucede en la práctica.

La CHMS abrió el año varios expedientes en la provincia de Lugo por talas sin permiso o que excedieron lo autorizado, aunque suelen ser por cortas de cierta envergadura, que generan actividad económica. En 2014 fueron 116 las talas autorizadas por el organismo de cuenca.

Como conclusión, el presidente de la Confederación recalca que el cuidado de los ríos es una cosa de todos. De administraciones, de empresas y de particulares, recalca. La conciencia es desigual. Hay gente que utiliza el río como vertedero y gente que alerta y denuncia agresiones a los cauces, aunque en términos generales, Marín cree que el respeto hacia los ríos es hoy mucho mayor que el de hace años.

Personal Una brigada permanente y otra temporal se ocupan actualmente de los ríos Talas La CHMS autorizó 116 talas al lado de cauces o en zonas de policía durante el año pasado Conciencia El respeto por los ríos ha aumentado, aunque siguen sufriendo muchas agresiones

Comentarios