Solo el agua contiene las ganas de fiesta en el Arde Lucus

La lluvia, casi constante y a veces torrencial, hizo que el de pareciera más un mal día de San Froilán
La lluvia estropeó el cierre del Arde Lucus. XESÚS PONTE
photo_camera La lluvia estropeó el cierre del Arde Lucus. XESÚS PONTE

El Arde Lucus sorteó los elementos. La fiesta sale muy viva de una edición marcada por la pandemia y el mal tiempo y el año 2022 será "maravilloso". Con ese espíritu cerraron este domingo esta edición las asociaciones lucenses de recreación histórica.

En esa apreciación concidía también el edil Mauricio Repetto, que recordaba que este ha sido un Arde Lucus "de transición" por el covid, pero que deja muchas luces, como la "responsabilidad" mostrada por el público y el "compromiso" de las asociaciones. Así, "hubo gente, pero no aglomeraciones", decía Repetto.

El concejal aplaudía el funcionamiento de las actividades en los campamentos, con circuitos de entrada y salida o conteo de visitantes, y destacaba también la buena acogida de los conciertos y la seguridad con que se celebraron esas actuaciones.

Y es que, sin llegar a ser un evento de grandes masas como ocurría antes, en el Arde Lucus hubo gente. De la afluencia da cuenta el hecho de que, pese a las medidas de seguridad y los controles de aforo, por el campamento de la Cohors III Lucensium pasaron, por ejemplo, 2.000 personas, según contaba Eduardo Fernández Abel, miembro de ese colectivo. Decía que la satisfacción era común en todas las asociaciones cuando se reunieron a última hora de la tarde de ayer para apagar el fuego del Arde Lucus 2021.

Hay satisfacción por el resultado y la fiesta se cerró con la idea de que el 2022 será grande

De hecho, de la experiencia de este año pueden salir proyectos nuevos para el 2022, ya que, por ejemplo, se ha comprobado que la posibilidad de conocer muy de cerca la vida de los campamentos ha gustado a muchos lucenses.

Todo ello contribuyó a mantener el ánimo pese a que la lluvia complicó mucho el último día de fiesta, al obligar a los lucenses a recluirse en casa o en espacios cerrados durante la mayor parte de la jornada.

La lluvia, y el frío, provocaron que el ambiente en la calle decayera. Si el sábado la gente aprovechó que escampaba para lanzarse a la calle, este domingo la ciudad estuvo mucho más desierta, lo que afectó a la fiesta y también a los negocios de hostelería, para los que el Arde Lucus era todo un salvavidas tras los meses de pandemia.

La lluvia marcó el cierre del Arde Lucus. SEBAS SENANDE

Y es que el día de este domingo "amargó" las actividades. "Esto parece más un mal día de San Froilán que el Arde Lucus", decía por la mañana un lucense que tuvo que correr para escapar de unos de los chaparrones torrenciales que descargaron sobre la ciudad.

Tanta descarga de agua no ayudó precisamente al mercado, que este año se trasladó al Parque y que también era visto como una oportunidad de recuperación para los artesanos, otro colectivo que sufrió duramente en sus carnes las consecuencias de la pandemia.

La lluvia marcó el cierre del Arde Lucus. SEBAS SENANDE

Con todo, aunque el día no fue bueno, las asociaciones se empeñaron en salvar todo lo posible el ambiente de fiesta y un día más hubo desfiles por las calles.

Fueron como los celebrados a lo largo de esta edición, de grupos pequeños y sin anuncio previo, para evitar las aglomeraciones que suelen acompañar los marciales paseos de las tropas.

La lluvia marcó el cierre del Arde Lucus. SEBAS SENANDEY la capacidad de resistencia a las circunstancias adversas se volvió a ver también en actos como las ceremonias de casamiento, ya fueran por el rito romano o el celta. Bajo el paragua, varias parejas acudieron a hacer sus votos de amor, ratificando un día más ese atractivo que tiene el Arde Lucus para muchas parejas.

De hecho, en esta atípica edición, sin apenas turistas en la ciudad, llegó a haber bodas de parejas procedentes de ciudades como Valladolid o Toledo.

Y pese a todos los elementos en contra también hubo público para los espectáculos teatrales. Aunque no llegaran a formarse grandes grupos de espectadores, los actores no estuvieron solos cuando les tocó subirse al escenario para poner su granito de arena y contribuir a mantener viva la fiesta.

La celebración acabó en la Calella do Hospital, lugar al que se traslado el rito de apagado del fuego sagrado aprovechando la carpa. A salvo del agua, el fuego se apagó, pero solo por un año.

Y tras la fiesta, la opción del premio
La fiesta acaba y quienes participaron de forma activa en el Arde Lucus tienen ahora la oportunidad de ganar uno de los premios de caracterización del concurso Avivando la llama, organizado por El Progreso con la colaboración del Concello, la Diputación, Caixa Rural, Torre de Núñez, As Termas y Vía Romana. Solo hay que subir las fotos a la web de El Progreso.

CATEGORÍAS. El concurso incluye una categoría de caracterización individual, con un premio de 500 euros, en tarjeta para consumir en el comercio de Lugo, además de un jamón y una caja de vino. El premio a la mejor caracterización grupal será de mil euros y también se repartirán un jamón, diez lotes de embutidos y una caja de vinos.

Respecto a la decoración de fachadas, balcones o locales, habrá un premio de 500 euros, además de un jamón y una caja de vino. Entre todos los participantes se sorteará un bono para dos personas en un balneario, con noche desayuno y circuito termal. Se sorteará también una tarjeta de cien euros para consumir en comercios o establecimientos de hostelería de Lugo.

Comentarios