Solidaridad y economía de guerra en un Lugo en estado de conmoción

La dispersión poblacional frena la expansión de la pandemia, que experimenta picos en función de las pruebas a personas de riesgo
Aspecto de la calle Obispo Aguirre el día 15 del confinamiento. XESÚS PONTE
photo_camera Aspecto de la calle Obispo Aguirre el día 15 del confinamiento. XESÚS PONTE

La vida de los lucenses experimentó un cambio radical por la pandemia del Covid-19. Nada es igual desde que se decretó el estado de alerta, hace quince días, y el futuro es una incógnita. Lugo es de las provincias españolas con menos fallecidos, siete, y con menor número de infectados, con 244.

La Xunta vaticina que estos días se llegará al pico de las infecciones y después se suavizará la curva. En el ámbito económico se cumplieron los malos presagios, con dos líneas divergentes. El sector primario resiste el impacto del virus, mientras que hostelería y comercio son los más castigados.

Las últimas medidas del Gobierno endureciendo los criterios para paralizar actividades no esenciales incluyen en principio a industrias electrointenvas como Alcoa, que genera el 30% del PIB lucense.

1. Sanidad ▶ No saturar las Ucis y hacer más pruebas
El foco de la mayoría de los primeros casos de coronavirus en Lugo eran importados. El primer paciente fue un vecino de Foz que pasó unos días en Madrid a finales de febrero. Le hicieron la prueba el 8 de marzo en el hospital de Burela y lo trasladaron al Lucus Augusti. Protagonizó también la primera alta, tras diez días ingresado. El Covid-19 se cobró el día 20 la primera víctima en la provincia, el chantadés Luis Ángel Albilares López, de 89 años. Los siete muertos hasta el momento son ancianos.

Por ahora no existe riesgo de saturación de camas en las Unidades de Cuidados Intensivos, algo que será clave para afrontar la crisis

Las cifras iniciales de enfermos parecían anecdóticas. Su número se disparó algunos días en función del aumento de pruebas realizadas. A ello contribuyó la progresiva implantación de las unidades de pruebas del Covid-19 desde el coche, a la entrada de los centros hospitalarios. Los controles de detección se antojan fundamentales para el control de la pandemia.

El incremento de casos diarios se sitúa en torno al 10% tras el significativo repunte del sábado, cuando se sumaron 55 casos activos y un fallecido. Los sanitarios, auténticos héroes de esta guerra silenciosa, son el sector más castigado.

Por ahora no existe riesgo de saturación de camas en las Unidades de Cuidados Intensivos, algo que será clave para afrontar la crisis.

La dispersión geográfica y la escasa densidad poblacional constituyen una fortaleza en los municipios del interior de Lugo, convertidos en una isla contra la pandemia, aunque su elevada tasa de envejecimiento es un factor de riesgo.

2. Administraciones ▶ Un apoyo sin apenas polémicas
El Estado, la Xunta y las administraciones locales tratan de coordinar esfuerzos para hacer efectivo el confinamiento y ayudar a la población. En esta complicada coyuntura, las polémicas políticas pasaron a un segundo plano.

El trabajo de la Guardia Civil, Policía Nacional y policías locales es intenso en su intento de evitar actuaciones irresponsables ante la pandemia. Los primeros días se centraron en la labor informativa, para pasar después a la denuncia en casos de infracción flagrante del confinamiento.

Tras la suspensión de las elecciones autonómicas del 5 de abril, el delegado territorial de la Xunta, José Manuel Balseiro, retomó sus funciones el día 18 y se puso al frente del Puesto de Mando Avanzado. Este ente centraliza, junto con la Fegamp, las necesidades de los ayuntamientos, a los que realizó envíos de material. Desde el 24, la Xunta distribuyó 3.700 mascarillas, 1.500 trajes de protección y 24.200 guantes en los ayuntamientos de la provincia, que los ven insuficientes.

Los ayuntamientos trabajan para proteger a la población y, en especial, a los colectivos de riesgo

Las brigadas de incendios de Medio Rural colaboran en la desinfección de puntos vulnerables, como centros de salud o residencias. Una labor similar realiza la UME (Unidad Militar de Emergencias). La Brilat desplegó efectivos en Lugo para patrullar las calles.

La Diputación adoptó importantes medidas, como la modificación de las bases del plan único para eximir a los ayuntamientos de destinar el 50% de las aportaciones del ente provincial a inversiones con el fin de que puedan afrontar con esos fondos gastos derivados de la actual crisis. El gobierno provincial amplió el plazo de contratación de obras de este plan, que repercutirá en empresas de ámbito local.

Los ayuntamientos trabajan para proteger a la población y, en especial, a los colectivos de riesgo. Los Servizos de Asistencia no Fogar (SAF) realizan una labor fundamental para dependientes y ancianos que viven solos.

El Ayuntamiento de Lugo fue pionero en Galicia a la hora de tomar medidas. Así, entre otras, dispuso ayudas por 5 millones para pymes, autónomos y familias, retrasó impuestos, anunció que pagará a proveedores en un máximo de dos meses y habilitó un hogar del transeúnte en el pabellón de deportes.

José Ángel Santos, alcalde de Friol, efectuó labores de desinfección con su propio tractor

Hay ayuntamientos que habilitaron teléfonos para el reparto de comida y medicamentos a vecinos de sus zonas rurales. En A Fonsagrada efectuó este cometido el alcalde, el socialista Carlos López, para no poner en riesgo al personal municipal. Su homólogo de Friol, José Ángel Santos, efectuó labores de desinfección con su propio tractor.

Hubo otras iniciativas, como la del Concello de Ribadeo, que repartió vales canjeables en los supermercados para la compra de alimentos perecederos y productos de higiene a familias o personas en situación de vulnerabilidad.

3. Residencias ▶ En el punto de mira tras el goteo de casos
Las residencias de la tercera edad están en el punto de mira. La Xunta suspendió el día 15 las visitas a los centros de mayores, un sector dominado por las empresas privadas. El número de contagios en residencias aumenta de forma exponencial en Galicia, pero en Lugo todavía son escasos. Sin embargo, el constante goteo de infectados entre trabajadores e internos de centros de la tercera edad lucenses es un motivo de preocupación. El Covid-19 también puede hacer estragos en hogares de discapacitados.

El fenómeno del coronavirus generó también tensión en la prisión de Monterroso, donde se registraron dos peleas

La Xunta habilitó el centro compostelano Porta do Camiño para acoger los positivos de las residencias de A Coruña y Lugo. Los centros habilitados para la zona sur son los de Baños de Molgas, en Ourense, y la DomusVi de Vigo.

El fenómeno del coronavirus generó también tensión en las prisiones de Monterroso, donde se registraron dos peleas la semana pasada, y Bonxe.

4. Economía ▶ Solo aguanta la industria agroalimentaria
El sector primario y la industria agroalimentaria prosiguen con su actividad, mientras que el sector terciario se desploma. Los ganaderos de leche mantienen su producción. El sector cárnico aguanta de forma irregular. La venta de ganado vacuno se desarrolla con normalidad, aunque se ve afectada la venta de animales de recría, tras el cierre de los mercados. Los mataderos de pollos funcionan a tope. Los productores agrarios buscan canales de venta online ante la suspensión de los mercados de proximidad, cuya apertura es reclamada por varias organizaciones. La pesca se resiente por los bajos precios de casi todas las especies, especialmente de la merluza y la caballa, que está en plena costera.

El borrador del decreto sobre la suspensión de actividades no esenciales desde mañana al 13 de abril iba a permitir la actividad de las electrointensivas como Alcoa, pero finalmente no se incluyó en el BOE y la factoría no tiene fácil encaje. Hay un día de moratoria y todo está en el aire. Hoteles y bares están cerrados. A su actual falta de ingresos se suman unas malas perspectivas. Las reservas en albergues del Camiño para los meses de julio y agosto se están cancelando. La temporada veraniega en hoteles y apartamentos turísticos también queda en el aire.

Los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (Erte) presentados en la provincia hasta el pasado jueves eran 2.671 y alcanzaban a 9.064 empleados

Las previsiones de visitantes, en una sociedad golpeada por la crisis, no son halagüeñas.

La pérdida de empleos es otra de las caras amargas de esta epidemia. Los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (Erte) presentados en la provincia hasta el pasado jueves eran 2.671 y alcanzaban a 9.064 empleados. En Galicia pasan de 20.000 y afectan a más de 110.000 trabajadores. La cifra sigue en ascenso cada día, con las gestorías colapsadas por los trámites.

5. Encierro ▶ Redes sociales y redes de solidaridad
¿Cómo sería esta cuarentena sin las redes sociales? Las clases online se abren paso con colegios, institutos y universidades cerradas. Las misas por Facebook y Youtube o las altruistas clases de música en streaming son gestos que ayudan a sobrellevar el encierro. En el lado opuesto están los bulos, como el que denunciaba la llegada al Hula de un bus lleno de infectados, por el que abrió diligencias la Fiscalía.

Son estos tiempos de solidaridad, en los que se montan redes de voluntarios para hacer la compra a ancianos. Son días en los que surgen iniciativas por doquier para hacer mascarillas para su reparto. El Concello de Burela formó un equipo de 50 voluntarios para esta labor, en la que también se vuelcan particulares y asociaciones de la provincia o empresas que las diseñan en 3D.

En medio de esta ola de civismo surgen un mínimo número de desaprensivos que rompen el aislamiento

La monotonía se rompe con la música desde los balcones o los pinchadiscos virtuales que animan al vecindario. Estas contadas expresiones de jolgorio contrastan con la dureza de los entierros a los que solo pueden acudir familiares directos del difunto.

Vivimos una época de reconocimiento para los sanitarios públicos, objeto de aplausos y homenajes, y a esas gentes imprescindibles que hacen llevadera la vida en estos días insólitos, como cajeras de los supermercados, personal de farmacias, transportistas o quiosqueros.

En medio de esta ola de civismo surgen un mínimo número de desaprensivos que rompen el aislamiento, ya sea para hacer un botellón en el parque o en la calle, o comer en un furancho. La Guardia Civil llegó a poner 50 denuncias en la provincia el pasado fin de semana. La Policía Local de Lugo tramitó una treintena en siete días. Son episodios aislados frente a la grandeza de esa inmensa mayoría que convierte su encierro una lección de resistencia pasiva contra este virus que causa una conmoción sanitaria y económica.

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