Solidaridad a base de huevos

Nunca unas gallinas consiguieron tanto en tan poco tiempo. En medio año, los 40 ejemplares de la parroquia de San Antonio aportaron, de forma indirecta, 1.500 euros

Leiva (izquierda), con dos feligreses y algunas gallinas. XESÚS PONTE
photo_camera Leiva (izquierda), con dos feligreses y algunas gallinas. XESÚS PONTE

El proyecto 'Me cuesta un huevo', puesto en marcha por la parroquia de San Antonio el pasado mes de enero, comienza a dar ya sus frutos.

Las 40 gallinas que fueron compradas para aportar huevos, tanto a los feligreses como a otros lucenses, dejó ya 1.500 euros en las arcas de la iglesia, que se destinarán, en principio, al pago de los gastos que genera la actividad y también a la concesión de ayudas que se realiza en la parroquia a aquellas familias más necesitadas.

Estas cuatro decenas de gallinas ponen a un ritmo de 34 huevos diarios, cantidad de la que el cura de la parroquia y mentor de esta iniciativa, Alberto Leiva Torreiro, se siente particularmente orgulloso.

"A produción non está mal tendo en conta que colleu o tempo de inverno e o proxecto está dando bastante bo resultado porque se están a recaudar cartos para a parroquia e para a xente que o necesita", indica el sacerdote.

Una persona se llevó tres docenas de huevos y, a cambio, dejó 300 euros para contribuir con la parroquia

La aportación por los huevos es totalmente voluntaria. Cualquier lucense puede acercarse hasta la finca que la parroquia tiene en As Saamasas, donde está el gallinero, y llevarse los huevos de forma gratuita o dando lo que quiera dar.

"Houbo unha persoa, en concreto, que levou tres ducias e deixou, a cambio, 300 euros", explica.

El gallinero está siendo atendido por tres feligreses, que dejan allí parte de su tiempo libre dado que las aves suelen dar más trabajo de lo que podría parecer en un principio.

"Hai que limpar o chan e estar pendentes de que non escapen e tamén de que teñan comida e bebida. Ao final, é un traballo diario pero tamén é unha iniciativa bonita que contribúe á solidariedade veciñal", indica Alberto Leiva.

Las gallinas dan su trabajo, pero la colaboración de los feligreses en este proyecto es tal que las aves son tratadas como auténticas reinas, tanto en sus ponederos como también en la dieta que ingieren y de la que se hacen eco en la página de Facebook que lleva el mismo nombre que el proyecto, 'Me cuesta un huevo'. De hecho, forman parte de su menú platos como, por ejemplo, "ensalada de herbas do campo con tropezóns de pan de Ousá" o "revolto de faragullas de pan con miñocas de terra e esencias da eira".

La idea principal de este proyecto es fomentar la solidaridad en la parroquia con los más necesitados, no hacer negocio con los huevos. De ahí que lo que se recojan sean solo aportaciones voluntarias.

"Non queremos facer un negocio con isto. Os ovos que se produzan serán levados á parroquia e estarán a disposición de quen queira levalos a cambio dun donativo. Os que nos sobren distribuirémolos en Cáritas para os máis necesitados da parroquia. Por outra banda, os ovos serán etiquetados. Con iso pretendemos dar a coñecer estas iniciativas a través das etiquetas porque é difícil chegar á xente. De aí o nome do proxecto, 'Me cuesta un huevo'", explica Alberto Leiva.

El gallinero echó a andar con 13 ejemplares y, poco a poco, llegaron a los 40. Las gallinas se pasan el día al aire libre, en una finca cerrada situada al lado de otra parcela dedicada al cultivo de patatas y que también fue otra iniciativa solidaria que puso en marcha la parroquia hace ya varios años.

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