Sin esperar al "ya hablará"

Aroa Rodríguez, logopeda, y Eva Losada, madre de un niño con Trastorno Específico del Lenguaje destacan los beneficios de la atención temprana

La logopeda Aroa Rodríguez y Eva Losada, madre de un niño con Trastorno Específico del Lenguaje. VICTORIA RODRÍGUEZ
photo_camera La logopeda Aroa Rodríguez y Eva Losada, madre de un niño con Trastorno Específico del Lenguaje. VICTORIA RODRÍGUEZ

TIENE DOS HIJOS y, con el menor, notó enseguida que algo pasaba. Tardaba en arrancarse a hablar, era muy difícil entenderlo y tenía problemas de coordinación. Eva Losada cuenta que, con dos años, Martín cuadraba con los estándares que los pediatras consideran normales. Hay niños que tardan más que otros en hablar. Le decían que le diera tiempo.

Algo similar ocurrió cuando empezó en el colegio. También se percibía como normal el hecho de que le costara tanto explicarse. Sin embargo, ella estaba convencida de que no debía esperar. A su hijo le costaba jugar con otros niños porque no era capaz de comunicarse. A ella también le costaba entenderlo. Se convenció de que tenía un problema de sordera. "Entendía mellor a sílabas tónicas que as átonas. Se a mensaxe tiña un apoio visual, se por exemplo outro neno facía un xesto mostrando como era o xogo que propoñía, entendía mellor", apunta y añade que, cuando contaba al otorrinolaringólogo qué le pasaba a Martín este le decía que "estaba describiendo a un neno xordo de libro".

Pero tras una serie de pruebas, la sordera quedó descartada. Eva se digirió entonces a la consulta de la logopeda Aroa Rodríguez Pena. Fue ella la que le dio nombre a qué le pasaba a Martín: Trastorno Específico del Lenguaje (Tel). El Tel es un trastorno muy heterogéneo, de forma que cada afectado puede presentar problemas dispares. El de Martín, por ejemplo, cursa con problemas de psicomotricidad, pero no siempre ocurre así. Lo que tienen en común todos los afectados es que tienen problemas en la adquisición y desarrollo del lenguaje oral. Suelen ser hablantes tardíos, que, cuando empiezan a hacerlo, tienen dificultades para ordenar sílabas dentro de una palabra, palabras dentro de una frase o frases dentro de un discurso.

Los niños con Tel son tratados fundamentalmente en consultas privadas por falta de apoyo público

Muchos también presentan dificultades de comprensión y para seguir rutinas. Pero en el nombre se incluye el calificativo de específico porque lo es: los problemas del lenguaje no son fruto de una discapacidad intelectual o de una lesión neurológica.

Es un trastorno que no se circunscribe al momento en el que el niño empieza a hablar, sino que le acompaña durante toda la infancia y la adolescencia, y no es un mero retraso en la adquisición del lenguaje, que es con lo que se suele confundir. Los padres de estos niños suelen escuchar en colegios y centros de salud mensajes bienintencionados de "ya hablará".

"Hay un porcentaje de niños con retraso en la adquisición del lenguaje que, efectivamente, dan un salto después y alcanzan al resto de niños. Pero este no es el caso de los niños con Tel, para quienes no es un problema que desaparezca con el tiempo. No conviene esperar para consultar porque lo único que se hace es retrasar el inicio de las terapias", apunta la logopeda.

El trabajo de logopedia y psicopedagogía es básico para que los niños puedan ir avanzando en el desarrollo del lenguaje. Rodríguez aconseja a los padres que perciban en sus hijos problemas en ese campo que se dirijan al pediatra y soliciten acceso al servicio de atención temprana, sin esperar a que crezcan. Sin embargo, admite que, a causa de los recortes, tiene mucha demanda y poca capacidad, pese a la dedicación de sus profesionales. Al final, los niños con Tel son tratados en consultas privadas.

La asociación Atelga, que reúne a los padres de niños afectados por Trastornos Específicos de Lenguaje en Galicia, tiene unos 60 socios en la comunidad

Ese es el caso de Eva, que, con su pareja, destina unos 300 euros mensuales a pagar terapias y materiales para su hijo. Ha aprendido mucho del Tel en los dos años que Martín lleva diagnosticado y tratado. También él lo ha hecho, de forma que, aunque seguir la vida académica supone para él una dificultad mayor que para otros niños, percibe las mejoras.

Como cada caso es diferente, y por tanto las terapias que reciba deben ser personalizadas, es difícil predecir qué secuelas tendrá un niño con Tel en el futuro. Sí se sabe que, cuanto antes empiece a tratarse, el pronóstico es mejor. Algunos adultos apenas tienen ninguna, otros siguen arrastrándolas. "A veces parece que se estanca, como se nun tempo non avanzara e logo volve a facelo", reconoce Eva.

Anima a todos los padres que sospechen que su hijo pueda padecer un Tel a lograr un diagnóstico precoz y a iniciar las terapias cuanto antes.