"Siento terror", dice la dueña de un piso agredida por sus inquilinas morosas

Una sexagenaria de A Residencia denunció en comisaría que durante la paliza la amenazaron con un gran cuchillo
La víctima con su perro. VICTORIA RODRÍGUEZ
photo_camera La víctima con su perro. VICTORIA RODRÍGUEZ

"Miedo no, siento terror porque me amenazaron con un cuchillo". Una sexagenaria del barrio de A Residencia, que vive sola, resumía así este martes la pesadilla que sufre con los inquilinos morosos a los que les alquiló un piso, un matrimonio lucense con dos hijos de corta edad, uno de ellos un bebé, y la madre de ella.

El último episodio de este drama lo vivió el pasado lunes al anochecer cuando las dos mujeres presuntamente le propinaron una paliza en su portal, sito en la Rúa Serra de Outes de Lugo, tras regresar de trabajar.

"¡Heite matar!", dice la propietaria que le amenazó una de las inquilinas, mientras esgrimía, según asegura, un cuchillo de unos 20 centímetros de hoja. "Me dieron un bofetón en la cara y me saltaron las gafas. Me quitaron el teléfono móvil y lo tiraron contra el suelo. Me caí y me dieron golpes hasta en el carné de identidad", continúa su relato.

Explica que debido a la agresión perdió el conocimiento y que cuando se recuperó se refugió en el garaje y llamó a la Policía Nacional. "Un agente me mantuvo al teléfono, tranquilizándome, hasta que llegaron las patrullas", apunta la víctima, que las acusa además de echar a la calle a su perro de raza yorkshire.

La propietaria incluso les prestó el año pasado 2.150 euros y les dejó ir a pasar unos días de vacaciones a su casa de A Mariña

El problema se agrava porque residen en el mismo edificio, la denunciante en el primer piso y sus inquilinos en el segundo. No hay más vecinos en esta casa de A Residencia. "En la calle no se meten conmigo, los problemas son de puerta para dentro", dice la arrendadora, que añade que "esta es mi casa, no me tengo que ir para un hotel", por lo que se pregunta si tendrá que "contratar a un guardaespaldas para poder salir a trabajar y volver".

Esta lucense, de 66 años, que prefiere mantener su anonimato, asegura que actualmente le adeudan cerca de 1.500 euros por el impago de tres meses de alquiler y de varios recibos de la luz y el agua.

A esa cantidad hay que sumar otros 2.150 euros, que dice que les prestó el año pasado, antes de que saltase por los aires la convivencia. "Se los dejé porque me dio pena su hijo", explica la víctima, que asegura que le "robaban las cartas del buzón" para conocer su poder adquisitivo. Incluso les permitió ir en dos ocasiones a una segunda residencia que tiene en A Mariña para que disfrutasen de unos días de vacaciones.

DEMANDA DE DESAHUCIO. Esta propietaria, que se siente "magullada en cuerpo y alma", precisa que esta fue la primera vez que le agredieron, aunque asegura que sufre problemas de convivencia desde hace meses -hasta ahora amenazas-, que se acentuaron a raíz de que a principios de este año presentó una demanda de desahucio, cuando la empresa especializada en desalojos a la que recurrió, Mi Casa no Es la Tuya, no alcanzó un acuerdo extrajudicial con los inquilinos para que se marchasen.

"¡A ver si empieza a actuar la Justicia!", reclama esta sexagenaria, que se siente "indefensa".

RESPUESTA. Aunque la propietaria del piso alquilado de la Rúa Serra de Outes presentó este martes en la comisaría de la Policía Nacional la correspondiente denuncia y el parte médico sobre la agresión sufrida, será ella la primera que tenga que comparecer en un juicio rápido por los problemas de convivencia.

A finales de este mes se sentará en el banquillo acusada de un delito leve de lesiones y de amenazas por una denuncia que presentaron sus inquilinos contra ella, de la que asegura que se enteró cuando le entregaron la notificación para comparecer en los juzgados de la Rúa Armando Durán.

Además de denunciar a su arrendadora, los inquilinos también requirieron varias veces la presencia policial cuando acudió a su vivienda el personal de Mi Casa no Es la Tuya. Un portavoz de esta empresa especializada en desalojos de okupas e inquilinos conflictivos asegura que disponen de grabaciones de cómo les amenazaban a ellos con arrojarles lejía para que se marchasen y también de que se tirarían por las escaleras del inmueble para inculparles.

PRÉSTAMO. Esta familia lucense que fue denunciada asegura que está al día en el pago de la renta de alquiler. Cuentan con ingresos periódicos, pues el matrimonio trabaja —ella está ahora de baja por maternidad— y la madre de esta percibe una prestación social. También niega que le deban los 2.150 euros que asegura que les dejó la propietaria del piso, que tiene suscrito un contrato privado de préstamo.

La familia desmiente asimismo que tenga cuentas pendientes con propietarios de otras viviendas en las que también estuvieron en régimen de alquiler, como sostiene el personal de Mi Casa no Es la Tuya, que ha realizado averiguaciones al respecto.

El marido, cuando se dirigía este martes a su piso, le exigió a la arrendadora, con la que se cruzó en el portal a la vuelta de comisaría, que llevase sujeto con correa a su pequeño perro de raza yorkshire.
 

La víctima acudió a un sanatorio para someterse a una revisión médica
La arrendadora agredida acudió este martes a un centro sanitario de la capital lucense antes de personarse en comisaría para presentar denuncia. El día anterior fue incapaz de acudir al hospital, según cuenta, debido al estado de nerviosismo que presentaba. Durante cuatro o cinco días tendrá que llevar un collarín porque padece una cervicalgia. Además sufrió múltiples contusiones en una mano, en la columna y en la cara por lo que tiene que medicarse con antiinflamatorios, analgésicos y ansiolíticos.

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