Marta Rivera de la Cruz: "Siempre digo que en cada pueblo hay una Notre-Dame, que es su iglesia o biblioteca"

La Consejería de Cultura en la Comunidad de Madrid la sorprendió con sus objetos personales todavía en el despacho del Congreso, donde, hasta el 31 de julio ejerció como diputada. Ahora, con ya un mes y medio de rodaje en el cargo, adaptó sus rutinas a la intensa actividad del cargo pero siempre, dice, sin sucumbir al estrés
Marta Rivera de la Cruz, consejera de Cultura en la Comunidad de Madrid. BORJA SÁNCHEZ TRILLO
photo_camera Marta Rivera de la Cruz, consejera de Cultura en la Comunidad de Madrid. BORJA SÁNCHEZ TRILLO

GANÓ PODER pero asumió más horas de trabajo al día. Sin embargo, de momento Marta Rivera de la Cruz puede con todo. Nacida en Lugo —adonde viaja con frecuencia para visitar a su familia—, la finalista del premio Planeta y articulista de El Progreso encara el nuevo cargo con ilusión y ganas de hacer cosas por la que ella llama «la Cenicienta de la Administración ». Es decir, la cultura.

¿Le cambió mucho la vida con el nuevo cargo de consejera de Cultura de la Comunidad de Madrid, en la coalición PP-Ciudadanos?

Me supuso más horas de trabajo. La gestión cultural genera mucha actividad fuera de las horas reglamentarias, por ejemplo por las tardes o noches o fines de semana pero, aun así, estoy contenta.

"Va todo a tanta velocidad, por la actividad que hay, que cuando me doy cuenta ya estamos en fin de semana"

¿Tuvo que readaptar sus horarios?

Siempre me levanté a las ocho y sigo levantándome a la misma hora. Tengo la suerte de que vivo al lado de la consejería y voy andando. Antes, también lo hacía cuando estaba en el Congreso. Lo que noto es que los días pasan muy rápido. Va todo a tanta velocidad, por la actividad que hay, que cuando me doy cuenta ya estamos en el fin de semana.

¿Se estresa?

No, no suelo estresarme. Por muy apurada que ande con unas cosas y otras, por agobiada que esté, la verdad es que nunca tuve estrés.

¿Le costó despedirse de su escaño por Ciudadanos en el Congreso?

Sí, fue difícil y me dio mucha pena. Fue duro. Estaba muy contenta y tenía una relación estupenda con los compañeros.

Tan buena era la relación que, incluso, algunos diputados de otros grupos, integrantes de la comisión de Cultura en el Congreso que usted presidía, fueron a su toma de posesión como consejera.

Sí, vinieron los portavoces del PSOE y del PP, y el de Podemos no pudo porque estaba lejos pero me llamó para desearme suerte.

¿Cuál es el asunto más prioritario que tiene encima de su mesa de despacho de consejera de Cultura de la comunidad madrileña?

Desde el primer día, me centré en que hay 179 municipios en la comunidad, lo que se nos olvida porque siempre se piensa en Madrid como la ciudad, pero hay otros pueblos y otros ayuntamientos en los que hay que cuidar su actividadactividad cultural y turística. Partiendo de eso, mi trabajo, ahora mismo, es conocerlos a todos, visitarlos y comprobar con qué equipamientos culturales cuentan. Creo que hay que descentralizar la cultura y, sobre todo, pensar que Madrid va más allá de la M-30.

¿El hecho de ser de Lugo, una ciudad pequeña, le da ideas a la hora de plantear la vida cultural de esos municipios satélites de Madrid?

Las ciudades pequeñas tienen menos de todo en comparación con las grandes pero no menos interés por la cultura ni menos cosas interesantes que hacer o ver. Siempre digo que en cada pueblo hay una Notre-Dame, que es su iglesia o su biblioteca. De todas formas, Lugo es una ciudad que está poco explotada turística y culturalmente.

"Lugo es una ciudad que está poco explotada tanto turística como culturalmente"

¿Qué haría usted si fuese concejala de cultura en Lugo?

Tomaría más partido por el patrimonio. Cuando fue Albert Rivera a Lugo se quedó impresionado con la muralla, la catedral... y me preguntó: "Pero ¿cómo no se sabe más, por ahí fuera, de lo que hay en esta ciudad?". Habría que comunicar mejor lo que hay.

¿Y si fuese conselleira de Cultura?

¡No voy a estar enmendándole la plana a todos! Aunque quizá siempre se pueda hacer más.

Ahora que llegó a la Consejería de Cultura en Madrid, ¿no le pica el gusanillo de la Xunta?

¡No lo había pensado! ¡No me pongáis deberes para más adelante! Tanto yo como mi marido estamos muy vinculados a Galicia y siempre pensamos que, cuando nos jubilemos, retornaremos. No se puede decir nada de lo que vaa pasar. El 31 de julio dejaba un par de zapatos, un pañuelo, varios libros y mis papeles de trabajo en mi despacho del Congreso y ya no volví al pasar a ser consejera de Cultura de Madrid.

¿No contaba usted con el puesto?

No, por eso dejé mis cosas personales en el despacho y me quedé sin unas vacaciones de quince días en Estados Unidos, que había pagado ya, por irme para la Comunidad de Madrid.

"Nunca pensé en ningún puesto ni en llegar más alto. No suelo pensar en lo que podría aspirar a ser"

¿Tampoco se planteó nunca llegar a ser ministra de Cultura?

Nunca pensé en ningún puesto ni en llegar más alto. No suelo pensar en lo que podría aspirar a ser. Si hace seis años, cuando entré en la política, me dijesen que iba a ser consejera de Cultura yo pensaría que esa sería otra persona, no yo.

"Si hiciese suspense quizás hubiese más material literario inspirador en la política"

¿Siempre estuvo la cultura maltratada por la Administración?

La cultura es la Cenicienta en la Administración aunque en Madrid se consolidó la consejería, que abarca turismo, con un potente desarrollo en la región.

Sin embargo, la relación entre los agentes culturales y la Administración no suele ser muy buena...

Eso es parte de una leyenda. Me reuní con agentes culturales y asociaciones y percibí que nos necesitamos. El tejido cultural siempre es crítico con el poder pero la relación debe mantenerse.

¿Tiene más ambiciones en su carrera literaria que en la política?

Ana María Matute me dijo: "Cuando escribas, no pienses en vender ni en premios. Piensa solo en el libro". Y esto lo aplico en todo.

¿Le inspira la política?

No vi material literario inspirador para el género en el que escribo.

Quizás si hiciese suspense hubiese más material...

A lo mejor así, sí, pero ese no es mi género.

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