Santi Seijas, el empresario atropellado en la Ancares Cycling Marathon, empieza otra 'carrera'

Su mujer, Ana Maseda, cuenta que solo está pendiente de una cirugía de talón en el Hula para que pueda ser trasladado a un centro de neurorrehabilitación y recibir terapia para las consecuencias del grave traumatismo que recibió
Santiago Seijas, en su establecimiento My Bike, en una foto de 2021. AEP
photo_camera Santiago Seijas, en su establecimiento My Bike, en una foto de 2021. AEP

"Cada día en planta significa un avance y, de alguna manera, también un atraso porque, por un lado, se ven mejoras día a día y por otro, es un día en el que todavía no ha empezado la neurorrehabilitación", dice Ana Maseda, mujer de Santi Seijas, el presidente del club ciclista Cidade de Lugo y propietario de My Bike, que el pasado 6 de agosto sufrió un atropello durante la carrera Ancares Cycling Marathon que le causó un gravísimo traumatismo craneoencefálico.

Ese es el siguiente paso al que debe enfrentarse su marido, el traslado a un centro específico de rehabilitación neurológica para lo que solo le falta una operación del talón, que se fracturó en el accidente. Inicialmente, esa cirugía estaba prevista para el viernes, pero finalmente no se hizo. Cuando pidió al neurocirujano que comprobase para cuándo se había postergado y este le dijo que aparecía fijada para dentro de dos semanas, Ana explica que presentó una reclamación ante atención al paciente del Hula y se dirigió a dirección del hospital. "Soy consciente de que el talón lleva roto dos meses y que hay gente que lleva mucho tiempo en lista de espera, pero necesitamos que esa intervención se haga para que Santi pueda ser trasladado a un centro neurorrehabilitador lo antes posible", explica. Desde el Hula se puntualizó que la cirugía quedó ya el pasado viernes reprogramada para el próximo miércoles día 4.

El camino de Santi Seijas como paciente ha sido largo y duro tanto para él como para su familia; la evolución, amplia, y el futuro, incierto pero esperanzado. Su esposa cuenta que tuvo que ser intervenido de urgencia el mismo día del accidente por el equipo de Neurocirugía del Hula. Fue preciso hacerle una craneotomía (extirpar un trozo de hueso del craneo) para aliviar la presión intracraneal, fruto de la inflamación causada por el duro golpe que recibió en la cabeza. "Estuvo 29 días en Uci, 19 de ellos en coma inducido y hubo momentos muy complicados en los que se temía que no saldría adelante", admite Ana.

Al despertarlo del coma, se observó que tenía una parálisis en el lado derecho, pero, poco a poco, ha empezado también a mover esa zona. "Sigue teniendo mejor movilidad en el lado izquierdo, donde nunca tuvo ningún problema. Por ejemplo, sigue comiendo con la mano izquierda, pero cada vez agarra mejor el cubierto con la izquierda también", explica.

Esa progresiva mejoría se observa, especialmente, desde que fue trasladado a planta, donde lleva 15 días, y singularmente a partir de que llevase una semana allí. La médica rehabilitadora que le examinó —cuenta Ana— aconsejó que se le interviniese de la fractura de talón antes de darle el alta del Hula porque cree que, haciendo después terapia rehabilitadora, podrá volver a caminar.

Por esa razón, no se le permite ponerse de pie, algo que, según su mujer, le frustra bastante. Es un hombre fuerte que hace ademán de querer incorporarse a menudo apoyándose en los dos brazos para levantarse de la cama. Mide 1,90 y, aunque ha pasado de 144 a 120 kilos, hay que pararlo para que no lo consiga.

En cuanto a la recuperación neurológica, Ana dice que pronuncia con precisión, aunque confunde palabras o le cuesta encontrar las que busca, se enroca en algunos temas y sigue sin reconocerla ni a ella ni a sus tres hijos.

La mutua aseguradora del conductor que atropelló a Santi da la opción a la familia de elegir el centro rehabilitador y Ana ya ha remitido su informe a tres de ellos. En estos centros, se aborda además de la recuperación neurológica también la física, a través de distintas terapias intensivas. El paciente vive en ellos y dedica las jornadas a la rehabilitación. "Sabemos que será duro, pero es imprescindible que lo empiece cuanto antes", explica.

Destaca la dedicación del personal del Hula, desde la Uci, que "se preocuparon por él y lucharon muchísimo por sacarlo adelante" y donde, según las palabras de Ana, hay "médicos y enfermeras muy humanos y entregados", hasta Neurocirugía, tanto los que intervinieron en dos ocasiones a su marido, como los trabajadores de planta. "Se vuelcan con nosotros", dice y añade que también el directivo que atendió su queja para que se programase cuanto antes la cirugía del talón fue muy empático. Recibe muchas llamadas de apoyo  ya que Santi es un empresario activo  y un aficionado al ciclismo muy estimado.