San Lázaro pierde afluencia pero sigue siendo la gran romería lucense

Algunas personas hicieron cola para besar la imagen del patrón y de Santa Lucía en la capilla
Momento en el que salió la procesión, que partió de la capilla y llegó hasta el Club Fluvial.
photo_camera Momento en el que salió la procesión, que partió de la capilla y llegó hasta el Club Fluvial.

Tampoco fue eso de llegar y besar el santo. No, en la capilla de San Lázaro hubo que hacer cola para poder besar al patrón y a Santa Lucía, pero la espera fue más corta que otros años dado que había menos gente. Aun así, la capilla se llenó en la misa mayor pese a que muchos de los presentes eran vecinos de A Ponte e invitados.

Lo cierto es que la romería de San Lázaro sobrevive, pese al paso del tiempo y a la dura competencia que este año le hizo las fiestas de As Gándaras y la Feira do Queixo de Friol. Testigos de esta menor afluencia de público fueron los vendedores de rosquillas y estampitas, que hicieron algo de dinero a la salida de la misa y durante la procesión pero que, tan solo unos minutos antes, se quejaban de la escasa recaudación. «Nada, este ano non hai ninguén. Para vir aquí, tiven que erguerme ás seis e media porque ás oito foi a primeira misa e a ver se dou sacado para os 40 euros de gasoil que gasto por vir a Lugo desde Bergantiños porque, ata agora, nada de nada!», se lamentaba Luis, un albañil metido a vendedor de estampitas y rosarios por efecto de la crisis.

Este hombre lleva unos dos años dedicándose a las romerías. La de San Lázaro abre la temporada. La próxima será la de la Virgen del Chamorro, en Ferrol. « Aquí, en Lugo, hai moitas menos romerías que na costa. Na do Chamorro, que vai ser agora, hai miles e miles de persoas e hai que ir a todas porque, despois, no inverno xa non nos podemos dedicar a isto e hai que buscar outra maneira de gañarse a vida», explica.

Luis vende estampitas de distintos santos (menos del que hace la romería dado que, en otros sitios, se lo llegó a prohibir el cura), así como rosarios y pulseras-rosario como la de ‘Las Siete Llaves de la Vida’. Es decir, los siete santos a los que va dedicada la pulsera, con sus respectivas medallas, y que son (según modelo) San Antonio, San Judas, la Virgen del Carmen (muy solicitada), San Cristóbal, el Divino Niño, la Virgen Reina de la Paz o la Virgen Milagrosa.

Las estampas cuestan 5 euros y los rosarios, 6, 8 ó 10. Los de niño, envueltos en un caramelo de plástico, a 5. Todo llega de Alicante bajo pedido. Luis también vende globos de helio pero hincha los justos: dos o tres, para que no le sobren. De paso, ofrece rosquillas. La vara (dos docenas), a 5 euros, lo mismo en todos los puestos.

La procesión sale a palo seco, sin la banda de música, que acudía otros años. De vuelta, el coro de los vecinos de As Regas, en Carballido, amenizan la fiesta, camino ya de la sesión vermú.

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