La sala del 091 de Lugo se despide

Estaba abocada a cerrar este lunes sus micrófonos y a descolgar sus teléfonos, pero problemas técnicos obligaron a posponer una semana el cierre
Sala del 091 en Lugo. VICTORIA RODRÍGUEZ (AEP)
photo_camera Sala del 091 en Lugo. VICTORIA RODRÍGUEZ (AEP)
Que la Sala del 091 de la Policía Nacional dejará de funcionar en Lugo para centralizar el servicio en A Coruña parece inevitable. De hecho, el Ministerio de Interior había fijado hoy, 1 de marzo, como fecha de clausura, pero los problemas técnicos que surgieron al preparar el cambio obligaron a posponer el cierre al menos una semana, hasta el próximo día 8. La medida generó polémica desde su anuncio y se implementará con el rechazo de un amplio abanico de sectores, entre ellos los propios representantes policiales .

El cierre motivó también una respuesta política por parte del PP, cuyos diputados por Lugo, Jaime de Olano y Joaquín García Díez, exigieron la comparecencia urgente del director de la Policía Nacional con el fin de parar la reorganización. Los populares tacharon de "agravio" el cierre del 091 en Lugo e intentaron que Interior diera marcha atrás, como ya ocurrió en Salamanca, donde dicha medida se revirtió por la presión social.

La noticia también fue recibida con preocupación y recelo por parte por la asociación Sí, Hai Saída, que atiende a mujeres maltratadas. Su presidenta, Marta Rodríguez Engroba, comentó que en momentos de gran nerviosismo y de pánico, como puede ser una agresión machista, "cada segundo conta e pode supoñer a diferencia entre salvar ou perder unha vida. Hai que contextualizar a situación correctamente por parte do axente que recibe a chamada, polo que o feito de que coñeza a cidade, o rueiro, e as particularidades das diferentes zonas, é fundamental. A rapidez de acción cando se producen este tipo de chamadas é vital", aseguró.

Esa es precisamente la crítica principal de los opositores al cambio: el desconocimiento del vocabulario y urbanismo de Lugo por parte de los agentes de A Coruña, lo que, según advierten, puede perjudicar gravemente la actuación policial si no entienden exactamente lo que los ciudadanos les intentan transmitir. "En Lugo, por ejemplo, si hay un aviso por un incidente en el 18 de julio, saben que hay que ir a Camiño Real, pero en la centralita de A Coruña no van a identificar bien las llamadas", dicen.

En respuesta a las críticas, la subdelegada del Gobierno en Lugo, Isabel Rodríguez, defendió reiteradamente el cierre de la sala y afirmó que la medida supondrá que Lugo tendrá más policías en labores de investigación y no se perderá en seguridad ni en eficacia, gracias al aprovechamiento de las nuevas tecnologías. Según explicó, será una centralización igual que la que ya existe en la actualidad en servicios como el 112.

En cualquier caso, justificado o no, con el cierre de la sala del 091 en Lugo se cerrará una válvula de escape para la ciudadanía, ya que al margen de las urgencias y sucesos que requieren la intervención de los agentes, la Policía Nacional recibe multitud de llamadas que se escapan a su competencia.

Según explicaron en diversas ocasiones los agentes que responden al teléfono, el 091 recibe muchos avisos de tráfico o de incendios. En esos casos, se indican los pasos a seguir o, si es una urgencia, se desvía la llamada desde la sala. Pero los ciudadanos no llaman solo para comunicar sucesos. "A veces llaman para quejarse del funcionamiento de alguna administración. Llama gente para protestar porque el número de información del Concello no funciona correctamente o porque hay mucha cola en el Inem, por ejemplo". Otro tipo de llamadas que se reciben de forma habitual en la sala del 091 son las de tipo informativo. Los ciudadanos consultan absolutamente de todo. "Llaman para preguntar desde las gestiones que hay que llevar a cabo para renovar el DNI, hasta los pasos que hay que seguir para solicitar una beca universitaria, pasando por todo tipo de consultas de ámbito penal y administrativo".

Los agentes, en estos casos, le explican a la persona que llama a dónde se tiene que dirigir para disipar sus dudas. La sala lucense recibe incluso llamadas de personas que tan solo buscan hablar con alguien o desahogarse. "A veces llama gente que se siente sola. Durante una temporada, un señor llamaba desde un pueblo para decir que allí no había seguridad y al final nos contaba su vida. A veces funcionamos incluso como psicólogos", comentaban, una labor que se extinguirá con el cierre.

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