Galicia ha sido tierra de emigración. Conflictos, economía... Muchos factores llevaron a miles de gallegos a buscar un futuro en otros países. Con el paso de los años, algunos de ellos pudieron regresar a su tierra natal gracias a programas gubernamentales y en otros casos son sus descendientes los que vuelven y deciden buscar aquí su futuro. Roselyn Aramilla ejemplifica uno de estos casos. "Mi abuela nació en la provincia de Pontevedra y luego emigró a Venezuela. Yo vine a Galicia con una beca de excelencia para estudiar un máster en Administración de Empresas en la USC en el campus de Lugo", explica este empresaria, que compagina su multitienda de alimentación en Acea de Olga con un trabajo administrativo en la firma lucense Cafés Candelas.
Roselyn lo tiene claro. Si tuviera que decidirse, de nuevo, por un lugar para asentarse junto a su marido y tres hijos, volvería a señalar a la ciudad de Lugo, sin duda. "Es una ciudad magnífica para criar a los niños. Vengo de un país donde existe una gran inseguridad ciudadana y Lugo es una ciudad donde puedes dejar que tus hijos jueguen tranquilamente en la calle", manifiesta.
TRÁMITES. Como cualquier autónomo que se precie, esta empresaria tuvo que cumplir una serie de trámites sin los cuales no hubiera podido abrir su propio negocio, pero quería emprender.
"Lo importante en estos asuntos es rodearte de personas que te asesoren bien en todos los temas administrativos y legales para agilizar el proceso tanto con la Xunta como con el Ayuntamiento", admite esta licenciada en Derecho.
"En mi caso personal tuve mucha suerte, porque nada más terminar el máster en la USC conseguí un trabajo estable", comenta. Todo el proceso para abrir el negocio, desde la contratación del arquitecto hasta los permisos de apertura, "fluyó y los trámites con el Ayuntamiento fueron muy rápidos, a pesar de atravesar de pleno la pandemia", concluye.