Los robos en casas y locales se disparan pese a la presión policial a las bandas

Los asaltos a domicilios aumentaron un 69% en la provincia de Lugo en el primer semestre ▶ Policía Nacional y Guardia Civil desarticularon varios grupos y practicaron más de 30 arrestos

Redada en el poblado lucense de O Carqueixo. SEBAS SENANDE
photo_camera Redada en el poblado lucense de O Carqueixo. SEBAS SENANDE

La presión policial contra las bandas organizadas de ladrones —que quedó patente el pasado día 14 con una macrorredada sin precedentes en Lugo— frena sin duda la acción de los delincuentes, aunque no logra por el momento remontar unas estadísticas poco alentadoras.

Los últimos datos oficiales publicados por el Ministerio de Interior —correspondientes al primer semestre del año—revelan que los robos con fuerza en "domicilios, establecimientos, y otro tipo de instalaciones" aumentaron un 19,5% con respecto al mismo periodo del año anterior. Los cacos cometieron en la provincia entre enero y junio un total de 276 robos, de los que 66 se registraron en el municipio de Lugo.

Y a la hora de fijar su objetivo, los ladrones se decantan claramente por las viviendas, ya que de las 276 sustracciones contabilizadas por las fuerzas y cuerpos de seguridad, 191 fueron perpetradas en casas, 42 de ellas en Lugo municipio.De hecho, si los robos con fuerza en la provincia aumentaron en general un 19,5% (pasando de 231 a 276), el incremento contando únicamente las viviendas se eleva hasta el 69% (de 113 casos en el primer trimestre de 2017 a 191 en el mismo periodo del presente año).

ASALTOS. Aunque las cifras hablan por sí solas, detrás de los números también hay víctimas, ciudadanos a los que los delincuentes les han arrebatado la tranquilidad. Uno de los casos más llamativos se registró en febrero, cuando los ladrones entraron de madrugada en una casa de Adai mientras sus dueños dormían. "El acojone es tremendo cuando ves que los ladrones vienen hacia ti. Si te roban en el coche", explicaban entonces los afectados, "puede ser una anécdota, pero que entren en tu casa es una violación de tu integridad. Sientes una angustia tremenda".

Los cacos también entraron en abril en otra vivienda de Papoi (un núcleo de Calde) cuando sus propietarios ya habían conciliado el sueño. Ese mismo mes, los cacos desvalijaron también varios chalés en distintas urbanizaciones de Outeiro de Rei y Guntín.

A la impotencia de los vecinos afectados se suma también la de muchos empresarios, que ven como merman las ganancias de su trabajo por la acción de los malhechores.

El dueño de una cantera de Esperante, en el municipio de Lugo, resumió en marzo el sentimiento de muchas víctimas. "Esto es la desesperación", dijo. El hombre explicó que desde que abrió el negocio, hace dos décadas, sufrió más de 30 robos, cinco de ellos en el último año. "Un día", contó, "se llevaron 13 baterías y cuando llegamos no encendían los camiones ni las máquinas. Perdimos la mañana de trabajo comprando baterías nuevas, y cada una cuesta más 200 euros. Además, para robarlas rompen los cables y queda todo estropeado". Tan solo unos días después de que se registrara un robo en esta cantera, los ladrones forzaron la puerta de otra nave de A Louzaneta y se llevaron 8.000 euros en material.

A los robos en naves industriales se suman también los cometidos en establecimientos de hostelería, uno de los sectores más afectados por este tipo de delincuencia. En la capital lucense, por ejemplo, los cacos desvalijaron a principios de febrero tres bares en la misma noche en As Gándaras.

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