Restaurantes lucenses ya cuentan con reservas de un mes para tomar cocido

La subida de materias primas obliga a algunos locales a aumentar el precio un par de euros
Un grupo de compañeros de profesión degustan un cocido. XESÚS PONTE
photo_camera Un grupo de compañeros de profesión degustan un cocido. XESÚS PONTE

Mientras los que comparten mesa y mantel debaten si es más apropiado llamarle cachucha, cacheira o cachola; si se decantan por la androlla en su duelo con el butelo o si las filloas se deben tomar con o sin azúcar en vez de con miel, los que aún no han podido dar cuenta de un cocido en este gélido febrero se van a encontrar con restaurantes de la capital lucense que ya tienen reservas para dentro de un mes con la pretensión de degustar este menú típico.

Es el caso del Mesón Lubre, que gestiona desde hace ocho años Rubén Rodríguez. "Tenemos completos casi todos los fines de semana de febrero. Puede haber alguna fecha en concreto, un domingo por ejemplo, en el que haya una mesa que esté libre para cuatro o cinco personas", explica este empresario de hostelería.

Sucede lo mismo en otros restaurantes de referencia de la ciudad para degustar este tradicional plato de temporada, como el Miraz, del que es propietario Suso Pereira, en el que intentar reservar este mes mesa un fin de semana para una pandilla puede resultar harto complicado.

"Este fin de semana tenemos muchas reservas y a medida que se acerque el Carnaval más. Es sorprendente que haya tantos a estas alturas del año", explica uno de los dueños del restaurante Fonte do Rei, José Antonio Núñez, que, medio en broma, medio en serio, atribuye esa inusitada animación a que "como se ha adelantado el frío, a lo mejor también se han adelantado los cocidos".

El precio de este menú tradicional en los restaurantes de la capital lucense ronda los 30 euros por comensal

Rubén Rodríguez asegura que la repercusión de la temporada de cocidos en 2023 "ya está siendo como la de los años previos a la pandemia de covid-19".

"El año pasado hubo un repunte. La gente ya se animó. Pero en 2023 se está notando mucho más. Es un año más fuerte", afirma este hostelero.

No entiende de crisis

Coincide con esa apreciación una de las responsables del restaurante Torre de Núñez, Montse Núñez. "El año pasado fue muy bueno, similar a los anteriores a la pandemia, pero este está siendo mejor", afirma esta empresaria de hostelería, que reconoce que "por ahora no se nota la crisis". Cuenta que el pasado 25 de diciembre reunió a 200 personas comiendo a la carta, lo que no recuerda en un día de Navidad.

Aunque la contundencia del menú lo hace más apropiado para comer al mediodía, Rubén Rodríguez destaca que, en su establecimiento, "se está volviendo a pedir en las noches de los viernes y los sábados".

Montse Núñez detalla que el perfil de clientes de su restaurante, como sucede en otros de la capital lucense, los fines de semana para dar cuenta de este menú tradicional suelen ser familias y los viernes más bien grupos de amigos y compañeros de trabajo.

"Compaginamos cocidos de amigos y de familias de 15 o 20 miembros, con otros grupos de diez, por ejemplo, en los que ocho eligen este menú y los otros dos prefieren comer a la carta", afirma esta hostelera.

Hay incluso quien aprovecha la celebración del cumpleaños de alguno de sus hijos, menor de edad, para tomar un cocido con los invitados. Cualquier pretexto es bueno para dar cuenta de cachucha, androlla, solana, chorizo, garbanzos, cachelos, grelos...

El cocido tampoco se resiste al take away. Durante la pandemia el restaurante Torre de Núñez, como otros, apostó por servirlo en casa, con recogida en el local, y le dio buen resultado. Si ahora la proporción es de 80% presencial y 20% a domicilio, cuando los lucenses eran más reacios a compartir mesa y mantel fuera de sus hogares era 60%-40%, respectivamente, cuenta Montse Núñez.

Inflación

Si algunos productos de la cesta de la compra siguen disparados, el cocido también está pagando los platos rotos de esa inflación. Los restaurantes lucenses han subido dos euros de media este menú en los últimos meses por el encarecimiento de las materias primas, lo que supone un incremento que asciende al 7 por ciento.

"Tuvimos que incrementar el precio dos euros porque a nosotros también nos han subido la materia prima", afirma Rubén Rodríguez. "Es un aumento contenido, pero no nos ha quedado más remedio", coincide también Montse Núñez.

Entre 25 y 30 euros de media por comensal

Existe un relativo consenso en los establecimientos de hostelería de la capital lucense sobre el precio que cobran por este menú tradicional, que ronda los 30 euros por comensal. Ese es el importe en el Mesón Lubre, que incluye además sopa y postre a base de orejas y filloas, todo regado con un mencía.

Más alternativas

En Torre de Núñez el menú, a 28 euros —vino aparte—, se abre con tortas de zorza con queso gratinado, previas a la sopa y el cocido. El postre es tarta de queso.

En el restaurante Fonte do Rei cuesta 27 euros, con vino de la casa, y en el Miraz el precio es de 25, con filloas de postre y vino de la casa.

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