La restauración del Buen Jesús de Lugo dejará a la vista lienzos con escenas bíblicas

Los trabajos iban a ser inicialmente solo de limpieza ► La recuperación de la policromía original tardará otros dos meses
Vania López Arias trabajando en el retablo del Buen Jesús. AIDA SOENGAS
photo_camera Vania López Arias trabajando en el retablo del Buen Jesús. AIDA SOENGAS

La restauración del retablo del Buen Jesús de la catedral de Lugo dejará a la vista las escenas que decoran los dos lienzos laterales, una de María Magdalena y otra de San Pedro, que hasta ahora permanecían completamente tapadas a causa de la grasa de las velas. Además, mostrará toda la policromía original, cómo fue concebido en su momento, con unos tonos mucho más claros y luminosos.

La restauradora Vania López Arias comenzó a trabajar en esa obra la pasada primavera. Inicialmente, estaban previstas solo tareas de limpieza por lo que se preveía que no se prolongase demasiado. Sin embargo, enseguida se percató de que, bajo capas de pintura oscura, se encontraba la policromía original, con lo que recuperarla se convirtió en el objetivo y quedó claro que el trabajo iba a ser más laborioso.

Los andamios fueron retirados en verano porque había programadas varias bodas en la catedral, así como la Ofrenda del Antiguo Reino de Galicia y se han vuelto a colocar ahora para proseguir con la recuperación.

López Arias prevé que no acabe hasta pasados otros dos meses, momento en el que se podrá observar cómo fue en realidad concebido este retablo neoclásico.

El retablo es obra de Francisco Javier Meana, autor también de las tallas de San José y Santa Lucía que están en la catedral

Además de observar con claridad las dos escenas de los lienzos, quienes visiten la catedral se percatarán de que, tras la restauración, la obra al completo es mucho más clara. "Tendrá más luz porque hasta ahora estaba muy oscuro", apunta López Arias, que recuerda que es del mismo autor que los retablos de Santa Lucía y de San José, y que la pintura imita a la superficie del mármol, en este caso con una veta lila.

Como en su momento no se pudo limpiar la policromía original se pintó por encima. El trabajo de la restauradora consiste ahora en eliminar ese repinte y mostrar la primera capa de la obra. También se da la circunstancia de que en algunas zonas de la parte frontal se intentó lijar, mientras que en la parte trasera (las zonas más ocultas) se pintó directamente, lo que convierte toda la labor de recuperación en más compleja todavía.

La talla es de Francisco Javier Meana, un reconocido escultor de la escuela de San Fernando que tiene bastante obra en Lugo. No solo ese retablo y los de Santa Lucía y San José son suyos, sino que también lo es la imagen principal de la capilla de San Roque.

López Arias fue también la restauradora que dio nueva vida a la talla de San José, igualmente de madera imitando a mármol.

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