Los residuos afectan a la mayor parte de los espacios naturales de Lugo

El fenómeno de la "basureza" siembra de vertederos incontrolados áreas como Penarrubia, lagos de Teixeiro o los márgenes del Miño ▶ El entorno de la ciudad sufre con especial virulencia la mala gestión de los plásticos agrícolas, con un impacto ambiental muy grave

Depósitos de basuras al pie de O Ceao. XESÚS PONTE
photo_camera Depósitos de basuras al pie de O Ceao. XESÚS PONTE

Un reguero de bolsas de basura llenas adornaba hace unos días la N-VI a su paso por Lugo. Eran el reclamo de una de las regulares campañas de limpieza para atajar el fenómeno de la basura lanzada desde los coches. Esos vertederos a pie de carretera no son más que un reflejo de un problema de educación que tiene consecuencias ambientales.

El fenómeno se ha bautizado ya como "basuraleza" y está motivando una alarma general por las consecuencias que esos residuos acaban teniendo en el medio natural y, por extensión, en la salud.

La estampa de las cunetas no deja de ser en Lugo más que la punta del iceberg de un problema que viene de muy lejos y que en el entorno de la capital tiene forma de vertederos incontrolados.

Esos depósitos de basura se extienden ya por casi todas partes. Un dato: los lucenses tiran al contenedor amarillo una media de diez kilos al año de plásticos, latas y bricks. Pero no se sabe cuántos kilos más se desechan mal o, directamente, acaban en plena naturaleza, contaminando y contribuyendo a ese fenómeno que ha dado en llamarse "basuraleza"

Los deportistas que salen a correr o a pedalear por los entornos naturales de la ciudad conocen bien el alcance del fenómeno. Desde los montes de Penarrubia a los lagos de Teixeiro, en Lugo hay decenas de espacios regados de basuras que no dejan de ser focos de contaminación.

Pablo Ramil, director de Ibader: Hay gente que gestiona bien los plásticos agrícolas, pero hay grandes cúmulos de ellos en el monte

Incluso espacios en cuya recuperación se invirtieron cuantiosos fondos públicos siguen siendo foco de problemas. Es el caso del antiguo vertedero de la ciudad, en Teixeiro, donde los trabajos de recuperación realizados no bastaron para acabar con el fenómeno de los vecinos que acuden allí a deshacerse de desechos. No importa que exista un punto limpio en O Ceao, las peregrinaciones para tirar basura en espacios naturales se repiten.

En Teixeiro, pero en el paraje de los lagos también se repite el problema del abandono de residuos. Ello, unido a la falta de cuidado, ha hecho que uno de los parajes naturales más singulares de la capital haya caído en el abandono por parte de los lucenses.

Pero ni siquiera hay que ir hasta Teixeiro o Penarrubia para darse de bruces con el problema de la presencia de residuos en los espacios naturales. Los espacios de parques fluviales más próximos a la ciudad están limpios, porque hay un mantenimiento, pero en los tramos menos frecuentados la basura aparece. Es una realidad que reseñan en Adega, donde destacan que basta con echarse a andar hacia la depuradora o hacia la potabilizadora, es decir Miño arriba o Miño abajo, para encontrar depósitos de residuos. En algunos casos incluso proceden de las propias redes de saneamiento, que "vomitan" residuos.

Pero en un momento de alerta por ese fenómeno de la "basuraleza" y del grave impacto que tiene el plástico, bajo la lupa están especialmente las consecuencias del abandono de los plásticos agrícolas.

De la importancia del control de esos plásticos habla el biólogo Pablo Ramil, responsable del Instituto de Biodiversidad Agraria y Rural (Ibader), que advierte que se generan grandes cantidades de ese material que se ha convertido en esencial para los silos. Recalca que "hay gente que los gestiona bien", pero no deja de advertir a la vez que "hay grandes cúmulos de esos plásticos en el monte".

Impacto

Del descuido a la premeditación Los rastros de la "basuraleza" dan pistas del origen. Una botella de plástico habla de descuido o mala educación, la acumulación de toneladas de basura desvela premeditación y también falta de control.

Un lugar donde eso es evidente es en un enorme vertedero incontrolado que ha ido creciendo a escasa distancia de O Ceao y la avenida Infanta Elena, en uno de los entornos más transitados y comerciales de la capital.

Otro ejemplo está en O Carqueixo, donde una limpieza intensiva no sirvió para poner punto final a un vertedero.

Los ecologistas, en tanto, no olvidan tampoco la amenaza que suponen las toallitas higiénicas, una pesadilla ya en las depuradoras.

 

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