El pan no va a faltar en Lugo, al menos de momento, pero la huelga del transporte y la subida de costes están llevando al límite a los panaderos. Muchos avisan de que se van a ver abocados a subir ya los precios.
La crisis hace que las reservas de harina vayan menguando y la Asociación de Fabricantes de Pan de la provincia de Lugo alertó de que muchos obradores se verán abocados al cierre en cuestión de días si sigue bloqueada la llegada de materia prima.
César Fieiras, presidente de la Asociación de Panaderos y responsable de la panadería Raposo, explicaba este miércoles que la demanda de harina es muy alta y que habrá problemas en unos días. Y advertía que empieza a haber problemas con otros productos imprescindibles, como la levadura.
Pero la situación es desigual. Hay empresarios que tienen aún reservas de harina para seguir trabajando varias semanas y otros que dicen que podrán aguantar una semana. Con todo, la preocupación es generalizada.
"Temos muíños e servironnos unha pouca, así que contamos aguantar unha semana", decía este miércoles Fernando Valín, del Forno Fernando Valín de Palas, mientras que Gerardo Calda, de la Panadería Caldas, explicaba que tiene reservas aún para diez o doce días, y Antía Pallares, de la Panadería Pallares, explicaba que su empresa tiene harina para bastantes semanas, mientras que Francisco García, de Pan do Manuel, apuntaba que cuenta con tener materia prima para un mes.
No hubo este miércoles comunicación oficial de Ingapan sobre el impacto que puede tener el erte para 280 trabajadores en el mercado, pero en la CUG, central que ha estado en la negociación de ese ajuste temporal de empleo, apuntaban que la medida no tiene porqué repercutir en el abastecimiento de pan en Lugo, al menos no de forma general. Cristian López recordaba que la empresa produce mucho más que pan y que su mercado va mucho más allá de lo local, pues vende para toda España y también para el mercado internacional.
Añadía que en esa empresa el problema central no es ya la falta de harina, sino que hay afectación por la falta de otros productos e influye también la imposibilidad de sacar toda su producción por el paro del transporte.
Pero aunque en Lugo haya harina para ir aguantando al menos unos días, y habiendo situaciones muy distintas en función de cada panadería, la situación se hace cuesta arriba y casi todos los panaderos dicen que van a tener que subir precios ya, un incremento que solo descartan en este momento en Pallares, donde el pan se hace en horno de leña, cuyo coste ha crecido, pero no tanto como el de la electricidad.
A los panaderos les preocupa tener que subir el precio del pan, un producto básico, y hay productores de pan artesano a los que inquieta perder clientes por el alza del precio. Pero, a la vez, dicen que es insostenible mantener los precios actuales, porque ha subido la harina, la electricidad y el gasoil y no pueden cubrir esos sobrecostes. Esa asfixia económica se da a pesar de que a principios de año muchos ya subieron el pan para capear los aumentos de costes que se produjeron los meses previos.
Y aunque haya pan, son ya muchos los obradores en los que el efecto del paro de transporte se hace notar. Las empanadas están a la cabeza de los productos que más se resienten. Algunos no tienen ya bacalao para el relleno y en otros casos lo que no reciben es carne. Hay problemas también con el suministro de aceite.
Pese a que la situación es complicada para el sector, hay panaderos que apoyan a los transportistas. Francisco García, por ejemplo, agradece que hayan hecho ver el problema del coste de la energía. "Hay que apoyarles porque les necesitamos", decía.
Es un coste añadido al de la electricidad o el gasoil, un producto esencial para muchas panaderías, que además mantienen servicios como el de reparto a domicilio, sobre todo en las zonas rurales. "Es casi un servicio social, pero resulta cada vez más caro", decía Fieiras.
Hay poca harina gallega y Fieiras confiaba en que, con la crisis, este año se plante más en Galicia.