Otro caso: Un joven dormía en una furgoneta

Rescatado un okupa que vencía al frío solo con mantas y bolsas en Lugo

Dejará este martes la casa, sin agua, calefacción y luz, tras darle un techo el Banco de Alimentos
Felipe, que quiere guardar anonimato, en el Banco de Alimentos
photo_camera Felipe, que quiere guardar anonimato, en el Banco de Alimentos

Felipe no quiere dar su verdadero nombre pero sí quiere contar su historia, una historia que comparte con otras personas, anónimas, que en los últimos días sobrevivieron al intenso frío bajo techos en los que no existe ningún tipo de calefacción ni fuego con el que calentarse. 

Este hombre, de 43 años y en paro, es la primera vez que vivió una situación así: sin casa propia, sin trabajo y sin apenas que llevarse a la boca. Por eso, tras una temporada en el albergue de transeúntes y cuatro meses de alquiler en una habitación, se vio abocado a okupar la parte alta de una casa embargada, en la que logró un techo pero en la que no había ni calefacción, ni agua, ni luz. Fueron nueve meses arreglándose con el agua que recogía en una fuente para poder cocinar y yéndose a duchar, día tras día, a Cruz Roja. Pero llegó el intenso frío de los últimos días y vivir, en esas condiciones, comenzó a hacérsele cuesta arriba. 

"Me arreglé como pude, con mantas y dos bolsas de agua caliente con las que me calentaba. Salí del paso porque solo iba a dormir"

"Me arreglé como pude, con mantas y dos bolsas de agua caliente que llenaba y con las que me calentaba. La casa tiene la luz cortada y la única alternativa de calentarme podría ser comprar una estufa de butano... pero, al no ser mía la casa, fui tirando como pude hasta que se enteraron en el Banco de Alimentos de mi situación y decidieron ayudarme, ofreciéndome un techo con calefacción. Fui saliendo del paso porque solo iba a dormir. Nunca tuve problemas ni con los vecinos ni con los dueños de la casa. Mi vida es ordenada, no así mi situación", explica este hombre. 

Felipe dormirá esta noche caliente tras seis días seguidos y doce en total este mes en los que el termómetro estuvo bajo cero en Lugo. El Banco de Alimentos echó mano, en esta ocasión y de forma excepcional, de fondos propios, aportados por los voluntarios, para pagar el alquiler del techo que le dará cobijo hasta que encuentre un trabajo. 

"Es algo muy bonito. No todo el mundo apuesta por personas en nuestra situación y el Banco de Alimentos sí"

"Es algo muy bonito. No todo el mundo apuesta por personas en nuestra situación y el Banco de Alimentos sí lo hizo", cuenta Felipe, ya con sus dos maletas listas para ir al encuentro de una vivienda un poco más digna.

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