Las empresas de instalaciones telefónicas que operan en la capital lucense llevan meses soportando la actuación de los delincuentes. En el último año, los afectados denunciaron decenas de sustracciones de maquinaria y herramientas de trabajo del interior de sus furgonetas, una situación que, según afirman, se esta volviendo "insostenible". Los ladrones regresaron a la carga esta semana y se llevaron hasta la escalera de madera que se encontraba atada a la baca del vehículo, estacionado en Fontiñas.
"Les vale todo", explica uno de los afectados, "roban hasta las botas de trabajo, aunque lo que realmente buscan son las máquinas de fusionar fibra. Su coste ronda los 5.000 euros y las venden en el mercado negro. Si te roban un par de máquinas, te vas a la ruina".
Este lucense montó una empresa de instalaciones telefónicas hace poco más de un año -que trabaja como subcontrata para Movistar- y desde entonces no ha parado de sufrir robos. "Tengo trece furgonetas y desde el mes de diciembre me entraron en seis. Me robaron herramientas y material de trabajo, y la semana pasada sustrajeron un portátil. El jueves actuaron otra vez y se llevaron hasta la escalera de madera que estaba atada a la baca del vehículo. Yo vivo con el corazón en un puño", cuenta.
Todos estos robos se cometieron a plena luz del día, cuando las furgonetas se encontraban aparcadas en la vía pública. El último caso se registró el jueves en la Ronda de Fontiñas, a las diez y media de la mañana, y también se denunciaron robos en García Abad, Praza do Castiñeiro y Pintor Corredoira. "El último robo ya ni lo denuncié en comisaría", explica un afectado, "porque en la Praza do Castiñeiro hubo un testigo que vio desde la ventana a un joven con pasamontañas cometiendo el robo, pero no sirvió de nada. La Policía tendría que hacer algo más porque no es normal que roben con esta impunidad", lamenta.
PREVENCIÓN. Tras sufrir los primeros robos, este empresario se vio obligado a alquilar una nave para guardar los vehículos por la noche, "ya que si son capaces de hacer todo esto por el día, con la calle llena de gente, no me quiero ni imaginar lo que harán por la noche", apunta. De hecho, a otro de los afectados le robaron en horario nocturno y, según denunció, en una sola madrugada le vaciaron un total de ocho vehículos.
Para evitar estos robos, los operarios descargan prácticamente todo el material de las furgonetas cuando entran en un edificio a trabajar. "Van tan cargados que a veces no se pueden ni mover. Pero tal y como están las cosas no podemos arriesgarnos, ya que los ladrones actúan muy rápido y en quince minutos te dejan sin nada", aseguran.
Otra medida que toman algunos de los afectados es colocar cerraduras de seguridad en las furgonetas. Sin embargo, para ello es necesario realizar un agujero en la chapa, por lo que habría que cambiar la puerta si en el futuro se quiere vender el vehículo.
Los empresarios explican que estas sustracciones hacen peligrar sus negocios. "Para conseguir una obra ya tienes que tirar los precios. Trabajamos con un margen muy justo y no podemos asumir estos robos. Si me vuelven a robar voy a tener que cerrar la empresa y se perderán doce puestos de trabajo", lamenta.
