Temor a que la relajación en la calle acerque la tercera ola

Las imágenes de grupos de jóvenes de botellón en la Rúa Nova y de adultos en las zonas de terrazas alertan a los vecinos
photo_camera Este domingo se daban a conocer nuevas imágenes de las aglomeraciones en la Rúa Nova, que muestran más brindis, abrazos y bailes entre los jóvenes, que dificultan el tránsito por la vía mientras interactúan sin respetar el distanciamiento social.

Las imágenes de decenas de jóvenes en plena Rúa Nova, agolpados, bebiendo y bailando y muchos de ellos sin mascarillas corrieron como la pólvora este fin de semana entre los lucenses. Unos vídeos y fotos que sirvieron para alimentar la indignación vecinal por la relajación en el control de las medidas sanitarias que ya se venía observando en otros lugares de concentración de bares y terrazas, y no solo por parte de jóvenes, sino también por adultos.

Las protestas y denuncias de los vecinos se acentuaron a causa de las aglomeraciones que se han detectado algunas de las últimas tardes en una zona específica de la Rúa Nova, donde según alertaron incluso varios hosteleros de la zona uno de los bares podría incluso estar sirviendo alcohol a menores. Este hecho habría atraído a un buen grupo de jóvenes que han trasladado así su botellón, dado que en la calle de los vinos es mucho más sencillo no ser controlados por beber en la calle.

Además, la facilidad para llevar altavoces portátiles hace que la música suene a gran volumen en plena calle y la fiesta se caliente, lo que conlleva que muchos olviden por momentos las medidas de distancia o de uso de las mascarillas. El sábado por la tarde incluso tuvo que intervenir la Policía Local, alertada por los vecinos y por algunos hosteleros, que habían llamado la atención sin éxito a los chavales. Los agentes identificaron a varios de los participantes.

BOLSAS EN PORTALES. Consultada por El Progreso, una vecina de la Rúa Nova señalaba este domingo que varios de los jóvenes no estaban consumiendo en los locales de la zona, sino haciendo botellón: "Tenían botellas metidas en un portal, tenían muchas bolsas". Además, esta no era, según relata, la primera vez que habrían llevado a cabo esta práctica. "El 31 también estaban allí varios", sostiene, explicando que los jóvenes se iban surtiendo de bebida de uno de los portales de la calle.

La vecina lamenta la falta de vigilancia y que se meta "en el mismo saco" a todos los hosteleros cuando hay estos incidentes. "Desde la ventana vimos a un camarero diciéndoles que se fueran y que no les iba a servir", señala, añadiendo que los jóvenes hicieron caso omiso. "No queremos a estos críos aquí, molestan y son un peligro", concluye.

ADULTOS. No obstante, la preocupación no se limita a los más jóvenes ni a esa zona. Durante todas las fiestas navideñas ha sido habitual la imagen en muchas zonas de bares y terrazas de la capital de grupos de adultos comportándose de manera similar. Si bien no les suele acompañar el escándalo de la música a todo volumen ni la fiesta, el respeto por las medidas sanitarias no dista mucho del de un botellón de adolescentes.

El problema en este caso se complica porque el control de las fuerzas de seguridad sobre estas situaciones es todavía más difícil y la impunidad parece mayor, ya que no basta la aproximación de una patrulla policial para que se dispersen.

En estas circunstancias, muchos vecinos, incluidas algunas asociaciones de empresarios y hosteleros, están haciendo oír sus voces en las redes sociales ante el temor de que un aumento exponencial de los contagios obligue dentro de unos días a tomar medidas más restrictivas, incluyendo de nuevo cierre de negocios.