La obra está avanzada y el espacio urbano que ganará Lugo con la reforma de A Mosqueira ya se vislumbra claramente. Pero aún queda trabajo por delante. Entre otras cosas, porque la actuación se va a extender hacia la Praza Mártires de Carral, aunque no abarcará a la totalidad de esa plaza, sino el tramo más próximo a A Mosqueira desde el cruce con la calle Río Neira.
El teniente de alcalde, Rubén Arroxo, explicó que se decidió ampliar la intervención porque es un espacio muy vinculado a A Mosqueira y no tenía sentido dejar ese tramo tal y como está ahora, cuando puede ganar protagonismo como espacio peatonal.
El inicio de la intervención en ese tramo de Mártires de Carral arrancará en cuestión de días, en cuanto acabe la obra que se está haciendo ahora para conectar la obra de A Mosqueira con la Praza da Constitución y el tramo de la Ronda que se peatonalizó años atrás. La obra en ese tramo es también una ampliación sobre el proyecto inicial.
Más allá de esas ampliaciones del proyecto, el perfil de la nueva Mosqueira ya está completamente definido, aunque todavía están pendientes aspectos como la plantación de parte de los árboles o el ajardinamiento de las nuevas zonas verdes.
Aunque sin luces aún, sí están instaladas las nuevas luminarias. Se trata de un alumbrado con protagonismo propio, apunta Arroxo, ya que va a cambiar la forma de ver la muralla de noche.
El proyecto en A Mosqueira ha supuesto la retirada de los focos que proyectaban luz ornamental sobre el monumento. El cambio obedece en parte a las recomendaciones de Patrimonio, que consideraba que las luces en el suelo creaban una distorsión de la imagen de la muralla.
Con los nuevos focos ese impacto negativo de la luz no se dará, dice Arroxo, que añade que además ahora se evitará la contaminación lumínica, otro tipo de efecto negativo que las nuevas normativas instan a corregir.
Rubén Arroxo: "Confiamos en acabar en abril. Houbo retrasos pola falta de man de obra e o problema do subministro de materiais"
El proyecto para la transformación de ese icónico espacio de la muralla ha supuesto una inversión de 600.000 euros. La obra se está pagando con fondos municipales, que podrían llegar a recuperarse si, tras entrar en la lista de reserva, acabaran quedando disponibles fondos europeos que no se gasten en otras ciudades.
Sería una oportunidad, porque permitiría rescatar fondos municipales para otros proyectos, dice Arroxo, que cree que, en todo caso, la inversión está valiendo la pena porque se va a generar una gran plaza que, está seguro, se colocará entre las más usadas de Lugo.
En la tenencia de alcaldía trabajan ahora con la perspectiva de que la obra pueda estar acabada en abril. Ha habido retraso en los plazos porque se han sumado complicaciones como el retraso en el suministro de materiales e incluso la falta de mano de obra.
La empresa constructora ha tenido que acabar yendo a buscar trabajadores fuera, incluso a Senegal, porque hay muchas obras en marcha en estos momentos y no hay trabajadores.
El retraso en los suministros ha sido otro obstáculo serio y ha afectado incluso a materiales de origen gallego. La razón, apunta Arroxo, es que la demanda de materiales es muy fuerte en estos momentos y las empresas no dan abasto para satisfacerla. Con materiales que llegan de fuera el problema ha sido incluso peor.
