López admite ante De Lara su "frustración" porque Feijóo "nunca" le recibiese

Declara que es una persona "honrada y trabajadora" y que cualquier "error" fue "sin mala intención" y "creyendo que era legal"
Raúl López, a su llegada a los juzgados para declarar ante Pilar de Lara
photo_camera Raúl López, a su llegada a los juzgados para declarar ante Pilar de Lara

Raúl López, el presidente de la mayor empresa de transportes de Galicia, Monbus, admitió ante la jueza que instruye la operación Cóndor, Pilar de Lara, su "frustración" por el hecho de que el máximo responsable de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, "nunca" quiso mantener una reunión con él.

Así, su interlocutor de mayor rango en San Caetano es el vicepresidente autonómico, Alfonso Rueda, con quien dijo tener "buena relación". "Es uno de mis desencantos, que no me ha querido recibir ni como empresario ni como (presidente del) Obradoiro", insistió en su declaración ante la magistrada, que está incluida en la parte del sumario cuyo secreto acaba de ser levantado.

Durante más de seis horas, en las que De Lara interrogó al lucense en relación con distintos asuntos por los que está siendo investigado -le atribuye un total de ocho delitos- en el marco de la operación Cóndor, Raúl López se definió como "un empresario de pro" y restringió sus conversaciones con la Xunta a lo relativo al anteproyecto de ley de fomento del transporte público en la comunidad.

Precisamente sobre este asunto, la jueza se centró en la "amistad" que el industrial admite con el presidente del Consello Consultivo, José Luis Costa Pillado, y dirigió sus preguntas al "asesoramiento" que éste le pudo prestar en lo relativo a esa norma, que todavía no ha sido aprobada. En este sentido, utilizó llamadas entre ambos en las que hablan de "papeles" y consultas para dar por hecho que el responsable del órgano estatutario le explicó "cómo plantear" el asunto a Rueda "para que lo elevase al Consultivo" y desde allí procurar una solución a sus demandas. Esta interpretación fue rechazada por López, quien, en todo caso, matizó que era "un tema para el sector" del transporte interurbano y no "un tema personal".

Preguntado sobre si las gestiones de Costa Pillado fueron agradecidas por su parte con algún tipo de obsequio, el presidente de Monbus terminó admitiendo que le regaló "una botellita de vino" pero reiteró sus negativas a que le hubiese facilitado documentos o realizado algún trámite.

REGALOS DE MONBUS. Al margen de estas cuestiones acerca de sus relaciones con la Xunta, la jueza se interesó por sus vínculos con un técnico del Ministerio de Fomento que "colaboraba" con Monbus con "información" sobre concursos y por el hecho de que su hijo fuese contratado por una de las empresas del grupo. Al respecto, el empresario dice no saber si el hijo de este funcionario se encuentra entre los "1.500 trabajadores" del Grupo Monbus. Tampoco aporta información sobre la firma de un contrato de la Armada con Monbus para el transporte de militares de la brigada paracaidista que se firmó como línea "discrecional" a pesar de ser "regular".

Lo que negó es que tras esta adjudicación, o de cualquier otra, haya "regalos" de la empresa a funcionarios o políticos. "Antiguamente se hacían (...), pero desde que salió esa norma hemos cortado y no hay regalos de ningún tipo", sostuvo.

A continuación, en la sala se escuchó una conversación telefónica entre él y su director general, Francisco Javier C.M.G., en la que este último alude a un jamón ibérico para el técnico de Fomento y el propio López le advierte de que está siendo "impru". Con todo, aseguró no tener "constancia" de que finalmente se hiciese ese agasajo y alegó que él no es responsable de la zona de Madrid, sino que lo es su directivo.

"PRESUMIMOS DE SER MUY SERIOS". Acerca de los casi cinco millones de euros de dinero B que Monbus habría recibido de InterRías entre 2008 y 2014, Raúl López negó que fuese dinero negro y que se justificase a través de facturas falsas. "Le puedo prometer que todo está debidamente facturado y declarado", trasladó a la jueza, antes de indicar que "no es la única agencia de viajes que paga en efectivo".

Preguntado sobre si conocía que InterRías estaba defraudando a Hacienda, también aseguró que "no". "Si yo lo sospechara, a lo mejor hasta dejaría de trabajar con ellos. Pero yo, lógicamente, soy responsable de mi empresa y ya le digo que, seguro, salvo error humano, todo está hecho con arreglo a la ley", recalcó, después de numerosas ocasiones en las que rechazó que en sus compañías hubiese "irregularidades".

Tras responder a todas las preguntas de la jueza y del fiscal, el empresario dedicó unos minutos para reivindicarse como "una persona trabajadora, honrada" y que no busca "defraudar ni hacer cosas ilegales". "Si algún error he cometido, ha sido sin mala intención y creyendo que era todo legal", proclamó.

Al inicio de su declaración ya había explicado a De Lara que su padre, que era "limpiabotas", le había enseñado a ser "honrado y trabajador" y a "pagar lo que debía". "Presumimos de ser muy serios", concluyó, en relación a la forma de trabajar de las empresas de su grupo.

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