"Queremos devolver a Lugo parte de lo que recibimos"

Tomás Notario y Caixa Rural Galega presentaron la fundación que han constituido para fomentar la educación y la investigación ▶ La cuantía económica será inicialmente de 200.000 euros, con el compromiso de que se ampliará a un millón
Salvador Diz, Manuel Varela, Tomás Notario, Alberto Cepeda y Antonio RIvera, los patronos de la fundación. VICTORIA RODRÍGUEZ
photo_camera Salvador Diz, Manuel Varela, Tomás Notario, Alberto Cepeda y Antonio RIvera, los patronos de la fundación. VICTORIA RODRÍGUEZ

La investigación y la formación que ofrece el Campus Terra de Lugo recibirán una importante inyección económica con la alianza que acaban de sellar Caixa Rural Galega y el exalcalde Tomás Notario Vacas con la puesta en marcha de una fundación con el fin de impulsar el sector agroalimentarios y forestal, que cuenta con un capital inicial de 200.000 euros que se ampliará al menos hasta un millón, a partes iguales.

La fundación Caixa Rural Galega Tomás Notario Vacas hizo este lunes su presentación en sociedad. El presidente de la entidad financiera, Manuel Varela, aseguraba que ambos promotores "quieren devolver a la sociedad parte de lo que recibieron de ella", porque, a su juicio, "la generosidad es una de las grandes virtudes que embellecen el alma humana".

Esta nace, según explicaba Tomás Notario, "con la vocación de ofrecer a la sociedad de Lugo y a la de toda Galicia sus medios económicos para promover, apoyar y desarrollar las ideas e iniciativas a la formación e investigación, que puedan convertirse en actividades aplicadas y útiles en los sectores agroalimentario e industial del campus universitario de Lugo y del resto de Galicia".

El patronato de la fundación, presidido por Notario Vacas, está constituido también por el presidente de Caixa Rural Galega, Manuel Varela, y por otros tres consejeros de esta entidad financiera, Alberto Cepeda, Antonio Riveira y Salvador Diz.

Una de sus prioridades es la convocatoria de becas para cursar estudios superiores y másteres, incluso en el extranjero, con la finalidad de "formar a profesionales en los centros más vanguardistas para que puedan aportar sus conocimientos a sectores productivos de Galicia". Aunque están todavía por definir los programas, también se podrán destinar recursos para proyectos de investigación, edición de publicaciones divulgativas, congresos científicos, convenciones o créditos al honor.

Notario Vacas, que fue alcalde de Lugo en dos etapas, entre 1976 y 1977 y entre 1991 y 1995, explicaba este último concepto. Dijo que los créditos al honor tienen una larga trayectoria en los países nórdicos, como por ejemplo Noruega, en donde los profesionales que se pudieron formar gracias a ayudas reintegran lo recibido cuando ya trabajan.

Otro de los objetivos de la fundación es la lucha contra lo que se ha bautizado como la España vaciada, ya que "prioriza los sectores agroalimentario y forestal, con gran potencial en Galicia y con capacidad para fi jar población en el medio rural".

Los retos de ese ambicioso proyecto no se quedan ahí, ya que, según reconoció Notario Vacas, podrían "ser útiles a la formación profesional de acreditada solvencia en Lugo y de apoyo al novedoso desarrollo de actividades de Rozas".

EDUCACIÓN. Manuel Varela destacaba que la educación es "una buena forma de corregir las desigualdades sociales que ha desnudado la crisis socioeconómica causada por la pandemia.


[Manuel Varela, presidente de la Caixa Rural Galega. VICTORIA RODRÍGUEZ]

"Muchos de nuestros jóvenes están a la espera de que se les permita la posibilidad de demostrar cuan útiles pueden ser para esta sociedad si somos capaces de ayudarles a completar su formación de posgrado o les damos los ins trumentos necesarios para que su investigación redunde en beneficio de todos", añadía el presidente de Caixa Rural Galega.

Pretende así, según dijo, "ayudar a completar" la formación de los futuros profesionales para que estos después puedan aportar sus conocimientos en favor de los sectores productivos de Galicia.

Esta fundación echa a andar también con vocación de ser duradera. "Nacemos con la voluntad de ser un instrumento más al que puedan agarrarse para hacer posible que Galicia esté a la vanguardia del progreso, afirmaba Manuel Varela.

Tomás Notario y Caixa Rural Galega han unido sus caminos en una iniciativa en la que llevaban tiempo trabajando por separado. Manuel Varela recordó que "ya asomara" bajo la presidencia de José María Pardo Montero, fallecido en 2015, y que tomó cuerpo cuando a uno de los patronos de esta fundación, Salvador Diz, le explicó sus inquietudes el exregidor local.

El presidente de la entidad financiera, la única con domicilio social en Lugo, aseguraba además que esta fundación nace "fruto de la pasión que pusieron en su vida" ambos socios.

Además de alcalde, Tomás Notario, de 95 años, dirigió, como ingeniero de caminos, canales y puertos, proyectos como la circunvalación de la N-VI, el puente nuevo sobre el río Miño y la estación de autobuses, entre otros.

Y Caixa Rural Galega no ha cerrado ninguna sucursal en sus 55 años de historia. Esta cooperativa de crédito con 21.000 socios tiene 47 ofi cinas y unos 160 empleados. El año pasado obtuvo unos beneficios de 5,75 millones.

Notario se mostró asimismo partidario de la fi gura de la fundación porque a lo largo de su actividad política ya participó en varias. Así recordó que en su primera etapa como alcalde lo hizo en el Patronato Virgen de los Ojos Grandes, que regía el colegio universitario, y en la segunda, en la constitución de la Rof Codina y de la del Pazo de Feiras e Congresos.

"Estoy satisfecho de todo lo que ha sido mi vida en Lugo. Esta fundación tiene algo de herencia"


[Tomás Notario. VICTORIA DÍAZ]

Este lúcido nonagenario se siente en deuda con la ciudad de la que rigió sus destinos en dos etapas en el último cuarto del siglo XX y por eso le deja esta herencia para que revierta "en el progreso y la mejora de actividades productivas"

¿Esta fundación es la herencia que le quiere dejar a Lugo?

Después de haber cumplido 95 años y después de estar viviendo 62 años en Lugo yo tengo una deuda personal con Lugo, que tanto me ha dado, porque me ha permitido no solo ejercer mi profesión, sino también participar de alguna manera en las necesidades de todos los lucenses a través de la alcaldía. He considerado que yo, que no tengo hijos, podía constituir una fundación para devolverle a Lugo todo lo que me ha dado.

Esta iniciativa es más propia de grandes empresas, no de personas físicas, y encima con esta cuantía.

Es cierto que no es una cantidad baladí. Si yo pusiera en una balanza lo que he cobrado como político en Lugo y lo que aporto a esta fundación, estaría en favor de la aportación. Pero no me importa. Al contrario, estoy satisfecho de todo lo que ha sido mi vida en Lugo. Ya hace muchos años que me jubilé, pero sigo viviendo en Lugo, pese a que toda mi familia es de Salamanca. Es donde tengo mis amigos y tenía los que han ido abandonando este mundo, a los que recuerdo con nostalgia. Esa es mi vida de Lugo y esto es mi fin de Lugo. Esta fundación tiene algo de herencia.

Su legado no acaba ahí.

Recuerdo que en los años 72-73 en que hubo aquella iniciativa de polos de desarrollo y de inversión yo participé con otras personas en la creación de una serie de empresas, como Socovesa en Outeiro de Rei... Pero tal vez lo más visible fue el Gran Hotel en Lugo. Yo tuve que hacerme cargo de él en 1978, después de dejar la alcaldía el año anterior, porque era una obra paralizada y me pidieron que a ver si era capaz de sacarlo del marasmo en que estaba. Conseguí terminar la obra y ponerla en marcha y aún estuve dos años gestionando la actividad del hotel, pese a que no tenía ni idea de turismo. Yo también fui directivo del Real Aero Club de Lugo y participé en desarrollar sus instalaciones. Además, una serie de personas que teníamos que ver con la inundación del antiguo Portomarín creamos Cerámica de Puertomarín, con 50 puestos de trabajo y que después entregamos a una cooperativa formada por los empleados.

Como ingeniero desarrolló la circunvalación de la N-VI, el puente nuevo, el polígono industrial de O Ceao o la estación de autobuses. ¿Qué obra es la niña de sus ojos?

El puente nuevo sobre el río Miño. Cuando yo llegué a Lugo solo había uno, el romano. Al tener un único paso que comunicase una orilla con la otra era una necesidad muy sentida. Ese puente es la obra más querida, pero también recuerdo con cariño la estación de autobuses.

Estación que va a desaparecer.

Sí. Pero la situación de la estación intermodal, una infraestructura que es deseable, es compleja por los accesos, porque es encajarla en un sitio ya conflictivo por su aglomeración y su poco propicio terreno a desarrollar en ese entorno. Espero que salga bien. Cuando hay dos polígonos, el de O Ceao, que desarrollé yo, y el de As Gándaras, que como alcalde tuve que negociar la reversión del polvorín al Ayuntamiento, yo pediría también una estación ferroviaria de mercancías intercalada entre los dos, que los potencie.

¿Qué otros proyectos considera imprescindibles para Lugo?

Sigo echando en falta cerrar la circunvalación a Lugo, que yo ya inicié cuando hice los enlaces al puente nuevo, que luego seguí con la Ronda Norte. Después se hizo la Ronda Este con motivo de la ejecución del nuevo hospital, extraordinario y maravilloso. Se debe culminar la Ronda Este, que enlace la carretera de A Fonsagrada con la Nacional VI en Nadela, porque se necesita también para dotar de mejores accesos al Hula.

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