Las quejas contra los gorrillas se disparan y la Policía puso más de 100 multas en año y medio

Usuarios y trabajadores del Hula aseguran que son coaccionados y amenazados por los aparcacoches ilegales y piden actuaciones más contundentes. Los agentes intensificaron la vigilancia y denunciaron a otras cuatro personas el jueves por ejercer esta actividad
Una patrulla de la Policía Local, controlando en el Hula la actividad de los gorrillas. AEP
photo_camera Una patrulla de la Policía Local, controlando en el Hula la actividad de los gorrillas. AEP

La guerra contra los gorrillas que llevan a cabo su actividad en el entorno del Hula se intensifica y la Policía Local lleva tiempo incrementando los controles para disuadirlos, pero la falta de mecanismos legales para actuar de forma más contundente deja su actuación en una simple multa que los infractores nunca llegan a pagar.

En una de sus últimas intervenciones, este jueves, los agentes montaron un dispositivo especial de vigilancia y levantaron cuatro actas de denuncia por infracción al Reglamento General de Circulación, al sorprender a otros tantos aparcacoches ilegales ocupando la calzada para indicar lugares de aparcamiento a los conductores, "con el riesgo que conlleva la ocupación de la calzada por parte de los peatones, tanto para ellos como para los demás usuarios de la vía", afirman.

Cuando los gorrillas hacen caso omiso a las indicaciones de los agentes y vuelven a ser sorprendidos en plena acción, la Policía Local los denuncia también por una infracción a la Ley de Seguridad Ciudadana, "al desobedecer reiteradamente las órdenes de los agentes de la autoridad durante el ejercicio de sus funciones". Sin embargo, la realidad demuestra que las denuncias no sirven para disuadir la actividad de los aparcacoches ilegales y su conducta lleva años prácticamente impune. La Policía Local no puede detenerlos si no hay denuncias por un hecho delictivo y otras propuestas, como retirarles las prestaciones y ayudas que reciben si son sorprendidos ejerciendo esta actividad, han sido rechazadas de pleno por las administraciones. Así, la única opción que les queda a los agentes es tramitar la denuncia y dar por finalizada su intervención. El año pasado se contabilizaron 61 denuncias a gorrillas y, en lo que va de este año, rondan ya las 50, por lo que la problemática va en aumento.

La Policía no puede detenerlos si no hay denuncias por un hecho delictivo y otras propuestas, como quitarles las prestaciones y ayudas han sido rechazadas

De este modo, los gorrillas continúan exigiendo dinero en el entorno del hospital lucense y los usuarios, tanto pacientes como trabajadores sanitarios, aseguran que la situación se ha convertido ya en insostenible. Según explican, las coacciones son cada vez más frecuentes y llegan a recibir incluso insultos y amenazas si se niegan a darles dinero, por lo que aparcan cada día con miedo a lo que les pueda pasar, tanto a ellos como a sus vehículos. Los afectados piden que se tomen medidas cuanto antes para acabar con una práctica que lleva años generando multitud de quejas ciudadanas.