"Si quedan vacunas sin usar llamamos a toda prisa para poder aprovecharlas"

María Jesús Pérez Taboada explica, en el Día de la Enfermería, cómo es la vacunación ▶ Con casi 6.500 citados en la provincia, el miércoles fue una de las jornadas más multitudinarias
María Jesús Pérez Taboada, directora de Enfermería.  XESÚS PONTE (ARCHIVO)
photo_camera María Jesús Pérez Taboada, directora de Enfermería. XESÚS PONTE (ARCHIVO)

La vacunación masiva frente al covid-19 —un indudable esfuerzo colectivo en busca de la inmunización casi universal— es una tarea de Enfermería. No solo son enfermeras las que administran la vacuna, también quienes organizan la campaña, que recibe frecuentes elogios por la diligencia y eficacia con la que se está llevando a cabo.

El colectivo celebró ayer el día mundial de su especialidad, que conmemora el nacimiento de Florence Nightingale, la británica precursora de la enfermería moderna y lo hizo con cinco minutos de silencio en recuerdo por todos los sanitarios víctimas del covid- 19. Acto seguido, la actividad se retomó como cada día, una maquinaria engrasadísima, capaz a estas alturas de poner en Lugo 360 vacunas por hora.

La directora de Enfermería del área sanitaria, María Jesús Pérez Taboada, reconoce que es una labor satisfactoria pero ingente, que obliga a una constante planificación en función del suministro que, desde el centro de logística del Sergas, se envía cada día a los centros de vacunación.

De un grupo de unas 50 personas, enfermeras de Primaria y de los servicios de Medicina Preventiva de los hospitales, se selecciona al grupo de profesionales que trabajan cada día, un número diferente en función de los convocados.

"Por ejemplo, para hoy [por ayer] se han citado en el Hula a más de 4.200 personas. Hace falta más personal que para mañana [por hoy] cuando los convocados son 2.500", explica Pérez Taboada, que admite que la de ayer fue la jornada de vacunación más multitudinaria hasta el momento, para la que estaban convocadas unas 6.500 personas en la provincia.

Entre 3.500 y 4.000 lucenses que no pudieron ir a los centros de vacunación ya han recibido al menos una dosis en sus domicilios

Unas enfermeras reciben las vacunas y las ‘cargan’ en las jeringuillas para que las compañeras que están en los boxes de vacunación, las que hacen la breve encuesta epidemiológica a los pacientes y les inyectan la vacuna, las tengan ya listas para su administración.

Esa previsión añade cierta carga de trabajo a última hora. "El final de la tarde, ya de noche, a menudo es un momento de mucha tensión. Una vacuna ya cargada tiene una vida útil media de seis horas. Hay que ponerla en ese plazo de tiempo o se echa a perder. Por eso, si se han cargado de más porque hay pacientes citados que no acuden por cualquier razón, por ejemplo, nos ponemos a llamar a toda prisa a personas que tienen cita para los días posteriores para ver si pueden venir y así aprovecharlas", explica. La campaña —en la que también participan, evidentemente, celadores y auxiliares de enfermería— no se parece a ninguna otra realizada antes. Cada año, la de la gripe moviliza recursos durante unos meses y este año fue realmente excepcional, logrando una tasa de cobertura sin precedentes. Pero ni esa se le parece. "No tiene nada que ver. Esa es una campaña anual con un grupo diana y en esta se pretende vacunar, por el momento, a toda la población mayor de 18 años", recuerda Pérez Taboada. Además, la probabilidad de que acabe por ser verdaderamente universal e incluya también a adolescentes y niños es cada vez más alta. Ese volumen es el principal reto organizativo.

DOMICILIOS. A todos las pacientes que no han podido desplazarse a los centros de vacunación, por ejemplo mayores encamados o personas con gran discapacidad física, se les administra la vacuna en su domicilio. Un equipo de enfermería se traslada a su vivienda para ponérsela y en la actualidad, en el área sanitaria de Lugo ya se han puesto entre 3.500 y 4.000 dosis a personas en sus casas. La directora de Enfermería explica que eso supone entre el 85% y 90% de esos pacientes. Aunque se comenzó la vacunación de ese grupo con Pfizer porque era la vacuna disponible en ese momento, ahora ya se le está administrando la de Janssen, que al ser de una sola dosis facilita el proceso al limitar el traslado al domicilio a una única vez. Además de los citados en el Hula o en domicilios, las vacunas a algunos enfermos crónicos o mutualistas se hacen en los centros de salud.

Un día por los que ya no están

Los profesionales de enfermería reivindican su labor durante la pandemia

Profesionales de enfermería de toda España se congregaron a las puertas de sus centros de trabajo para reivindicar su labor y homenajear a sus compañeras y otros sanitarios fallecidos a causa de la pandemia, contra la que han recordado que hay que seguir protegiéndose porque aún no ha acabado.

El míercoles se celebró el Día Internacional de las Enfermeras, pero este año, como el pasado, estuvo marcado por la pandemia que todo lo cambió.

Decenas de colegios provinciales de enfermería, instituciones públicas y privadas, hospitales, centros de salud y residencias de todo el país se han unido al llamamiento del Consejo General de Enfermería (CGE) para reconocer el inmenso trabajo que han realizado y siguen realizando las 316.000 enfermeras en particular, y todos los sanitarios en general.

"Durante 14 meses, hemos dado todo de nosotros para ayudar, cuidar y salvar vidas. Por este motivo, queremos honrar la memoria de los miles de profesionales de todo el mundo que han perdido su vida por este terrible virus y reconocer el trabajo de todos los compañeros que, agotados, continúan al frente de la situación", destacó el presidente del CGE, Florentino Pérez Raya.

Por los compañeros que ya no están han guardado un minuto de silencio en todos los rincones del país y han protestado por la falta de reconocimiento a su trabajo a pesar de ser clave en el sistema de salud, con la preocupación añadida de los comportamientos irresponsables celebrados últimamente tras el fin del estado de alarma. Los colegios de enfermeras reclaman más profesionales de enfermería, porque muchos de ellos han tenido que doblar turnos par acudir a los puestos de vacunación.

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