¿Por qué sigue sin abrir el edificio Impulso Verde?

La obra es ejemplo de construcción sostenible y debía estar lista hace meses, pero está pendiente el ajardinamiento del entorno y es necesario sustituir algunos tableros por la dificultad para acreditar el origen de la madera
Imaxe de arquivo da alcaldesa de Lugo, Lara Méndez, na parcela que ocupa o edificio Impulso Verde
photo_camera La alcaldesa de Lugo, Lara Méndez, ante el edificio Impulso Verde. AEP

El Impulso Verde, primer edificio público de Galicia construido íntegramente en madera, debía estar acabado a principios de este año, pero todavía tardará unos meses en obtener la certificación y en abrir al público porque el ambicioso proyecto se ha ido encontrando con algunas dificultades. Así, será necesario sustituir algunos tableros utilizados "en las terminaciones" porque no se logró acreditar el origen de la madera, según pudo saber este periódico.

Es una parte mínima, que quizás no alcance ni el 1% del material empleado en el edificio, el que no logró pasar la auditoría de FSC, (Forest Stewardship Council), la entidad encargada de certificar la construcción.

El edificio tendrá una zona de exposición, otra de coworking y una parte administrativa

La obra fue adjudicada a la empresa vasca Egoin, líder nacional en estructuras de madera, en septiembre de 2020 con un plazo de ejecución de 15 meses, aunque de parte de la edificación civil se ocupó la empresa gallega Avaliño. Egoin adquirió el eucalipto y el pino utilizado para las partes estructurales al aserradero de Alfoz Hijos de Ramón Rubal y esta parte del material pasó el control de FSC, que es uno de los dos sellos de certificación de gestión forestal sostenible que hay a nivel mundial. Sin embargo, algunos otros elementos fueron aportados por otros proveedores, con la certificación PEFC. Aunque el problema para pasar el examen no estaría tanto en este sello, ya que FSC acepta algunas maderas de PEFC, sino en acreditar la procedencia de la materia prima. 

La dificultad para certificar el edificio está relacionada con el nivel de exigencia con el que se concibió este proyecto, en cuyo diseño participó el Máster en Ingeniería de la Madera Estructural  (Pemade) de la USC. Se buscó demostrar que era posible construir íntegramente con madera, un material más sostenible que el hormigón y el acero, y de origen local, como forma de apostar por una nueva línea de negocio para el sector forestal. Este tiene un gran peso tanto en la provincia como en el resto de Galicia, pero ni los cultivos ni la transformación están todavía muy orientados a la edificación y el Impulso Verde ya tuvo el primer tropiezo con la primera adjudicación. Resultó fallida precisamente por la dificultad para obtener la cantidad de madera necesaria con las características que se exigían en el tiempo requerido.

Una incidencia similar es la que se produjo ahora, en la fase final de la obra, aunque oficialmente el gobierno local niega la existencia de problemas. La solución parece estar encauzada y se espera que el edificio pase la auditoría final hacia finales de verano. 

En el entorno del edificio habrá árboles autóctonos y jardines de lluvia

Otro de los trabajos pendientes es el ajardinamiento de la parcela que rodea el edificio. A finales de año fueron adjudicados a la empresa Ovisa por casi 169.000 euros y un plazo de cuatro meses, pero no empezaron. La zona verde ocupará casi la mitad de la extensión y combinará especies tapizantes y aromáticas, jardines de lluvia, cultivos energéticos y árboles autóctonos, con la idea de dar continuidad al bosque creado en As Gándaras dentro del programa Life Lugo+Biodinámico, del que también forma parte el Impulso Verde. Asimismo, habrá zonas para peatones, bicis y coches.

Aunque el mayor reto será dotar de contenido al edificio. El proyecto es muy atacado por la oposición y genera interrogantes en los ciudadanos, pero el gobierno de Lara Méndez defiende que, incluso sin estar terminado, ya cumple parte de su función divulgativa. El edificio tiene una "agenda propia", destaca, con visitas de estudiantes y de profesionales e investigadores del sector de la madera, de la construcción y del desarrollo sostenible. En marzo fue visitado por especialistas de seis países del Climate Smart Forest Economy Program y llama la atención en foros como el Rebuild, congreso de arquitectura avanzada.

El edificio tendrá una zona expositiva del proyecto y el resto de acciones de Lugo+Biodinámico, una zona de coworking para iniciativas relacionadas con la economía verde y una parte administrativa.

Un proyecto más valorado fuera de Lugo

Lugo+Biodinámico fue concebido en época del alcalde José López Orozco como el fin de diseñar y ejecutar acciones de desarrollo urbano sostenible reproducibles y de potenciar el sector forestal. El proyecto compitió con otros 1.400 y fue uno de los 26 seleccionados en toda Europa y uno de los dos españoles. El otro fue de Andalucía. La UE buscaba en la convocatoria de 2014 iniciativas tranformadoras y replicables y Lugo+Biodinámico sigue siendo reconocido por cumplir ambos parámetros en distintos foros nacionales e internacionales, una valoración que parece que le cuesta obtener de los vecinos de Lugo.

Los innovadores huertos urbanos de A Garaballa, que aún no empezaron a acondicionarse, el barrio ecológico, el catálogo de soluciones urbanas sostenibles, con una calculadora de efectos ambientales, y el bosque de As Gándaras son otras acciones de este Life.

El presupuesto del programa es de 3,4 millones, que confinancian la UE, el Concello y la Diputación y tiene el apoyo científico de la Universidad de Santiago y de la Universidad Politécnica de Madrid.