"No se puede decir que quien tuviera una reacción severa no se vacunará"

El jefe de Alergología del Hula, Francisco Carballada, cree que los aparentes casos de anafilaxia tras recibir la vacuna de Pfizer pueden deberse a una alergia y también a una patología de base
Francisco Carballada, jefe de Alergología del Hula. AEP
photo_camera Francisco Carballada, jefe de Alergología del Hula. AEP

El jefe de Alergología del Hula, Francisco Carballada, sigue la línea de sus colegas y de la sociedad científica que los representa y cree que los dos aparentes casos de anafilaxia de sendos pacientes tras recibir la vacuna de Pfizer no pueden llevar a concluir que a todos los que en algún momento hayan tenido una reacción severa a un fármaco o a un alimento no se les va a poder administrar. "No se puede decir que quien haya tenido una reacción severa no se vacunará, no tiene sentido", asegura.

También critica que, como forma de dirimir quién podría estar afectado por semejante medida, se apunte a pacientes a los que se les haya prescrito un autoinyectable de adrenalina. Recuerda que es algo que reciben aquellas personas que tienen una reacción alérgica severa de origen desconocido, los alérgicos a veneno de himenóptero porque puede picarles el insecto lejos de un centro sanitario y también aquellos alérgicos a un elemento que puede aparecer de forma inesperada en otro; por ejemplo, algunos alimentos presentes a veces en otros sin que se pueda predecir, como las trazas de frutos secos en muchos productos envasados. Igualmente, se les prescribe a los niños alérgicos a alimentos porque son pacientes que, por curiosidad y ganas de experimentar, tienden a probar cosas nuevas y de esta manera pueden entrar en contacto con el alérgeno.

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Sin embargo, si está identificado que el origen de la alergia de un paciente es un determinado fármaco, aunque haya tenido una reacción severa, no se le prescribe adrenalina. "Solo debe evitar ese fármaco. Un paciente con alergia a la penicilina no tiene que llevar encima un autoinyectable, sino no tomar penicilina", aclara el doctor Carballada.

El alergólogo explica que no se puede tener ninguna certeza sobre lo que realmente pasó en esos casos hasta que no se emita un informe de farmacovigilancia o se describan en una revista científica, pero considera plausibles varias explicaciones.

Una de ellas sería que fueran alérgicos a uno de los componentes de la vacuna. Este fármaco de Pfizer incluye como excipiente polietilenglicol, presente en algunos laxantes y al que, efectivamente, hay personas alérgicas, aunque muy pocas. Otra sería una alergia a algún otro excipiente, pero apunta que también podría tratarse de que esos pacientes afectados tuvieran una patología de base, síndrome de activación mastocitaria, y que esa fuera la razón de esa reacción.

En realidad, esos enfermos pueden tener una reacción severa al entrar en contacto con algunos fármacos, picaduras de insectos o alimentos, pero no se trata de una alergia. Si ese fuera el caso, el de que las dos personas afectadas por esta vacuna de Pfizer tuvieran esta patología ello no implica que no se les pudiera administrar, según explica el doctor Carballada. Simplemente tendría que hacerse en un entorno controlado.

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