La psicosis desatada en media Europa por el miedo al "gran apagón", la enésima teoría apocalíptica que ha saltado de un reducido grupo de conspiranoicos en las redes a la ciudadanía, también ha contagiado a centenares de lucenses. Ante el temor de que en un futuro indeterminado, pero relativamente próximo, el suministro eléctrico deje de llegar durante días a los hogares, los lucenses han agotado las cocinas de gas, sobre todo las portátiles, y las bombonas de recambio, así como han incrementado exponencialmente la demanda de generadores de gasolina, de linternas o de pilas, entre otros productos.
El origen de la alarma se sitúa en un vídeo publicado el pasado 6 de octubre en Youtube por el Ministerio de Defensa de Austria. En él se asegura que "los expertos" creen muy posible que en los próximos cinco años se produzca un apagón eléctrico generalizado. Además, da una serie de consejos para afrontar esos días sin electricidad, hasta que se reponga el suministro. Entre esos consejos está hacerse con agua embotellada y alimentos no perecederos, pilas y linternas y cocinas de gas.
Pese a que todos los expertos que se han pronunciado en España, estos sí con nombres y apellidos, descartan un apagón de esas características en el país, el miedo es libre. Un miedo que se está traduciendo en el desabastecimiento de algunos productos.
"Es una locura lo que se está viviendo", reconoce Roberto, de la Ferretería do Barrio. "Están agotadas todas las cocinas y los maletines de gas. Pero agotadas incluso en los almacenes de distribución, llamas para pedir y no te sirven antes de seis meses", cuenta. Lo mismo sucede con las bombonas de repuesto de gas desechables. Según Roberto, "todo comenzó como un furor, como con el papel higiénico en la pandemia".
Este ferretero, que también percibe una elevada demanda de linternas y de pilas, explica que este tipo de cocinas portátiles "siempre se ha vendido bien", porque son útiles para hacer carne a la piedra y muy demandadas por camioneros, pescadores o cazadores. "Pero esta locura no le he vivido antes, ni cuando las ciclogénesis. Lo único que se consigue así es provocar desabastecimiento para la gente que sí las necesita y romper todo el stockage. Sé de establecimientos que han pedido hasta doscientas cocinas", explica.
La fiebre apocalíptica sube varios grados en algunos casos, como en el de los lucenses dispuestos a cambiar directamente sus placas vitrocerámicas por gas o los que buscan directamente la autosuficiencia. Muchos de ellos han acudido a Suministros La Ronda, donde han notado un gran incremento de clientes que "vienen a pedirnos presupuestos para generadores", según comenta Eugenio, el encargado de la tienda. Se trata de pequeños generadores de electricidad a base de gasolina, "que se pueden instalar en una terraza o hasta en un balcón". Valen alrededor de 500 euros y pueden proporcionar electricidad para mantener activa una nevera, una lavadora o unas bombillas.
"Ya nos pasó cuando llegó la borrasca Filomena, que nos quedamos sin generadores en todo Lugo. Es un caos", afirma este profesional.
OTROS PRODUCTOS. Algunos establecimientos de alimentación también han percibido ligeros incrementos en las ventas de algunos productos, sobre todo latas de conserva y alimentos que no necesitan ser cocinados. Un efecto que se va percibiendo además en los productos de informática, si bien todavía no en la misma medida.
"Sí que ves que el tema del gran apagón está en los comentarios y las conversaciones de la gente, pero me parece todo una salvajada", apunta Carlos, de Med Informática. El objetivo en este caso serían las baterías externas para los portátiles y otros aparatos electrónicos, aunque "ha habido un cliente que me ha preguntado por los cargadores para móviles con paneles solares".
Este tipo de alarmas suelen desaparecer poco a poco, si bien no con la misma rapidez que se extienden. Por eso, los profesionales consideran que el efecto del "gran apagón" en el mercado todavía durará y que es mucho más real que el gran apagón en sí.
