Los vecinos del barrio de A Ponte vuelven a protestar, como ya hicieron en años anteriores, por la falta de mantenimiento del puente blanco sobre el Miño y por la maleza que se acumula en la rotonda que distribuye el tráfico hacia las nacionales VI, 540 y 547; la carretera de Portomarín, y A Ponte.
La falta de acuerdo entre el Concello y el Ministerio de Fomento sobre la titularidad del viaducto, inaugurado hace siete años y que supuso una inversión de más de 20 millones de euros, provoca que solo se actúe cuando comienzan a arreciar las protestas de vecinos y conductores, quienes ven limitada la visibilidad en la rotonda debido a la altura que acumula la maleza.
Los afectados se quejan además de que, mientras la glorieta de entrada a la carretera de Portomarín, que es de titularidad de la Xunta, sí tiene un adecuado mantenimiento, la que da acceso al puente, «parece un monte que da la bienvenida a Lugo», como ironiza un vecino de A Ponte, que añade que la asociación de vecinos del barrio se está planteando «comprar unas ovejas y dejarlas ahí» para que limpien la maleza. Asimismo, advierten del riesgo de incendio.
Por otra parte, los residentes se lamentan de la falta de limpieza del puente, hasta el punto de que en algunas partes el color verde prima sobre el blanco. Piden que de una vez haya acuerdo entre las administraciones y se asee para evitar la mala imagen que da de la ciudad.
