Wim Timmermans, que ha trabajado con investigadores del campus Terra, acude a Lugo invitado por Lugonovo para dirigir un taller de participación ciudadana que se celebrará este sábado, de 10.00 a 14.00 horas, en el hotel Méndez Núñez.
¿Cuáles cree que son los principales problemas ambientales que hay en esta ciudad?
Aunque solo tengo una visión general de Lugo, yo siempre busco el río en las ciudades y aquí creo que hay elementos a tener en cuenta en gestión del agua, depuración o control de las lluvias torrenciales. También creo que aunque los gallegos están muy vinculados con sus raíces rurales, Lugo todavía no está muy conectada con las zonas agrarias y con la naturaleza. Desde una perspectiva global, Lugo es una ciudad con una gran historia y grandes valores ambientales a su alrededor, pero no está todo bien conectado. En Holanda cada ciudad tiene su propia identidad y, por ejemplo, La Haya es conocida como la ciudad de los jueces, pero en Lugo, a pesar de tener su historia y su naturaleza, falta ese relato que integre esos valores.
¿Qué soluciones naturales va a proponer en el taller que dirigirá el sábado?
Explicaré el concepto de las soluciones a problemas ambientales basadas en la naturaleza. Creo que ahora mismo no hay sistemas de saneamiento preparados para los fenómenos de lluvia extrema y por ello creo necesario dividir las redes de aguas pluviales de las fecales para que las aguas limpias puedan ser reutilizadas. Por otra parte, en muchas ciudades como esta hay zonas verdes, pero no hay una estructura que las conecte, a pesar de que sirven para reducir la temperatura ambiental en verano. Por ejemplo, en Lisboa se está trabajando en vincular las zonas verdes y los cursos fluviales para hacer una estructura conectada verde y de agua con una visión integrada. Esas zonas verdes se pueden gestionar y explotar agrícolamente, y es además una forma barata de mantener las zonas verdes. En Holanda muchas ciudades como Ámsterdam tienen políticas alimentarias que pretenden conectar esta agricultura urbana para comercializar productos, pero también para que el ciudadano pueda tener contacto con la zona rural.
Son como huertos urbanos.
Sí podría ser, porque de esta forma la gente es como propietaria de la zona verde y la cuida. Es un fenómeno que se está extendiendo en Europa.
¿En qué consisten los jardines terapéuticos como los que usted ha promovido?
Mi madre tiene demencia senil y yo me impliqué en la creación de una pequeña residencia para personas con alzheimer en una zona verde, porque estas personas necesitan espacios relajantes, pacíficos y estos proyectos se pueden combinar con otras acciones de gestión de áreas recreativas. Además, con este tipo de jardines se pueden conseguir fondos de diferentes áreas como las de medio ambiente, aguas o asistencia social para financiarlos, porque todos ganan algo con ese parque, y, además, con un único financiador no sería posible hacerlos.
Lugo se debate entre la protección de la fauna y flora del río y el acercamiento de la ciudad al cauce. ¿Como se puede compatibilizar?
Lo que hay que hacer es zonas diferentes, porque si se protege totalmente el río en una ciudad, la gente deja de preocuparse por él.
