"Me casé por los papeles, pero jamás le engañé", dice la prostituta acusada de matrimonio ilegal

La Fiscalía le pide 6 años de cárcel por casarse con un lucense para estafarle dinero ► La defensa alega que no hay delito porque la chica "fue clara" y nunca quiso perjudicar al cónyuge, "que ya llevaba 30 años gastando su dinero en mujeres"
La acusada, en el juicio celebrado en la Audiencia Provincial de Lugo. SEBAS SENANDE
photo_camera La acusada, en el juicio celebrado en la Audiencia Provincial de Lugo. SEBAS SENANDE

"Yo estaba en situación irregular en España y me casé para conseguir los papeles, pero jamás engañé a nadie. Solo quería los papeles, no su dinero. De hecho, seguí trabajando en el club después de casarnos". Así lo manifestó este miércoles en la Audiencia Provincial de Lugo J.M.M., la prostituta de origen brasileño acusada de matrimonio ilegal y estafa.

La mujer reconoció que se casó con el denunciante el 9 de julio de 2007 para regularizar su situación en el país, pero su letrada explicó que, para que exista delito, tiene que haber intención de perjudicar al otro cónyuge, "y en este caso no la hubo", dijo. La abogada de la defensa argumentó que la acusada actuó "en su propio beneficio, pero sin ocasionar ningún perjuicio al hombre, ya que siempre fue clara con él y le dijo en todo momento que se casaba únicamente para conseguir los papeles".

El hombre —que conoció a la acusada porque contrataba los fines de semana sus servicios sexuales en un club de alterne de O Corgo— reconoció que, efectivamente, contrajeron matrimonio para que no la echaran del país, "aunque yo pensaba que después de casarnos se iba a venir a vivir conmigo", matizó. El denunciante explicó que, tras celebrar la boda, la mujer continuó ejerciendo la prostitución en el mismo establecimiento y él siguió acudiendo como cliente y pagándole por sus servicios, 50 euros cada treinta minutos. Igualmente, la acusada le cobraba por las horas que pasaba con él en el domicilio. "Yo tenía una deuda con el dueño del club y tenía que enviar dinero a mi madre y a mis tres hijas a Brasil, por lo que tenía que trabajar. A veces me decía que no fuera al club y que me quedara con él, pero yo no podía permitirme eso y él me pagaba para que no fuera a trabajar", contó la acusada.

Según su versión, todo el dinero que recibió del hombre fue a cambio de sus servicios sexuales. "Me pagaba solo por mi trabajo, jamás le estafé. Hasta pagué yo misma los gastos de la boda", dijo. La Fiscalía, sin embargo, considera que la mujer engañó al denunciante y consiguió que le entregara alrededor de 30.000 euros.

"Él tenía esquizofrenia y una inteligencia en el límite bajo de lo normal. La acusada se aprovechó de su vulnerabilidad", asegura la fiscal

La acusación explicó que el hombre padecía "esquizofrenia paranoide y tenía una inteligencia en el límite de la normalidad, así como un aplanamiento afectivo, circunstancias que lo hacían manipulable y limitaban de forma grave su capacidad para prestar consentimiento matrimonial".

La fiscal alegó que la mujer logró compartir una cuenta bancaria con el hombre y lo convenció para que solicitara dos créditos por importe de 11.479 y 13.571 euros, dinero que supuestamente se quedó ella. Además, el denunciante le regaló un anillo de mil euros, que pagó a plazos, y le fue entregando diversas cantidades de dinero que la mujer le solicitaba. "La acusada actuó a sabiendas, aprovechándose de la vulnerabilidad del hombre. Poco a poco, le fue preguntando por la situación económica de su familia y descubrió una forma muy cómoda y fácil de hacerse con importantes cantidades de dinero", apuntó.

La defensa, por el contrario, insistió en que no hubo engaño. "El propio denunciante reconoce que le daba dinero a la acusada voluntariamente y que llevaba desde los 17 años (en el momento de la boda tenía 47) acudiendo a prostíbulos. Le pagaba a las chicas y les hacía regalos. En 30 años, a un mínimo de cien euros por fin de semana, se pudo haber gastado más de 150.000 euros en prostitución. Cuando conoció a esta chica ya llevaba 30 años gastando su dinero en mujeres, y está en su derecho. Otros se lo gastan en alcohol y después no van a reclamar a los bares", espetó.

La letrada de la defensa insistió además en que el denunciante estaba capacitado para entender la finalidad de su matrimonio, al que su familia se oponía, y dar su consentimiento. "Tenía una inteligencia baja, pero dentro de la normalidad. Dirigía una explotación ganadera, era socio de una cooperativa, tramitaba las subvenciones con la administración, tenía el graduado escolar y carné de conducir. No se puede decir de ninguna manera que no sabía lo que estaba haciendo y que la acusada lo engañó", dijo.

PRESCRIPCIÓN. Tras exponer sus conclusiones en la vista —que se celebró en la Audiencia Provincial de Lugo—, la letrada defensora solicitó que los delitos que se le imputan a la acusada se declaren prescritos, "ya que han pasado más de nueve años desde los hechos, que se remontan a 2007".

"Dirigía su explotación ganadera, tenía el graduado escolar y carné de conducir. Él sabía lo que hacía; nadie le engañó", dice la defensa de la mujer

En caso de que no se reconozca la prescripción, la abogada pide la libre absolución de la mujer, al considerar que no concurren los requisitos para condenarla por matrimonio ilegal ni por estafa. "En cuanto al primer supuesto, no hubo intención de perjudicar al otro cónyuge, por lo que no hay delito. Y en lo que respecta a la estafa", concluyó, "le sacó todo el dinero que pudo, pero a cambio de mantener relaciones sexuales, ya que para eso vino a España, para conseguir dinero ejerciendo la prostitución y enviárselo a su familia. No hubo engaño".

La fiscal, por su parte, considera probado que la mujer se aprovechó del hombre y se casó con él para sacarle dinero, por lo que solicita un total de seis años de prisión, cinco de ellos por un delito de estafa y uno por matrimonio ilegal. Le pide además 1.300 euros de multa y 30.000 de indemnización.