El propietario extorsionado de A Piringalla podría recuperar su piso en días

La banda que lo ocupa le anunció que se aviene a irse de la casa si cede la presión, que provocó intervenciones de la Policía Nacional y que se les retirara ya un vehículo robado y matrículas falsas

Generated by  IJG JPEG Library
AppleMark
photo_camera Generated by IJG JPEG Library AppleMark

El lucense que estaba siendo extorsionado por los inquilinos a los que arrendó un piso en A Piringalla podría estar ya a punto de ver la luz al final del túnel.

El hombre, al que los inquilinos le exigían que les pagara por irse de la vivienda, por la que nunca pagaron el alquiler, podría recuperar su piso en los próximos días, ya que los ocupantes han mostrado su disposición a marcharse si cede la presión a la que están siendo sometidos, que provocó que incluso la Policía Nacional empezara a indagar en las actividades que realizan en Lugo.

La vivienda había sido alquilada por una pareja, que usó contratos de trabajo falsos para justificar que podría pagar el piso. Tras cerrar el contrato nunca pagaron la renta y, además, no eran ellos quienes vivían en la casa, sino un número variable de personas, a las que cada día se llevaba a dormir allí y a las que se recogía por la mañana.

Ante los impagos y la exigencia de dinero —llegaron a pedir hasta 6.000 euros—, el propietario recurrió a una firma de desokupación, Mi Casa no Es la Tuya, que inició una serie de seguimientos que logró meter presión al grupo.

Los responsables de Mi Casa no Es la Tuya sostienen que se trata de una banda rumana, con dos cabecillas y entre 30 y 40 integrantes. Hicieron seguimientos y pudieron comprobar que utilizaban una gran flota de vehículos, a la que con frecuencia le cambiaban las matrículas.

Esta semana lograron que la Policía retirara un coche que figuraba como robado y varias matrículas falsas. Además, se registró una nave donde solían guardar vehículos.

Tras indagar en la identidad de los cabecillas también apuntaron que serían los mismos implicados en un famoso 'simpa' en Bembibre, en León, de donde se fueron sin pagar la factura mientras bailaban la conga o incluso de una brutal paliza en Monforte a un joven de Burgos que había llegado para comprar un coche y al que, tras robarle, mandaron a la Uci.