La propiedad de la unidad del Ánxel Fole prepara el plan para urbanizar

Ya hay mayoría suficiente para desarrollar esta bolsa de suelo y la presentación del proyecto de urbanización podría servir para aplazar por tercera vez el cierre del aparcamiento
Naves de la unidad del Ánxel Fole, al lado de la muralla. SEBAS SENANDE
photo_camera Naves de la unidad del Ánxel Fole, al lado de la muralla. SEBAS SENANDE

El día 28 expira el plazo para que los titulares del aparcamiento Ánxel Fole cumplan la orden municipal de cierre, por falta de licencia, y la propiedad de estas instalaciones, junto a los dueños de parte de los terrenos que forman parte de esa unidad de actuación, trabajan a contrarreloj para poder presentar el proyecto de urbanización de esta bolsa de suelo antes de esa fecha. Este trámite podría servir para que, en función de cómo los dueños del Ánxel Fole argumenten el recurso, el Concello aplace una vez más la orden de clausura. Sería la tercera vez en los últimos tres años.

El aparcamiento se construyó en base a una licencia municipal concedida en 1990. Sin embargo, las obras no comenzaron hasta 1998, entre otras razones, por dificultades con las excavaciones arqueológicas. En esa fecha ya había entrado en vigor la normativa específica del casco histórico, que incluyó ese terreno dentro de una gran unidad de suelo que se extiende entre la muralla y las calles Teatro, Progreso y Nóreas y exigía el desarrollo conjunto, por lo que dejaba fuera de la ley un proyecto urbanístico individual como era el del Ánxel Fole. Posteriormente, en torno al año 2000, las instalaciones fueron sometidas a algunos cambios, pero ni aun así consiguieron la licencia de actividad por cuestiones relacionadas con la accesibilidad, la normativa de ascensores y la edificabilidad de las oficinas.

En esa gran bolsa de suelo hay edificaciones en desuso, naves en ruina y maleza y no llegó a desarrollarse ni en los tiempos del boom urbanístico porque, a la dificultad que implica cualquier actuación en el recinto amurallado, donde son obligatorias las excavaciones arqueológicos y permisos de varias administraciones, se sumaba que la propiedad estaba dividida y no todas las partes tenían interés o capacidad para llevar a cabo un proyecto de esta envergadura.

CAMBIOS DE PROPIEDAD. La situación ha cambiado en los últimos años, especialmente a raíz de que la firma Dmanán -brazo inversor de la familia Chousa, en su día dueña de Ingapan- empezara a adquirir propiedades en esta zona. Primero compró el edificio que albergó la sede de este periódico, donde proyecta viviendas, y después se hizo con otras naves. Dmanán, los dueños del Ánxel Fole y otros titulares de terrenos con voluntad de construir suman ya la mayoría suficiente para poder hacerlo. La nueva junta de compensación ya está creada, con un 51% en manos de los promotores del proyecto urbanístico, y no se descarta algún cambio de propiedad más en las próximas semanas.

Paralelamente, un gabinete de fuera de la ciudad trabaja en la redacción del proyecto de urbanización, que se podría registrar en el Concello en las próximas semanas. Según el criterio de los técnicos municipales, con es proyecto aprobado se podría dar licencia al párking Ánxel Fole.

PLAN DESDE 2009. En 2009, tras atender a varias indicaciones de la Consellería de Cultura, el Concello aprobó un plan especial para el desarrollo de esta zona. En él se daba a los propietarios un plazo de cuatro años para ejecutarlo.

El plan preveía varios bloques de edificios de planta baja y cuatro alturas que taparían las traseras de las calles Progreso, Nóreas y Teatro. En medio se proyectaban otros tres bloques, perpendiculares a la muralla. Por normativa, el 20% de las viviendas deben ser protegidas. Se diseñaban zonas peatonales y verdes y se preveía un único aparcamiento subterráneo, con acceso desde la Rúa Teatro.

Los pormenores del proyecto en el que se trabaja ahora se desconocen, pero todo apunta a que irán en esa línea. La entrada del actual aparcamiento está por debajo de la futura Rúa Ánxel Fole y la propiedad y los técnicos municipales llevan tiempo estudiando soluciones, como podría ser una mutación demanial del uso del subsuelo por un periodo determinado de años o una figura similar. Con todo, es más que probable que tengan que hacer cambios en las instalaciones.

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