Prohíben a un hombre estar a menos de diez metros de su vecina de al lado

Aceptó dos años de prisión por insultar y amenazar durante años a la mujer en Galegos

Un largo conflicto vecinal que se vive desde hace ya un par de décadas en una zona de Galegos sumó este miércoles otro capítulo, en forma de condena judicial. En este caso, uno de los vecinos, E.F.A., aceptó una condena de dos años de prisión tras reconocerse como autor de un delito contra la integridad moral de otra vecina. Los insultos y amenazas, según el fiscal, se prolongaron durante al menos los últimos 12 años, con la circunstancia agravante de que las fincas donde viven están pegadas y sus casas, a apenas unos metros.

Este fue, de hecho, uno de los puntos más complicados a la hora de llegar a un acuerdo entre las partes y con la Fiscalía, lo que evitó que se tuviera que celebrar la vista oral prevista para este miércoles en el Penal 2. Tanto la Fiscalía como la víctima solicitaban que la condena incluyera una orden de alejamiento, a la que el acusado no se opuso en principio, salvo por el alcance de la misma: las fincas en las que están las casas de ambos, lindan, por lo que un desajuste de pocos metros en la orden podría obligar directamente al condenado a abandonar para siempre su casa, ante el riesgo de estar incumpliendo constantemente la condena.

Al final, se llegó al acuerdo de que el alejamiento se estableciera en diez metros, excepto cuando el condenado no tenga otro remedio que pasar junto a la puerta de su vecina para dirigirse a su propia vivienda. Además, deberá pagar a la víctima 3.000 euros de indemnización, en lugar de los 20.000 que esta solicitaba en su escrito de acusación.

Por su parte, el condenado evita de este modo el riesgo de ser condenado por los otros delitos que planteaba la acusación particular: denuncia falsa, por los que pedía otros dos años, y falta de amenazas e insultos, a saldar con una multa de 2.000 euros.

No obstante, lo que Galegos espera es que este acuerdo lleve cierta paz al barrio, ya que los diferentes conflictos entre el ahora condenado y sus vecinos viene de muy lejos. Como ejemplo, baste señalar que tres de los testigos que habían sido llamados a declarar eran personas que, a su vez, se vieron inmersos en pleitos con él. Alguno de ellos incluso tuvo que indemnizarle.

CONDENA ANTERIOR. Y en 2006 el acusado había sido condenado por un delito de falta de lesiones tras empujar y tirar al suelo a su vecina, cuando estaba además embarazada. La capacidad reproductiva de la mujer parecía ser, a tenor de los escritos tanto de la acusación particular como de la Fiscalía, una obsesión para E.F.A., que hacía reiteradas referencias con sus insultos al hecho de que tuviera seis hijos. Entre esos improperios eran habituales términos como "perra", "cadela", "mal parida" y "conexa".

Los improperios, además, eran acompañados de amenazas graves hacia la mujer, su marido y sus hijos, diciendo que la iba a matar o que no iba a volver a ver a sus hijos. Esta situación, denunció la víctima, llegó incluso a afectarla psicológicamente, por lo que tuvo que ponerse a tratamiento por un trastorno de ansiedad.

SUPUESTO ATROPELLO. Según explica el escrito de la acusación, el ahora condenado llegó a denunciar a su vecina y al marido por intento de atropello, además de amenazarlo con cortarle el cuello y otros insultos. De estos hechos se derivó un juicio de faltas, en el que la vecina fue absuelta entre otras cosas porque tuvo la prudencia de grabar con su móvil los hechos: en las imágenes, según dicho escrito, se puede ver como la mujer iba en su coche, en el que ni siquiera viajaba su marido, y cuando pasa a la altura del vecino trata de apartarse de él todo lo posible, mientras que este comienza a perseguir el vehículo mientras grita: "Conexa, conexa, me cago na puta que te pariu, ahora mismo vou á Policía".

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