Un problema en el aire del laboratorio de salud pública obliga a cerrar una planta

Sanidade está sellando y limpiando arquetas en el área de Microbiología, después de que los trabajadores se quejaran de mal olor, problemas respiratorios, picor de ojos, mareos y malestar general, que ya afecta a personal de otras zonas

Instalaciones de Microbiología del laboratorio de salud pública de Galicia. PEPE TEJERO
photo_camera Instalaciones de Microbiología del laboratorio de salud pública de Galicia. PEPE TEJERO

La Consellería de Sanidade cerró el pasado viernes la tercera planta del laboratorio de salud pública de Galicia, situado en la Rúa Montevideo y que se hace cargo de todos los análisis de la comunidad, desde control de aguas de abastecimiento o playas hasta presencia de metales en alimentos. La decisión se tomó después de numerosas quejas de trabajadores por malos olores, problemas respiratorios, digestivos, picores, reacciones en la piel y mareos, que han provocado al menos tres bajas y que se han extendido ya a otro personal que trabaja en el edificio.

Sanidade admitió este martes que el cierre del área de Microbiología tiene como objetivo "minimizar así el riesgo de contacto del personal del laboratorio con las posibles sustancias alergénicas". Esas sustancias llegarían al ambiente a causa de "problemas estructurales relacionados con la evacuación de aguas residuales". Es decir, serían gases cuya presencia en el aire del laboratorio no se debería a productos con los que trabaja ese personal sino a que la eliminación de aguas residuales no se hace correctamente.

Estos días, se realizan tareas de limpieza y sellado de las arquetas para evitar ese problema. Los trabajadores creen que empezó a manifestarse poco después de que, en enero de 2014, el laboratorio lucense se convirtiese en el de referencia para toda Galicia, En ese momento, se adaptó la tercera planta de la delegación provincial de Sanidade -un espacio que estuvo reservado en el pasado para vivienda de los directores -de forma que albergase más instalaciones de laboratorio. Era preciso contar con instalaciones más amplias ya que se incrementaba la plantilla y se multiplicaban las pruebas. Por ejemplo solo de analíticas de playas pasaron de las 700 a casi 5.000.

El personal que ejercía en esa planta empezó a manifestar tiempo después mareos, estómago revuelto, reacciones en la piel y otros problemas. Se trataba de un malestar generalizado y heterogéneo que desaparecía fuera del edificio, remitiendo en vacaciones, por ejemplo.

Pasado el tiempo, trabajadores del resto del edificio, comenzaron a quejarse de los mismos síntomas. Así lo hizo personal de inspección farmacéutica, que ejerce en la primera planta y cuyo lugar de trabajo no es el laboratorio, sino despachos con el mobiliario de oficina habitual. Es decir, no manipula sustancias químicas.

Finalmente, Sanidade decidió cerrar el área de Microbiología el pasado día 23 con el objetivo de limpiar y sellar las arquetas que conducen las aguas residuales. Estas, al ser revisadas, presentaron fisuras que podrían ser los puntos por los que salen los gases o las "posibles sustancias alergénicas" a las que aludió este martes en un breve comunicado.

Está previsto que las obras acaben esta semana o la que viene y las instalaciones puedan volver a albergar los trabajos con normalidad. Por el momento, los que ejercen en el área de Microbiología, una docena, se han derivado a otras dependencias del laboratorio para seguir con las tareas habituales.

Según fuentes de Sanidade, de forma provisional se estableció que para casos urgentes los análisis microbiológicos de alimentos se pueda realizar en laboratorios externos. Estos casos urgentes se refieren a la sospecha de algún patógeno en algún alimento.

El laboratorio lucense incorporó, tras la centralización en su sede de todos los de Galicia, pruebas como el análisis de presencia de plaguicidas en verduras, de metales pesados o de elementos contaminantes que llegan a los alimentos a través de los envases. También sumó los controles de aditivos, tanto los de los tipos que se usan como las cantidades en las que se añaden.

Además, su apertura supuso un incremento de plantilla en las instalaciones lucenses, al sumar personal que ejercía en laboratorios de otras provincias. De los 30 habituales, se pasó a un total de 47 en el momento de la concentración.