A prisión por agresión sexual e inducir a su pareja a prostituirse

El detenido había salido de la cárcel hace unos días por otro supuesto abuso sexual, en el que se descartó que usase burundanga

Vehículo policial que trasladó al detenido a prisión en diciembre. AEP
photo_camera Vehículo policial que trasladó al detenido a prisión en diciembre. AEP

Un ciudadano rumano, de 38 años, ingresó este viernes en el centro penitenciario de Bonxe acusado de un delito de agresión sexual y de otro de inducción a la prostitución, de los que presuntamente fue víctima su pareja. El Grupo 3 de la Policía Nacional llevó a cabo su detención en la capital lucense, tras la denuncia presentada a mediados de esta semana por la mujer, que es de nacionalidad española.

El titular del juzgado de instrucción número 3 de Lugo, que lleva el caso, ordenó el ingreso en prisión del arrestado, tras tomarle este viernes declaración.

Víctima y agresor solían frecuentar los jardines que se encuentran en la Praza da Constitución de la capital lucense, donde suelen reunirse indigentes. Este ciudadano rumano podría ser reincidente. A finales del año pasado ya había sido detenido y encarcelado, junto a un compatriota suyo, debido a una denuncia por presunto abuso sexual a otra mujer.

Ya había sido encarcelado el pasado diciembre por un presunto abuso sexual a otra mujer

BURUNDANGA. Este hombre quedó en libertad hace solo unos días cuando el juez decretó su salida de la prisión de Bonxe, donde había ingresado de forma preventiva el pasado mes de diciembre, por otro caso de un supuesto abuso sexual, en el que se sospechó que se pudo utilizar burundanga para anular la voluntad de la víctima.

Precisamente, el juez le dio la libertad -tanto a este acusado como a otro compañero, de 43 años, también de origen rumano y enviado a prisión por los mismos hechos- a la vista de los resultados de la primera analítica realizada a la víctima, donde se descarta la presencia de escopolamina, que es el principio activo de la burundanga, en su organismo el día de autos.

Ese primer caso está todavía pendiente de otra segunda analítica complementaria que confirmaría, en un principio, la inexistencia de burunganda y, quizás, la posible presencia de otras sustancias que pudieron anular la voluntad de la víctima, puesto que esta había denunciado que se había despertado en la cama de un hostal de la capital lucense, semidesnuda, junto a uno de los dos detenidos, sin que se acordase de cómo había llegado hasta ese alojamiento.

La víctima del primer caso, que se había despertado en un hostal, dijo que no recordaba lo que había hecho durante ocho horas

Este presunto delito contra la libertad sexual ocurrió a principios del pasado mes de diciembre. La víctima, una vez que se despertó en esas circunstancias, se marchó rápidamente del establecimiento hostelero. Ya en la calle pidió ayuda para después dirigirse al hospital Lucus Augusti a someterse a una revisión médica ante un posible caso de abuso sexual o violación con la voluntad anulada y también para que le realizasen analíticas para determinar si había ingerido algún tipo de sustancia que la hubiese dejado sin memoria.

La víctima presentó denuncia en la comisaría de la Policía Nacional, donde afirmó que no podía recordar nada de lo que vivió durante unas ocho horas, desde las tres de la madrugada hasta las once de la mañana.

Tan pronto como tuvieron conocimiento de los hechos, los agentes se trasladaron al establecimiento de hostelería, donde se alojaban los dos acusados, y los detuvieron allí mismo.

Los dos detenidos negaron, en aquel entonces, en su declaración en el juzgado de instrucción número 3 haber abusado de la mujer y aseguraron que fue la denunciante quien contactó con ellos en las inmediaciones de la estación de autobuses y quien accedió a acompañarles a la pensión.

Sin embargo, ante estos hechos, el magistrado ordenó prisión provisional comunicada y sin fianza para ambos ciudadanos rumanos, junto con una medida de alejamiento y prohibición de comunicarse por cualquier medio con la denunciante.

Sus abogados, en cambio, pidieron desde entonces la libertad sin cargos para ambos investigados. Uno de ellos, al menos, había declarado que hubo consentimiento por parte de la mujer.