El principio vital de aspirar siempre a lo máximo

Estrela García obtuvo un premio extraordinario de Bellas Artes

Estrela García. VICTORIA RODRÍGUEZ
photo_camera Estrela García. VICTORIA RODRÍGUEZ

LUGO. No resulta difícil imaginar, al hablar con ella, por qué Estrela García García, vecina del parque Rosalía de Castro aunque este año afincada en Santander, logró uno de los tres premios extraordinarios del Grado de Bellas Artes de la Universidad de Salamanca. Se conceden uno por cada 50 alumnos y ella no recurre a la falsa modestia para reconocer que una media de 9,17 en la carrera y un 10 en el trabajo de fin de grado solo tienen una explicación. Dos, en realidad: trabajo constante y la aspiración "a lo máximo" como principio vital. "Una carrera es un maratón, trabajar constantemente e intentar rendir lo máximo. Creo que aspirar a lo máximo debe ser una premisa para cualquier cosa en la vida", afirma.

Tiene 23 años y mucha confianza en la capacidad de poder cambiar cosas. Cree que el patrimonio rupestre gallego está poco valorado y que es así porque es poco conocido, por lo que quiere poner su granito de arena para mejorar esa situación. Consiguió que su facultad incluyera en los trabajos de fin de carrera un área temática más para poder hacer el suyo sobre los petroglifos gallegos, un proyecto que no solo le sirvió para constatar la existencia de grabados con la misma morfología en varias partes del mundo y la protección mucho mayor que tienen muchos de ellos, sino para empezar a trabajar en uno de sus objetivos: que los petroglifos gallegos lleguen a ser declarados Patrimonio de la Humanidad. Aspirar a lo máximo, se llama.

Hizo el trabajo de fin de grado sobre los petroglifos gallegos, que le gustaría ver reconocidos como Patrimonio Mundial

Le gusta el arte rupestre por lo que significa -"son las primeras expresiones artísticas de las culturas que nos precedieron", destaca- y quiere dedicar su vida profesional a ellos porque además de valiosos son "muy frágiles". "Ahora vemos Notre Dame, pero todos los años hay incendios y tractores que se cargan petroglifos", lamenta.

Labrarse un futuro laboral en el área de las artes -como en muchas otras, en realidad- en los tiempos que corren parece un reto casi al nivel de alcanzar el reconocimiento de Bien Mundial para los petroglifos, pero Estrela no se arruga. De nuevo muestra firmeza en su plan. Este año cursa un máster de Patrimonio en Santander -ahora realiza prácticas de administración y atención al público en Altamira- y el próximo año prevé iniciar el doctorado en la Universidad de Santiago. "Me imagino que el futuro será la docencia, pero quiero seguir investigando sobre el patrimonio arqueológico gallego", cuenta.

Lejos de lo que pueda parecer, Estrela no vive en las bibliotecas porque sus intereses son variados. Tiene el grado profesional de violín y, aunque su especialidad artística es la escultura, no desprecia ninguna rama. Le gustan, por ejemplo, el dibujo y la fotografía y sus trabajos ya se pudieron ver en Lugo, Salamanca y Alemania, donde hizo un Erasmus. Sabe aprovechar el tiempo. Será porque, como dice su orgullosa abuela, "nunca fue a un botellón. Es muy responsable", presume.