"Nin houbo uvas nin nos acordamos delas"

Eire, la primera lucense del año, vino al mundo a las 2.16 horas de la madrugada del día 1 en el Hula con casi tres kilos de peso

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photo_camera María Eugenia Rodríguez y Víctor Piñeiro con su primogénita, Eire. EP

"Despois do ano que levamos, que naza unha nena, tan saudable, é unha alegría". Víctor Piñeiro no podía ocultar este viernes, tras la mascarilla, la sonrisa de oreja a oreja que le producía la llegada al mundo de su primogénita, Eire. Esta niña, que pesó 2,945 kilos, tiene el testimonial honor de ser el primer bebé que nació en el nuevo año en la provincia de Lugo.

Eire Piñeiro Rodríguez vino al mundo este primer día de enero en el Hospital Lucus Augusti cuando pasaban dieciséis minutos de las dos de la madrugada. A última hora de la tarde del viernes aún no había nacido ningún niño en los otros dos hospitales públicos de la provincia de Lugo, los de Burela y Monforte de Lemos.

Es la primogénita de una pareja de Castro de Ribeiras de Lea, Víctor Piñeiro, natural de Cospeito, y María Eugenia Rodríguez, originaria de Ponferrada.

El de Eire es un nombre poco común en estas tierras que invita a viajar a otras, del norte de Europa. Víctor Piñeiro explicó que se lo pusieron a su hija de "mutuo acordo" porque tanto a su pareja como a él les encanta la cultura gaélica.

Además de darse por hecho que viene con un pan debajo del brazo, como se suele decir con los nacimientos, Eire se adelantó un par de semanas, pues su madre salía de cuentas a mediados de este mes.

Eire vino al mundo un par de semanas antes de lo previsto

"Foi de casualidade", comenta su padre, Víctor Piñeiro. La pareja acudió el pasado miércoles al Hula porque esta madre primeriza tenía una revisión periódica en los monitores. Cuando pasó la primera de las dos pruebas a las que iba a ser sometida, sintió "unos dolores fuertes", según explicaba María Eugenia Rodríguez. Le detectaron una fisura en la bolsa de aguas, por lo que ya quedó hospitalizada.

Fue un parto inducido "largo", añadía. El jueves por la mañana, a las once, la bajaron al paritorio, pero el alumbramiento, que salió "bien", no se produciría hasta 15 horas más tarde, pasadas las dos de la madrugada.

Perderse la cena de Nochevieja y sus tradicionales doce campanadas del cambio de año fue lo de menos. "Nin houbo uvas, nin nos acordamos delas", señalaba el padre de la primera bebé nacida este año en la provincia de Lugo.

Ejerciendo de portavoz de la pareja, Víctor Piñeiro dijo que estaban "moi contentos e moi felices" por la llegada al mundo de Eire, una primogénita "moi desexada" porque estos dos vecinos de Castro de Ribeiras de Lea están juntos desde hace ya ocho años.

La madre se encuentra "perfectamente" y la niña también, porque cumple con dos de los requisitos que son imprescindibles para los padres en las primeras semanas de vida, que duerma y mame "ben".

Si la evolución de madre e hija sigue siendo favorable, esta pareja podría abandonar el Hula con su primogénita este mismo fin de semana para ya acomodarse en el domicilio familiar, en Castro de Ribeiras de Lea.