El presunto homicida es un viejo conocido de las fuerzas del orden. Acumula una interminable lista de condenas por conducir bajo los efectos del alcohol cuando tenía retirado el carné desde hace 30 años.
No solo cometió esas infracciones contra la seguridad vial en Lugo, sino también en otras ciudades gallegas, como A Coruña, Ferrol, Santiago o Pontevedra.
En una ocasión, la Policía Local lo detuvo en la capital lucense cuando se había quedado dormido al volante, en estado ebrio, en medio de una calle.
Fue tal el nivel de reincidencia, que hace dos años el entonces titular del juzgado de lo Penal número 1 de Lugo decretó la pérdida definitiva del permiso de conducir.