El presunto autor de los disparos de Marina Española se entregó a la Policía

El hombre, identificado por tres testigos a través de fotografías, quedó en libertad tras declarar ante el juez, aunque acusado de desorden público y tenencia ilícita de armas
Agentes recogiendo pruebas el pasado día 1, tras la reyerta y los disparos. SEBAS SENANDE
photo_camera Agentes recogiendo pruebas el pasado día 1, tras la reyerta y los disparos. SEBAS SENANDE

El presunto autor del tiroteo que tuvo lugar la madrugada del pasado día 1 en la Rúa Marina Española se entregó este jueves a la Policía. El hombre fue convocado a declarar después de haber sido identificado por tres testigos diferentes, a través de fotografías, como el autor de los disparos lanzados al aire tras una reyerta en esa zona de marcha.

El hombre acudió voluntariamente a comisaría para dar su versión, en la que negó rotundamente haber realizado disparo alguno esa noche. Admitió en su declaración que había pasado la noche del día 28 de febrero al 1 de marzo, festivo local, de copas con unos primos por la zona de Marina Española. Reconoció que se había producido un altercado pero negó que regresara tras un primer enfrentamiento con un arma disparando al aire, como aseguraron varias personas presentes allí esa noche.

Ante el hecho de que el hombre había sido identificado por tres personas diferentes, los agentes lo pusieron a disposición judicial. El presunto autor de los disparos mantuvo su versión frente al juez y este decidió dejarle en libertad pero acusado de desorden público y tenencia ilícita de armas.

Según ha informado la Comisaría Provincial, el supuesto autor de los disparos es un joven de 26 años, vecino de Lugo –aunque es natural de Portugal–, con siete arrestos previos por diferentes delitos, que fue detenido en las últimas horas y, tras pasar a disposición judicial, quedó en libertad con cargos, como investigado por un delito de desórdenes públicos y tenencia ilícita de armas.
 

Los hechos en Marina Española tuvieron lugar a las cuatro de la madrugada del día 1, cuando el portero de un local impidió el acceso a un grupo, en el que presuntamente estaría el hombre que prestó ayer declaración. El grupo se enfrentó entonces al portero y algunos clientes, de la misma nacionalidad, con el resultado de un herido por golpes en la cabeza que obligaron a intervenir a los sanitarios. Tras la marcha de la ambulancia, la violencia se reanudó y fue cuando el hombre fue visto pegando tiros al aire.

REDADA. Esos últimos incidentes registrados en la calle Marina Española hicieron saltar todas las alarmas y movilizaron a las fuerzas y cuerpos de seguridad de Lugo, que incrementaron la vigilancia en una zona cada vez más conflictiva. Para atajar esta problemática, varias patrullas de la Policía Local llevaron a cabo una redada en la madrugada del miércoles al jueves e inspeccionaron varios locales de la calle.

Los agentes entraron en los establecimientos y revisaron las instalaciones para comprobar si cumplían las medidas de seguridad obligatorias. Además, solicitaron a los responsables las licencias pertinentes y revisaron los equipos musicales, entre otros aspectos. Los policías controlaron también a los clientes para constatar el cumplimiento de las normas derivadas del covid, como el uso de la mascarilla en interiores.

La Policía Local hizo una redada en la madrugada del jueves, que se saldó con la denuncia de un pub por incumplir el horario

Tal y como explicó este jueves el portavoz del cuerpo, la redada policial se saldó con un acta de denuncia a uno de los pubs por superar el límite horario establecido. "El local", comentó, "se encontraba abierto al público a las cinco menos cuarto de la madrugada, con personas en el interior consumiendo bebidas y con el equipo de reproducción de música en funcionamiento".

Los residentes de Marina Española elogian la intervención policial y piden que se incremente la vigilancia de forma habitual, "y no solo cuando pasa algo grave", comentan. Los vecinos aseguran que todavía no han podido olvidar el suceso registrado hace poco más de un semana, cuando esa pelea entre dos grupos acabó a tiros.

Inicialmente, estaban convencidos de que se trataba de un arma de fogueo, que tenía un objetivo intimidatorio para que uno de los grupos enfrentados en la trifulca se viera disuadido de seguir con la pelea. De hecho, las primeras teorías de la Policía, cuando todavía no habían podido intervenir los especialistas, apuntaban en ese sentido.

Por ese motivo, el temor de los residentes se incrementó todavía más tras saber que los disparos habían sido efectuados con munición real. Los participantes en la trifulca utilizaron armas con munición del calibre 7.65 milímetros, una bala que, según los expertos, resulta lesiva y puede resultar mortal si se utiliza con precisión y a escasa distancia del objetivo. Tras el altercado, la Policía Nacional abrió una investigación para tratar de identificar a todos los implicados y llevar a cabo los arrestos pertinentes. Gracias a esas pesquisas se logró la identificación del hombre que declaró este jueves. Los agentes -que recogieron once casquillos por toda la calle y se entrevistaron con varios testigos- todavía mantienen abierta la investigación sobre el suceso.