La presencia del dueño frustra otro asalto a un chalé de A Louzaneta

Tres jóvenes huyeron al comprobar que había alguien en la casa en la que entraron a robar
Un coche policial en A Louzaneta. ARCHIVO
photo_camera Un coche policial en A Louzaneta. ARCHIVO

Tras una tregua sin asaltos a chalés de A Louzaneta, este viernes, cerca de las ocho de la tarde, tres ladrones accedieron por la fuerza a una vivienda unifamiliar de esta urbanización de las afueras de la capital lucense.

Pero esta vez los amigos de lo ajeno se fueron con las manos vacías. Cuando se encontraban en el interior del inmueble se percataron de la presencia del dueño, por lo que emprendieron la huida.

Al propietario de la vivienda, aliviado porque todo se quedó en un susto, solo le dio tiempo a ver que se trataba de tres jóvenes y la calle por la que se fugaron.

El afectado alertó a la comisaría de la Policía Nacional de que había sido víctima de un intento de robo. Varios vehículos camuflados de este cuerpo patrullaron los viales de A Louzaneta.

A última hora del viernes no se tenía constancia de que las fuerzas de seguridad hubiesen dado con el paradero de los tres asaltantes.

El robo frustrado corrió como la pólvora entre los vecinos de esta urbanización lucense. Alguno de ellos incluso salió con su vehículo a dar una vuelta por si podía ayudar a localizar a los huidos.

PARÓN DELICTIVO. A Louzaneta es una zona codiciada por los amigos de lo ajeno. Sin embargo, hacía meses que no se producían asaltos a viviendas unifamiliares. La última oleada de robos se registró en el pasado mes de febrero. Como el intento de este viernes, suelen tener lugar a última hora de la tarde. Los ladrones vigilan previamente el chalé en el que pretenden colarse para que no se encuentren en el hogar sus moradores.

Las fuerzas de seguridad sospechan que se puede tratar de bandas itinerantes, formadas por ciudadanos de países del Este de Europa, que se desplazan desde otras localidades, dan varios golpes y regresan entonces a su base de operaciones.

Varios vehículos policiales camuflados e incluso vecinos patrullaron por la zona para intentar localizar a los asaltantes

El clima de inseguridad que se vivió el pasado invierno en A Louzaneta provocó que decenas de vecinos acordasen en una reunión estudiar la contratación de vigilantes de seguridad privada para frenar la ola de robos.

Los vecinos dieron un paso al frente porque, como comentaban entonces, se sentían "indefensos y desprotegidos". Su proximidad a la carretera de Santiago facilita la huida a los ladrones.

Aunque esos asaltos siempre se cometieron cuando la vivienda estaba vacía, se generó una psicosis entre el vecindario debido al temor de que en alguna ocasión sí fuese sorprendida una familia en el interior de la casa.

En febrero pasado se contabilizaron cuatro asaltos en apenas tres semanas. Los ladrones accedieron tras forzar una ventana o la puerta de entrada con una pata de cabra -una palanca- y se llevaron en todos los casos dinero en metálico y joyas. Suelen prescindir de los aparatos electrónicos, tal vez porque su traslado puede obstaculizar su huida.

En aquella ocasión en uno de los asaltos los tres ladrones permanecieron una hora y media en el interior del chalé para reventar la caja fuerte.

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