PP y PSOE convierten el mejillón del Miño en "forza de choque electoral"

El Concello y la CHMS ven partidismo de la Xunta en su resistencia a autorizar obras en el río
El caneiro de O Muíño. con una gran fractura. SEBAS SENANDE
photo_camera El caneiro de O Muíño. con una gran fractura. SEBAS SENANDE

La guerra del mejillón. Podría ser el nombre de la batalla que protagonizan el Concello, la Xunta y la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil (CHMS) a cuenta de las obras proyectadas en el río Miño en Lugo. Este sábado el conflicto vivió un nuevo capítulo. El portavoz del gobierno local, Miguel Fernández, calificó de "lamentable", "intolerable", "inadmisible", "neglixente", "irresponsable" y "vergoñento" el "comportamento obstrucionista" de la Dirección Xeral de Patrimonio Natural de la Xunta, que con sus informes desfavorables impide al Concello instalar piscinas flotantes en el Miño y a la CHMS reparar el caneiro del antiguo restaurante O Muíño. Según la CHMS, la Xunta "utiliza os mexillóns" como "forza de choque electoral".

El origen del conflicto está en que en el tramo urbano del Miño reside una de las colonias más importantes de mejillones de la Península, de varias especies catalogadas como vulnerables. De la existencia de estos moluscos ya se sabía y en los informes vinculantes que emitió Patrimonio Natural en 2018, cuando el Concello y la Hidrográfica presentaron los proyectos para actuar en el río, advirtió de la necesidad de comprobar si existían ejemplares en esos lugares y de adoptar medidas de protección si así fuese.

Concello y CHMS dieron por válido ese permiso condicionado y, cuando se disponían a iniciar las obras, hicieron los muestreos. No antes porque las características del cauce son cambiantes, explicaron reiteradamente.

Con esos muestreos es cuando empiezan los problemas. La Xunta cuestiona los datos del Concello y la CHMS y solicita más información. En el caso de las piscinas flotantes, finalmente las ve inviables, incluso con los cambios de ubicación y de sistema de anclaje que propone el Concello, porque considera que no hay manera de instalarlas sin que afecten a la fauna fluvial. También parece haber cerrado la puerta a la otra alternativa planteada por el gobierno de Lara Méndez, trasladar los mejillones -el Concello no llegó a presentar proyecto para esto- ya que, en su último informe, la Xunta insta al gobierno local a que busque otra ubicación para las piscinas

El traslado de los moluscos es lo que pidió la CHMS para restaurar el caneiro de O Muíño, a mediados de junio. Completó la información pedida por la Xunta el 1 de agosto, pero el permiso sigue sin llegar y la Hidrográfica ha desistido de hacer la obra este verano porque se queda sin tiempo, dice. Los trabajos exigen estiaje y, según lo indicado por la Xunta, tendrían que estar listos el 1 de noviembre, cuando empieza la reproducción de las truchas.

"Parece que alguén quere enredar as cousas que se pretenden arranxar no Miño", afirmó este sábado la CHMS. Para el gobierno local, lo sucedido demuestra que para la Xunta los lucenses «son só simples reféns dos seus obxectivos partidistas".

Los mejillones del río Miño son especies de alto valor, con un complejo proceso de reproducción que complica en gran medida su supervivencia y en cuya recuperación la Xunta y la Universidad llevan años trabajando. Se estima que un ejemplar de aproximadamente 15 centímetros filtra unos seis litros de agua al día.

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